Se gratificará a la persona que encuentre a alguien que no hable del coronavirus.
¡Ya me tienen hasta la hingada!
Y a propósito, esta epidemia ha hecho famoso al secretario González Romero, que está presente todos los días y a todas horas en los medios de comunicación.
En cuanto detectaron que tras las organizaciones políticas, Ciudadanos por la Democracia y Alerta, son de la paternidad del senador José Ramón Enríquez y se le echaron encima al IEPC por haberlas registrado.
Y es que ni modo, este galeno no se resigna al ostracismo. No quiere entender que la política no es lo suyo.
El obispo oró por su feligresía desde un helicóptero.
Para estar más cerca del cielo.
La contralora Arreola Fallad alienta a los ciudadanos para que denuncien a los malos servidores públicos.
Allá usted si quiere denunciar, pero verá que no pasa nada.
No es por fastidiarla, señora, pero entre los panistas se percibe que usted se limitó a ganar y ya.
Ahora resulta que los que le pidan al presidente que suspenda sus giras para que cuide su salud son los “fifís”, que quieren un vacío de poder para llenarlo.
¡Ah, qué psicosis…!
Ah, qué se me hace que sí cancelan el registro de esas dos organizaciones que ya de por sí no sé pa’ qué quieren tanta representación política.
Como no sea para mamar del erario.
El Partido Verde un tiempo fue aliado del PAN. Mucho tiempo fue aliado del PRI y ahora -¡hágame el chinche favor!- es aliado de Morena, pero así es este país. De vividores.
Alguien me reclamaba que por qué escribo tanto del PRI.
¿Y de qué otro partido escribimos?
Mal que bien el tricolor anda activo, los demás nomás vegetan cobrando prerrogativas.
Calderón es un apellido que está en el ojo del huracán.
El secretario Rubén y el magistrado Esteban. A ambos la suspensión por el coronavirus medio los ha dejado tranquilos.
Pero hay otro Calderón, Víctor Manuel, que fue director de la Etic No. 1 que luego fue director de departamento pero que la Sección 12 le metió la zancadilla y lo regresaron a la Etic.
Éste parece estar tranquilo.