/ miércoles 6 de mayo de 2020

En cartera

Cada niño debe gozar de todos sus derechos

El Día del Niño es una celebración anual dedicada a la fraternidad y a la comprensión de la infancia del mundo y destinado a actividades para la promoción del bienestar y de los derechos de los niños y las niñas del mundo.

Lástima que su festividad quedó eliminada el pasado jueves 30 de abril por la pandemia del coronavirus. Es celebrado en diversos países del mundo en diferentes fechas, si bien el día internacional declarado por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) es el 20 de noviembre, día en que nosotros celebramos nuestra Revolución.

Los niños siempre han ocupado un lugar central en la sociedad mexicana (aunque no siempre han sido vistos de la misma manera), por ejemplo, en la época prehispánica eran considerados “un regalo de los dioses” y los llenaban de consejos amorosos y discursos educativos, aunque eso no quitaba que los aztecas, por ejemplo, al ser una sociedad militarizada, fueran muy severos en la educación de sus hijos. Los castigos eran terribles, tal como hacerlos respirar humo de chile o punzarlos con espinas de maguey.

En la Colonia, la suerte de cada niño era definida por el lugar en el que nacía dentro de la sociedad (un poco…buena, muy parecida a la actualidad). No era la misma infancia la que tenía el hijo de un negro, que el de un indígena, el de un criollo, un español peninsular o el de un mestizo.

En las leyes del México contemporáneo, se supone que los niños son considerados el futuro del país y por eso sus derechos deben ser resguardados, aunque los altos índices de pobreza y trabajo infantil que todavía existen ponen en duda el compromiso del Estado por lograr que esos derechos se respeten.

Fue después de la Primera Guerra Mundial que el mundo reparó en los efectos negativos que tenían los conflictos bélicos en la población civil, en particular entre los infantes. Fue por eso que en la Convención de Ginebra se emitió la Declaración de los Derechos de los Niños. A partir de ese momento mucha gente comenzó a preocuparse por entender las necesidades de la niñez durante los conflictos armados.

Pero si los niños europeos sufrieron en la primer Guerra Mundial, muchos más lo hicieron durante la Segunda Guerra Mundial, pues el armamento fue más sofisticado y las estrategias de guerra cambiaron. Fue por eso que la ONU estableció un organismo dedicado específicamente a los niños: La Unicef (por sus siglas en inglés United Nations Children's Found, cuya traducción a nuestro idioma es Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia).

Parece increíble que millones de niños hayan tenido que sufrir los horrores de la guerra para que alguien comenzara a pensar que las decisiones de los adultos podían afectar la vida de los futuros ciudadanos del mundo… pero, lamentablemente, muchos niños aún no ven respetados sus derechos.

En 1989 se emitió la Convención sobre los Derechos de los Niños. México adoptó esa nueva convención pero no fue hasta el 2000 (es decir, hace apenas 20 años) que promulgó la primera Ley de Derechos de las Niñas y los Niños que fue sustituida el 4 de diciembre del 2014 por otra ley que comprende 20 derechos de los niños, las niñas y los y las adolescentes.

Mientras que en las leyes los niños y las niñas están protegidos, en la realidad más de la mitad de los 40 millones de menores que viven en México están en situación de pobreza (cifras de la Unicef en México).

De acuerdo a la UNICEF esta es la situación de los niños en el mundo: 218 millones trabajan. 40 millones son maltratados. 10 millones son explotados sexualmente. 2.3 millones están infectados con SIDA. 20 millones refugiados. 20 mil muertos por guerras. 250 mil son soldados.

Y en el caso de los niños mexicanos tenemos las siguientes cifras: De los 40 millones de niños, 1.5 millones son indígenas. 80.03% de niños asisten a la escuela, 19.97% no asiste al aula. 3.6 millones de niños entre 8 y 14 años no saben leer ni escribir. 4 millones de niños mexicanos trabajan, de los cuáles el 47% no recibe pago alguno. 36.6% de los niños mexicanos cuenta con seguro médico, 63.4% no cuenta con ello. Del total de niños, niñas y adolescentes, 53.8 % se encuentran en condición de pobreza y 4.7 millones, el 11.9 %, en pobreza extrema.

