/ miércoles 11 de agosto de 2021

Ser objetivo

Hay temas tan, pero tan presentes en la opinión pública, que en ocasiones parecen trillados u ociosos y hasta enfrentan. En estos tiempos, hablar o escribir, debatir o discutir sobre la pandemia o la sucesión gubernamental es cosa de todos los días.

Que si éste sí, que aquél no; que una coalición no conviene, que la otra más. Que tal personaje es peligroso, que a otro no lo dejarán llegar; que ni en su casa gana…

Lo mismo sobre la pandemia: Que si no tenemos conciencia, que las medidas oficiales se quedan cortas, que la movilidad, que la ineficacia de las vacunas, de las filas para inmunizarse…es como en una boda, todo mundo habla de ella, pero sin ponerse de acuerdo.

El análisis de ambos temas –como de la vida misma- regularmente es subjetivo porque, todo mundo tenemos una percepción particular e interesada de ver las cosas. Quiérase o no, sea intencional o no. Hay una carga emocional siempre.

Le cito un ejemplo: La semana anterior, la presidenta del DIF Estatal, Elvira Barrantes, llamó públicamente a suspender las “Bandas del Tecno”, celebración previa a la graduación formal de los egresados de esa institución. Para el llamado “círculo rojo”, fue un jalón de orejas al presidente municipal, que –mal hecho- corrigió personalmente la autorización que previamente se había otorgado. En ese sector tan reducido, la interpretación política fue ineludible y más aún, frente a las aspiraciones del edil; golpeteo ineludible como también evitable.

En contraparte, para el grueso de la población, la solicitud hecha por la señora Elvira Barrantes fue bien recibida ante la expansión de los contagios de la nueva cepa que a muchos nos tiene preocupados. Que haya sido ella quien lo pidió cuenta mucho, su investidura fue definitiva pero, ¿qué hubiera sucedido si Jorge Salum, habla “en corto” con la directora de la institución y le pide que ella misma haga el anuncio de tal medida? Tal vez hablaríamos de otra cosa.

¿Fue buena o mala la suspensión? En lo personal me cayó bien, pero habrá que preguntarles a los graduados y sus familias, a la sociedad, seguramente discreparán.

Así pasa con los aspirantes y partidos. Nadie se pondrá de acuerdo y los análisis, por más sesudos y centrados que se intenten, siempre vendrán acompañados de una intención o emoción ulterior, seguramente inconsciente.

He participado en muchas charlas y no encuentro consensos, aunque todos sean militantes o simpatizantes de una u otra corriente.

¿Qué me conviene? El interés personal es un factor inherente en toda opinión emitida, me incluyo. Es naturaleza humana ver lo individual, antes que lo colectivo. ¿Qué nos conviene? Sería la pregunta ideal.

¿Serán capaces en ambas alas, ante la siguiente disputa electoral, anteponer la segunda premisa por sobre la primera?

Desde el punto de vista organizacional, al interior de los partidos hay tribus, algunas dominantes o, por lo menos, con mayor influencia que las otras. Lo mismo sucede con los actores.

Por tanto, la capacidad de acuerdos será determinante para elegir candidato o candidata para el proceso electoral del 2022 y, aun así, elegirán a un personaje, pero seguirán existiendo las inconformidades. Ya sucedió recientemente; sucede, de hecho.

Insisto, todo depende de cómo le/nos vaya en el baile o como queremos que nos vaya. De eso dependerá la opinión que se emita.

Es complicado hablar o escribir con objetividad y más, cuando se va a publicar. Por lo regular se es subjetivo, aunque se intente lo contrario.

Este es un ejemplo.

Hay temas tan, pero tan presentes en la opinión pública, que en ocasiones parecen trillados u ociosos y hasta enfrentan. En estos tiempos, hablar o escribir, debatir o discutir sobre la pandemia o la sucesión gubernamental es cosa de todos los días.

Que si éste sí, que aquél no; que una coalición no conviene, que la otra más. Que tal personaje es peligroso, que a otro no lo dejarán llegar; que ni en su casa gana…

Lo mismo sobre la pandemia: Que si no tenemos conciencia, que las medidas oficiales se quedan cortas, que la movilidad, que la ineficacia de las vacunas, de las filas para inmunizarse…es como en una boda, todo mundo habla de ella, pero sin ponerse de acuerdo.

El análisis de ambos temas –como de la vida misma- regularmente es subjetivo porque, todo mundo tenemos una percepción particular e interesada de ver las cosas. Quiérase o no, sea intencional o no. Hay una carga emocional siempre.

Le cito un ejemplo: La semana anterior, la presidenta del DIF Estatal, Elvira Barrantes, llamó públicamente a suspender las “Bandas del Tecno”, celebración previa a la graduación formal de los egresados de esa institución. Para el llamado “círculo rojo”, fue un jalón de orejas al presidente municipal, que –mal hecho- corrigió personalmente la autorización que previamente se había otorgado. En ese sector tan reducido, la interpretación política fue ineludible y más aún, frente a las aspiraciones del edil; golpeteo ineludible como también evitable.

En contraparte, para el grueso de la población, la solicitud hecha por la señora Elvira Barrantes fue bien recibida ante la expansión de los contagios de la nueva cepa que a muchos nos tiene preocupados. Que haya sido ella quien lo pidió cuenta mucho, su investidura fue definitiva pero, ¿qué hubiera sucedido si Jorge Salum, habla “en corto” con la directora de la institución y le pide que ella misma haga el anuncio de tal medida? Tal vez hablaríamos de otra cosa.

¿Fue buena o mala la suspensión? En lo personal me cayó bien, pero habrá que preguntarles a los graduados y sus familias, a la sociedad, seguramente discreparán.

Así pasa con los aspirantes y partidos. Nadie se pondrá de acuerdo y los análisis, por más sesudos y centrados que se intenten, siempre vendrán acompañados de una intención o emoción ulterior, seguramente inconsciente.

He participado en muchas charlas y no encuentro consensos, aunque todos sean militantes o simpatizantes de una u otra corriente.

¿Qué me conviene? El interés personal es un factor inherente en toda opinión emitida, me incluyo. Es naturaleza humana ver lo individual, antes que lo colectivo. ¿Qué nos conviene? Sería la pregunta ideal.

¿Serán capaces en ambas alas, ante la siguiente disputa electoral, anteponer la segunda premisa por sobre la primera?

Desde el punto de vista organizacional, al interior de los partidos hay tribus, algunas dominantes o, por lo menos, con mayor influencia que las otras. Lo mismo sucede con los actores.

Por tanto, la capacidad de acuerdos será determinante para elegir candidato o candidata para el proceso electoral del 2022 y, aun así, elegirán a un personaje, pero seguirán existiendo las inconformidades. Ya sucedió recientemente; sucede, de hecho.

Insisto, todo depende de cómo le/nos vaya en el baile o como queremos que nos vaya. De eso dependerá la opinión que se emita.

Es complicado hablar o escribir con objetividad y más, cuando se va a publicar. Por lo regular se es subjetivo, aunque se intente lo contrario.

Este es un ejemplo.

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