Mañana no se conmemorará el natalicio de Francisco Villa, consecuencia de la pandemia.
O sea que no va a cumplir años.
Ni modo, mi general.
Quien conozca al diputado José Antonio Ochoa, no podrá tildarlo de misógino.
Se quejan las sexoservidoras de la falta de clientes.
¿Y qué querían? La regla es a un metro y medio de distancia.
Creo que AMLO es honesto, creo en sus buenas intenciones contra la corrupción, por más que esté rodeado de corruptos.
Pero dudo que logre acabar con una lacra que existe desde la conquista.
Obviamente le deseamos lo mejor.
La austeridad, otro de sus programas, parece que sí le ha funcionado.
Por ejemplo, sabemos que los senadores ganan 80 mil mensuales, ganaban 120 mil y que ya no tienen celular, gastos de representación, pago de auxiliares, lo único que al parecer los mantiene igual que a los diputados federales, es un pasaje de avión semanal.
Son presidentes repetidores en esta comalada: Canatlán, Dora González; Coneto, Martín Pineda; Guanaceví, Rogelio Ayala Arzola, que ejerce su cuarta oportunidad; Indé, Lorena Lucero; Ocampo, María del Socorro García, El Oro, Ismael Mata; Pánuco, Mauricio Gándara; Peñón Blanco, Naúm Amaya; San Dimas, Alejandro Gurrola.
Vamos a ocuparnos ahora de otro político panuquense, el que más ha brillado entre todos: Isaías Berumen Aguilar.
Originario de Francisco R. Serrano, ejidatario de Pánuco, Agrónomo por Chapingo, ha sido dos veces presidente municipal, muy polémico pero brillante, una vez diputado local, director de administración en el Congreso del Estado, secretario de Desarrollo Rural, y arañó la diputación federal del tercer distrito.
Está casado con la nayarita y maestra Norma Reyes, que en la pasada administración municipal pretendió ser presidenta.
Pero al medirle el agua a los tamales vieron que no las tenía consigo y prefirieron sumarse a la causa de Mauricio Gándara.
De cualquier forma, la señora Berumen ocupa una cartera en el comité estatal de la CNOP.