Es así que ese día, el Día del Niño, encuentra su origen en algo más trascendental que las golosinas, los juguetes y las alegrías que estos puedan traer, sino que el sentido de este día es para concientizarnos sobre la grave situación que viven nuestros niños alrededor del mundo y en México, saber que tienen derechos y que se merecen lo mejor de nosotros

Una de las primeras activistas sobre este tema fue Eglantyne Jebb, fundadora de la organización Save the Children, quien con ayuda del Comité Internacional de la Cruz Roja, impulsó la adopción de la primera Declaración de los Derechos de los Niños. Esta declaración fue sometida para su aprobación ante la Liga de las Naciones (hoy ONU), la cual la adoptaría y ratificaría en la Declaración de Ginebra sobre los Derechos de los Niños, el 26 de septiembre de 1924. Al año siguiente, durante la Conferencia Mundial sobre el Bienestar de los Niños, llevada a cabo también en Ginebra, se declaró, por primera vez, el Día Internacional del Niño.

En México en 1924, se señaló el 30 de abril como Día del Niño siendo presidente de la República el general Álvaro Obregón y secretario de Educación Pública el licenciado José Vasconcelos. El origen fue la Primera Guerra Mundial. Sin embargo, hay una historia en los archivos de México que define cuándo se decidió honrar a los menores. Consta un acta exhibida en una notaría pública en Ciudad Victoria, Tamaulipas, que el día del niño fue instaurado el 8 de mayo de 1916 en la ciudad de Tantoyuca, Veracruz; sin embargo, el 30 de abril de 1924, tras firmarse la “Declaración de Ginebra”, se establece el 30 de Abril como la fecha oficial para celebrar el Día del Niño.

México se sumó a la Convención de Ginebra para velar por el bienestar de la infancia, el cual se había visto vulnerado tras la Primera Guerra Mundial. Con esta declaración también se establecieron las garantías de los niños mexicanos. Los derechos y libertades de los niños se basan en el respeto a la dignidad y el valor de cada individuo, independientemente de su raza, color, género, idioma, religión, opiniones, orígenes, nacimiento o capacidad.

Así que el Día del Niño no es el día en que consentimos a nuestros niños por ser niños, es el día en el que los adultos debemos tomar conciencia de los derechos que tienen y que hay un principio que debemos tener presente en todo momento: El interés superior del menor. Eso quiere decir que debemos pensar siempre en los derechos de la infancia.

Recuerda que el amor y comprensión que le brindes a tu pequeño, será el mismo que él a su vez proporcione a los que lo rodean. Los horrores de la guerra pudieron dar origen a este día, pero es responsabilidad de líderes de gobierno y la sociedad en general que los niños del futuro no vuelvan a ver sus derechos vulnerados. Deben comprometerse a asegurarse de que cada niño goce de todos los derechos.

Cada niño debe gozar de todos sus derechos

El Día del Niño es una celebración anual dedicada a la fraternidad y a la comprensión de la infancia del mundo y destinado a actividades para la promoción del bienestar y de los derechos de los niños y las niñas del mundo.

Lástima que su festividad quedó eliminada el pasado jueves 30 de abril por la pandemia del coronavirus. Es celebrado en diversos países del mundo en diferentes fechas, si bien el día internacional declarado por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) es el 20 de noviembre, día en que nosotros celebramos nuestra Revolución.

Los niños siempre han ocupado un lugar central en la sociedad mexicana (aunque no siempre han sido vistos de la misma manera), por ejemplo, en la época prehispánica eran considerados “un regalo de los dioses” y los llenaban de consejos amorosos y discursos educativos, aunque eso no quitaba que los aztecas, por ejemplo, al ser una sociedad militarizada, fueran muy severos en la educación de sus hijos. Los castigos eran terribles, tal como hacerlos respirar humo de chile o punzarlos con espinas de maguey.

En la Colonia, la suerte de cada niño era definida por el lugar en el que nacía dentro de la sociedad (un poco…buena, muy parecida a la actualidad). No era la misma infancia la que tenía el hijo de un negro, que el de un indígena, el de un criollo, un español peninsular o el de un mestizo.

En las leyes del México contemporáneo, se supone que los niños son considerados el futuro del país y por eso sus derechos deben ser resguardados, aunque los altos índices de pobreza y trabajo infantil que todavía existen ponen en duda el compromiso del Estado por lograr que esos derechos se respeten.

Fue después de la Primera Guerra Mundial que el mundo reparó en los efectos negativos que tenían los conflictos bélicos en la población civil, en particular entre los infantes. Fue por eso que en la Convención de Ginebra se emitió la Declaración de los Derechos de los Niños. A partir de ese momento mucha gente comenzó a preocuparse por entender las necesidades de la niñez durante los conflictos armados.

Pero si los niños europeos sufrieron en la primer Guerra Mundial, muchos más lo hicieron durante la Segunda Guerra Mundial, pues el armamento fue más sofisticado y las estrategias de guerra cambiaron. Fue por eso que la ONU estableció un organismo dedicado específicamente a los niños: La Unicef (por sus siglas en inglés United Nations Children's Found, cuya traducción a nuestro idioma es Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia).

