Ángel Sergio Guerrero Mier fue mencionado varias veces como candidato a gobernador, pero siempre hubo alguien que se le atravesaba sin que pudiera evitarse.
Ya en la época de Armando del Castillo se le mencionaba con alguna insistencia, pero el canatleco era amigo personal y compañero de infancia del presidente López Portillo, así que el de Tierra Blanca no pudo hacer más que cruzarse de brazos.
Buscó otra vez la gubernatura al término del sexenio de Del Castillo, pero ya sin muchas posibilidades de éxito, pues se mencionaba entonces a Miguel González Avelar, secretario de Educación y amigo personal del presidente Miguel de la Madrid.
Pero no fue el de los palíndromas, sino José Ramírez Gamero con toda la fuerza de la entonces poderosa Central obrera y su dirigente Fidel Velázquez.
Otra vez a esperar 6 años.
Y según confió a este reportero, pareció que todo se le derrumbaba -y se le derrumbó- cuando Maximiliano Silerio resultó dirigente nacional de la CNC.
Guerrero Mier midió distancias y supo de sus muy pocas posibilidades, dando que se enfrentaba al líder de un sector priista.
A esperar otros 6 años.
Y en el inter asumió la Presidencia Ernesto Zedillo y para la sucesión de Silerio otra vez volvió a mencionarse a Guerrero Mier y otra vez con fallo fuerte enfrente:
Uno de ellos, Samuel Aguilar Solís, senador de la República, amigo de Sergio Salinas de Gortari, hermano del anterior presidente y otro, Juan Arizmendi Hernández, diputado federal, amigo personal de Francisco Labastida Ochoa, que sonaba para candidato a sucesor de Zedillo.
Y sí fue candidato. Pero el resultado usted lo sabe. Fue el primer candidato a presidente del PRI derrotado en toda la historia del partido.
Había otro más que trabajaba pensando en que la candidatura podría surgir desde abajo: Máximo Gámiz Parral.
En vísperas de la sucesión, el presidente nacional del PRI citó a su despacho a Samuel, Máximo y Juan, pero no a Guerrero Mier.
Alguna vez Samuel Aguilar les confió a sus amigos que a través de Sergio había conseguido una audiencia con Zedillo, a quien le expuso sus inquietudes y que éste le dijo, a cuidarse, yo simpatizo con su inquietudes.
Para el día de aquella reunión, Samuel daba como un hecho que ahí sería su destape y la disciplina a los otros y como Guerrero Mier no llegaba, sintió que se había revelado y se prometió conciliar en su momento.
El presidente Mariano Palacios, uno por uno fue expresándoles lo que le debían al PRI, Samuel, el Senado; Arizmendi, la diputación; Máximo, la presidencia estatal, diputaciones locales y habría rematado el queretano:
Por todo esto y porque sé que ustedes son gente de partido, ¡les pido su apoyo para Ángel Sergio Guerrero Mier! que para entonces era diputado federal por tercera vez.
Y si nos permite, continuaremos después.
