/ viernes 10 de mayo de 2024

Juicio de credibilidad para las encuestas el 2 de junio

Juicio de credibilidad para las encuestas el 2 de junio


Estimado lector, la propagación de encuestas electorales, más en las postrimerías de las campañas de las elecciones en puerta, son publicadas con muy poca información sobre sus características metodológicas impidiendo una adecuada evaluación de sus resultados. Obviamente que esta información no es de noticia. Pero también es cierto que la información que se publicase, respaldaría con mucho dichos resultados. Estos serían más claros y confiables.

No se trata de que sea un artículo científico. Se trata de que, con explicaciones sencillas y comprensibles, las personas que reciben información de los resultados de las encuestas, junto con una breve explicación de la metodología aplicada, estarían quizá, en una posición de más confianza y menos confusión en su lectura y formación de juicio. Opino,

Como sabemos, las encuestas electorales o políticas, son una herramienta de investigación que permite la recolección de datos tales como opiniones, actitudes, preferencias e intención del voto de un grupo de personas a través de un cuestionario el cual es aplicado a una muestra de una población.

Justamente el criterio de la muestra es el más comentado entre las personas que tienen conocimiento de la Estadística. Cito el comentario. “No existen buenas encuestas si su tamaño muestral es insuficiente. La base de una buena encuesta es su capacidad para representar al Universo a partir de una muestra, y el principal sustento de una buena muestra es un número de casos suficiente”. También comentan que “debería informarse si las muestras son de carácter nacional o local, o si solo se consideran las ciudades con mayor población votante como la Cd. México, el Estado de México, por citar las dos ciudades más grandes”.

Los Maestros de la Estadística, también discuten mucho acerca de la encuesta y comentan que preguntar por la intención del voto, actualmente se ha convertido en una complicada técnica.

En este tenor, los últimos resultados de las encuestas de cara a las próximas elecciones, en la mayoría de los casos, los resultados en comento están muy disparados y han creado una gran confusión. Además de que a veces, no se hace el señalamiento de que los resultados que se publican son una “fotografía” del momento en que se aplican y algunas personas los dan como definitivos. Por otro lado, recordemos que las preferencias en la intención del voto, pueden cambiar.

Titule mi artículo “Juicio de credibilidad para las encuestas el 2 de junio”, porque vino a mi mente la experiencia de los resultados de la elección para la gubernatura en el Estado de México, resultado que fue contrario a los pronósticos y que evidenció el rotundo fracaso de algunas casas encuestadoras.

Se presumía que el método seleccionado estaba bien, que la encuesta había sido bien estructurada y probada, que la muestra con sus márgenes de error era correcta…

El día de la elección llegó y se empezaron a emitir los resultados oficiales y… ¡no concordaron los pronósticos!

¿Fueron culpables las casas encuestadoras? ¿Fue incorrecta la metodología, la encuesta y la muestra?

¿Fallaron las fechas seleccionadas para aplicar la encuesta? ¿Los encuestadores no cumplieron bien con su cometido? Nunca hubo una respuesta clara.

Con el paso del tiempo, el número de las casas encuestadoras que se dedican a estos menesteres aumento. Con ello, se empezaron a aplicar más encuestas y publicar los resultados a manera de pronósticos en diferentes tiempos.

Pero también con el paso del tiempo, los electores se cansaron de tantas encuestas, de tantos resultados y aprendieron a esconder su intención de voto.

En este sentido, creo que antes del desenlace de la elección y dadas las condiciones políticas que prevalecen, percibo que los electores han escondido con mayor habilidad su intención de voto.

También advierto, y quizá me equivoque, que la gran mayoría de electores, los que acepten responder a las encuestas, ya no contestarán con veracidad. ¿Los motivos? Muchos, si es el caso, lo harán por el hartazgo, por enojo, por temor o tal vez por terminar rápido con la encuesta.

Esta opinión quizá abone a favor o en contra de algunas de las casas encuestadoras, según sea el caso. Pero ojalá que, en el futuro, haya más certeza y confiabilidad en el pronóstico de los resultados, para bien de las y los candidatos, para bien de los electores y para bien de los procesos electorales.

Concluyo. La gran encuesta será el 2 de junio. Votemos, pero también… promovamos el voto. ¡Hasta la próxima!