Parece increíble que millones de niños hayan tenido que sufrir los horrores de la guerra para que alguien comenzara a pensar que las decisiones de los adultos podían afectar la vida de los futuros ciudadanos del mundo… pero, lamentablemente, muchos niños aún no ven respetados sus derechos.

En 1989 se emitió la Convención sobre los Derechos de los Niños. México adoptó esa nueva convención pero no fue hasta el 2000 (es decir, hace apenas 20 años) que promulgó la primera Ley de Derechos de las Niñas y los Niños que fue sustituida el 4 de diciembre del 2014 por otra ley que comprende 20 derechos de los niños, las niñas y los y las adolescentes.

Mientras que en las leyes los niños y las niñas están protegidos, en la realidad más de la mitad de los 40 millones de menores que viven en México están en situación de pobreza (cifras de la Unicef en México).

De acuerdo a la UNICEF esta es la situación de los niños en el mundo: 218 millones trabajan. 40 millones son maltratados. 10 millones son explotados sexualmente. 2.3 millones están infectados con SIDA. 20 millones refugiados. 20 mil muertos por guerras. 250 mil son soldados.

Y en el caso de los niños mexicanos tenemos las siguientes cifras: De los 40 millones de niños, 1.5 millones son indígenas. 80.03% de niños asisten a la escuela, 19.97% no asiste al aula. 3.6 millones de niños entre 8 y 14 años no saben leer ni escribir. 4 millones de niños mexicanos trabajan, de los cuáles el 47% no recibe pago alguno. 36.6% de los niños mexicanos cuenta con seguro médico, 63.4% no cuenta con ello. Del total de niños, niñas y adolescentes, 53.8 % se encuentran en condición de pobreza y 4.7 millones, el 11.9 %, en pobreza extrema.

Es así que ese día, el Día del Niño, encuentra su origen en algo más trascendental que las golosinas, los juguetes y las alegrías que estos puedan traer, sino que el sentido de este día es para concientizarnos sobre la grave situación que viven nuestros niños alrededor del mundo y en México, saber que tienen derechos y que se merecen lo mejor de nosotros

Una de las primeras activistas sobre este tema fue Eglantyne Jebb, fundadora de la organización Save the Children, quien con ayuda del Comité Internacional de la Cruz Roja, impulsó la adopción de la primera Declaración de los Derechos de los Niños. Esta declaración fue sometida para su aprobación ante la Liga de las Naciones (hoy ONU), la cual la adoptaría y ratificaría en la Declaración de Ginebra sobre los Derechos de los Niños, el 26 de septiembre de 1924. Al año siguiente, durante la Conferencia Mundial sobre el Bienestar de los Niños, llevada a cabo también en Ginebra, se declaró, por primera vez, el Día Internacional del Niño.

En México en 1924, se señaló el 30 de abril como Día del Niño siendo presidente de la República el general Álvaro Obregón y secretario de Educación Pública el licenciado José Vasconcelos. El origen fue la Primera Guerra Mundial. Sin embargo, hay una historia en los archivos de México que define cuándo se decidió honrar a los menores. Consta un acta exhibida en una notaría pública en Ciudad Victoria, Tamaulipas, que el día del niño fue instaurado el 8 de mayo de 1916 en la ciudad de Tantoyuca, Veracruz; sin embargo, el 30 de abril de 1924, tras firmarse la “Declaración de Ginebra”, se establece el 30 de Abril como la fecha oficial para celebrar el Día del Niño.

México se sumó a la Convención de Ginebra para velar por el bienestar de la infancia, el cual se había visto vulnerado tras la Primera Guerra Mundial. Con esta declaración también se establecieron las garantías de los niños mexicanos. Los derechos y libertades de los niños se basan en el respeto a la dignidad y el valor de cada individuo, independientemente de su raza, color, género, idioma, religión, opiniones, orígenes, nacimiento o capacidad.

Así que el Día del Niño no es el día en que consentimos a nuestros niños por ser niños, es el día en el que los adultos debemos tomar conciencia de los derechos que tienen y que hay un principio que debemos tener presente en todo momento: El interés superior del menor. Eso quiere decir que debemos pensar siempre en los derechos de la infancia.

Recuerda que el amor y comprensión que le brindes a tu pequeño, será el mismo que él a su vez proporcione a los que lo rodean. Los horrores de la guerra pudieron dar origen a este día, pero es responsabilidad de líderes de gobierno y la sociedad en general que los niños del futuro no vuelvan a ver sus derechos vulnerados. Deben comprometerse a asegurarse de que cada niño goce de todos los derechos.

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