/ sábado 19 de agosto de 2023

En romance lo quiero decir

Si tenemos algo de que jactarnos en nuestro idioma castellano es de los dichos, de los refranes y de los piropos, siempre y cuando vaya con ellos el contenido cariñoso, emotivo y poético con el cual cálidamente se formulan.

Con referencia a los piropos, por lo regular son dedicados a las mujeres, pero han salido algunos requiebros cómicos, que supuestamente la mujer dedica a los varones, desgraciadamente en la actualidad, la gran mayoría de los piropos se han degradado para convertirse en acoso callejero y hasta en una supuesta violencia sexual.

El piropo es hiperbólico por naturaleza y se busca combinarlo con la mayor variedad de expresiones y, si a esto le anexamos un contenido tierno, sensible y romántico, se logra hacer algo sustantivamente elegante, majestuoso y atractivo en nuestro bello idioma y también en nuestro entorno.

Se encontraba un pintor de brocha gorda encima de una escalera laborando, cuando una hermosa mujer hizo el intento de circular por un lado. Pidiendo la mujer con toda amabilidad al pintor, si pudiera dejar de trabajar para poder pasar. De inmediato bajó el pintor de la escalera y delicadamente le expresó: “Del cielo bajó un pintor para pintar tu figura, pero no encontró color para pintar tanta hermosura”.

Algo parecido sucedió al electricista, quien entre los alambres de alta tensión, al ver pasar a una mujer hermosa no se pudo contener y le indicó: “Si tus labios fueran enchufe y los míos de interruptor, tendría el pelo electrizado y encendido el corazón”.

En la actualidad existen muchas mujeres policías y además, muchas de ellas con bastantes encantos, a tal grado que una de ellas, realizando la búsqueda de un supuesto malhechor, encontró a un hombre escondido en la maleza, quien al sentirse descubierto azorado le murmuró: “Si el amor fuera un crimen y amar un contrabando, llamen a la policía que me estoy enamorando”.

Además de lo poético se le puede añadir lo chusco, de acuerdo con la situación que se vivió, recuerdo que al inicio del Covid-19 se dio a conocer el siguiente: “Si un beso es la cuna de una bacteria, ¿qué tal si tú yo empezamos la pandemia?

Mientras exista lo romántico de la expresión, el piropo será de gran adulación (me salió sin esfuerzo), como el siguiente: “Es tanto lo que te quiero y el amor que he puesto en ti, que el día que no te miro, no sale el sol para mí”.

O también: “Me gustas tanto, me gustas tanto, que no me importaría enredarme con las redes de tu encanto”.

Cuando sentimos la ausencia o la incapacidad de poder estar con la persona amada: “Qué pobre es el labrador que no puede labrar el trigo, pero más pobre soy yo que no puedo estar contigo”.

Para declarar el amor: “Quisiera ser mariposa para volar hacia ti y decirte niña hermosa que estoy muriendo por ti”.

Nuestro idioma es el más hablado de las lenguas romances, llamadas así porque han evolucionado desde los tiempos de Roma, que son derivados del latín vulgar, pero si confirmamos la expresión que realizamos cuando utilizamos correctamente el lenguaje, deja de ser romance por su derivación de la lengua que se hablaba en Roma, y pasa a ser romántico por la esencia de su rima y la fineza de su expresión, no obstante, que lo degrademos constantemente y que la falta de ortoepía, la difunda el presidente como si fuera una obsesión.

Si tenemos algo de que jactarnos en nuestro idioma castellano es de los dichos, de los refranes y de los piropos, siempre y cuando vaya con ellos el contenido cariñoso, emotivo y poético con el cual cálidamente se formulan.

Con referencia a los piropos, por lo regular son dedicados a las mujeres, pero han salido algunos requiebros cómicos, que supuestamente la mujer dedica a los varones, desgraciadamente en la actualidad, la gran mayoría de los piropos se han degradado para convertirse en acoso callejero y hasta en una supuesta violencia sexual.

El piropo es hiperbólico por naturaleza y se busca combinarlo con la mayor variedad de expresiones y, si a esto le anexamos un contenido tierno, sensible y romántico, se logra hacer algo sustantivamente elegante, majestuoso y atractivo en nuestro bello idioma y también en nuestro entorno.

Se encontraba un pintor de brocha gorda encima de una escalera laborando, cuando una hermosa mujer hizo el intento de circular por un lado. Pidiendo la mujer con toda amabilidad al pintor, si pudiera dejar de trabajar para poder pasar. De inmediato bajó el pintor de la escalera y delicadamente le expresó: “Del cielo bajó un pintor para pintar tu figura, pero no encontró color para pintar tanta hermosura”.

Algo parecido sucedió al electricista, quien entre los alambres de alta tensión, al ver pasar a una mujer hermosa no se pudo contener y le indicó: “Si tus labios fueran enchufe y los míos de interruptor, tendría el pelo electrizado y encendido el corazón”.

En la actualidad existen muchas mujeres policías y además, muchas de ellas con bastantes encantos, a tal grado que una de ellas, realizando la búsqueda de un supuesto malhechor, encontró a un hombre escondido en la maleza, quien al sentirse descubierto azorado le murmuró: “Si el amor fuera un crimen y amar un contrabando, llamen a la policía que me estoy enamorando”.

Además de lo poético se le puede añadir lo chusco, de acuerdo con la situación que se vivió, recuerdo que al inicio del Covid-19 se dio a conocer el siguiente: “Si un beso es la cuna de una bacteria, ¿qué tal si tú yo empezamos la pandemia?

Mientras exista lo romántico de la expresión, el piropo será de gran adulación (me salió sin esfuerzo), como el siguiente: “Es tanto lo que te quiero y el amor que he puesto en ti, que el día que no te miro, no sale el sol para mí”.

O también: “Me gustas tanto, me gustas tanto, que no me importaría enredarme con las redes de tu encanto”.

Cuando sentimos la ausencia o la incapacidad de poder estar con la persona amada: “Qué pobre es el labrador que no puede labrar el trigo, pero más pobre soy yo que no puedo estar contigo”.

Para declarar el amor: “Quisiera ser mariposa para volar hacia ti y decirte niña hermosa que estoy muriendo por ti”.

Nuestro idioma es el más hablado de las lenguas romances, llamadas así porque han evolucionado desde los tiempos de Roma, que son derivados del latín vulgar, pero si confirmamos la expresión que realizamos cuando utilizamos correctamente el lenguaje, deja de ser romance por su derivación de la lengua que se hablaba en Roma, y pasa a ser romántico por la esencia de su rima y la fineza de su expresión, no obstante, que lo degrademos constantemente y que la falta de ortoepía, la difunda el presidente como si fuera una obsesión.