Juicio de credibilidad para las encuestas el 2 de junio


Estimado lector, la propagación de encuestas electorales, más en las postrimerías de las campañas de las elecciones en puerta, son publicadas con muy poca información sobre sus características metodológicas impidiendo una adecuada evaluación de sus resultados. Obviamente que esta información no es de noticia. Pero también es cierto que la información que se publicase, respaldaría con mucho dichos resultados. Estos serían más claros y confiables.

No se trata de que sea un artículo científico. Se trata de que, con explicaciones sencillas y comprensibles, las personas que reciben información de los resultados de las encuestas, junto con una breve explicación de la metodología aplicada, estarían quizá, en una posición de más confianza y menos confusión en su lectura y formación de juicio. Opino,

Como sabemos, las encuestas electorales o políticas, son una herramienta de investigación que permite la recolección de datos tales como opiniones, actitudes, preferencias e intención del voto de un grupo de personas a través de un cuestionario el cual es aplicado a una muestra de una población.

Justamente el criterio de la muestra es el más comentado entre las personas que tienen conocimiento de la Estadística. Cito el comentario. “No existen buenas encuestas si su tamaño muestral es insuficiente. La base de una buena encuesta es su capacidad para representar al Universo a partir de una muestra, y el principal sustento de una buena muestra es un número de casos suficiente”. También comentan que “debería informarse si las muestras son de carácter nacional o local, o si solo se consideran las ciudades con mayor población votante como la Cd. México, el Estado de México, por citar las dos ciudades más grandes”.

Los Maestros de la Estadística, también discuten mucho acerca de la encuesta y comentan que preguntar por la intención del voto, actualmente se ha convertido en una complicada técnica.

En este tenor, los últimos resultados de las encuestas de cara a las próximas elecciones, en la mayoría de los casos, los resultados en comento están muy disparados y han creado una gran confusión. Además de que a veces, no se hace el señalamiento de que los resultados que se publican son una “fotografía” del momento en que se aplican y algunas personas los dan como definitivos. Por otro lado, recordemos que las preferencias en la intención del voto, pueden cambiar.

Titule mi artículo “Juicio de credibilidad para las encuestas el 2 de junio”, porque vino a mi mente la experiencia de los resultados de la elección para la gubernatura en el Estado de México, resultado que fue contrario a los pronósticos y que evidenció el rotundo fracaso de algunas casas encuestadoras.

Se presumía que el método seleccionado estaba bien, que la encuesta había sido bien estructurada y probada, que la muestra con sus márgenes de error era correcta…

El día de la elección llegó y se empezaron a emitir los resultados oficiales y… ¡no concordaron los pronósticos!

¿Fueron culpables las casas encuestadoras? ¿Fue incorrecta la metodología, la encuesta y la muestra?

¿Fallaron las fechas seleccionadas para aplicar la encuesta? ¿Los encuestadores no cumplieron bien con su cometido? Nunca hubo una respuesta clara.

Con el paso del tiempo, el número de las casas encuestadoras que se dedican a estos menesteres aumento. Con ello, se empezaron a aplicar más encuestas y publicar los resultados a manera de pronósticos en diferentes tiempos.

Pero también con el paso del tiempo, los electores se cansaron de tantas encuestas, de tantos resultados y aprendieron a esconder su intención de voto.

En este sentido, creo que antes del desenlace de la elección y dadas las condiciones políticas que prevalecen, percibo que los electores han escondido con mayor habilidad su intención de voto.

También advierto, y quizá me equivoque, que la gran mayoría de electores, los que acepten responder a las encuestas, ya no contestarán con veracidad. ¿Los motivos? Muchos, si es el caso, lo harán por el hartazgo, por enojo, por temor o tal vez por terminar rápido con la encuesta.

Esta opinión quizá abone a favor o en contra de algunas de las casas encuestadoras, según sea el caso. Pero ojalá que, en el futuro, haya más certeza y confiabilidad en el pronóstico de los resultados, para bien de las y los candidatos, para bien de los electores y para bien de los procesos electorales.

Concluyo. La gran encuesta será el 2 de junio. Votemos, pero también… promovamos el voto. ¡Hasta la próxima!