Asegura Enríquez que va adelante
En días pasados y en un café de céntrica avenida, hubo un desayuno al que invitó el senador José Ramón Enríquez a reporteros, columnistas de medios electrónicos e impresos y ahí les dijo que va muy adelante en las encuestas, que nadie se le empareja y que pa’ acabar pronto, él será el candidato de Morena a gobernador.
A mí no me invitó. Pero ni ganas tenía.
Y además: no va a ser.
Carmelo Fernández es un político llanero de Guadalupe Victoria, concretamente, que volverá a ser diputado local.
Ya le hemos dicho que es el suplente de David Ramos y David Ramos pedirá licencia para ser candidato a la Presidencia de Victoria.
Carmelo Fernández era suplente en ese tiempo de Isaías Berumen y se metió en algún problema legal, que lo apuntaban ya como huésped del Cereso.
Pero como era gobernador del Estado Ismael Hernández Deras y el contador le tenía mucha ley, le dijo a Isaías que pidiera licencia para que así Carmelo asumiera la diputación y con ella la inmunidad procesal.
Así se escapó.
En esta vez buscó la diputación del Catorceavo Distrito.
Pero como la reclamó el PRD, David Ramos se reeligió, pero Carmelo quedó como suplente, con el resultado inminente que ya le comentamos.
Nos dicen que los diputados de Morena sólo suben a tribuna para deshacerse en elogios a López Obrador.
Sus textos, evidentemente no son suyos, solamente los leen porque nunca aceptan participar en un debate.
Esto no es nuevo, cuando el presidente era priista, en cada discurso se mencionaba la revolución y al presidente por su nombre, sólo que en ese tiempo no eran tantas las agachadas.
Hoy deben tener dirigente los trabajadores municipales.
Ayer se insistía en que el ganador será Alan Borunda.
Poco habremos de vivir para confirmarlo.
Si en Morena se respetara la ideología, lo que no puede ser en un partido de traidores, empezando desde mero arriba, los candidatos serían Santiago Fierro, Gonzalo Yáñez o Margarita Valdez.
Creo que las damas priistas Alfa Ávila, Katy Mercado y Paty Marrufo pueden ser mejor aprovechadas por el partido.
En la ONMPRI o en la CNOP, por ejemplo.