Como una mujer de retos que no le ha tenido miedo a nada, o a casi nada, es así como se describe Socorro Soto Alanís, a quien le gusta lanzarse al vacío y es a través de la poesía donde ha desnudado su ser.
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Con ocho libros publicados que comprenden ensayos, poemas y cuentos, Socorro descubrió las letras a través de los concursos de oratoria, en los cuales participaba desde que cursó la secundaria, “inicie con los mejores, pues los primeros libros que leí fue la obra de León Felipe, García Lorca y Neruda, me quedé atrapada y los leí por que había concursos de declamación y oratoria y ahí nos formaban para pensar, hablar y enfrentarnos al público”, relató la escritora en entrevista con El Sol de Durango.
La escritora duranguense recuerda que desde pequeña fue amante de la cultura, incluso a los 18 años estaba segura de que quería estudiar filosofía, sin embargo en aquel tiempo Durango no contaba con esa carrera y ella tampoco tuvo las facilidades económicas para viajar a otro estado o país para cursarla, por lo que decidió ingresar al Instituto Tecnológico de Durango (ITD), y graduarse como Ingeniera en Producción.
Para ayudar a sus padres en la economía del hogar, siendo ella la mayor de seis hijos, comenzó a buscar trabajo y lo encontró como empleada de mostrador en la extinta papelería La Escolar. Con estos recursos pudo costearse parte de los estudios.
Pese a ello buscó lograr cumplir sus objetivos, así que al egresar del ITD viajó a la Ciudad de México, donde trabajó y a la par estudió la maestría de Ciencias Políticas en la Universidad Autónoma de México (UNAM)… ahí inició su amor por el ensayo.
“Empecé como muchos a escribir poesía en libretas, servilletas, en cualquier papel”, sin embargo su primer libro lo realizó en 1994, al cual tituló “En estos días” y contiene cinco ensayos. Cuatro años después Socorro Soto se dio a la tarea de recopilar sus poemas para dar paso a “Desnuda en el viento”.
“La poesía es imbuirte en ti misma y encontrar otras formas de ti, que incluso no conocías y que quieres contarlas, de tus gustos, sufrimientos, amores, frustraciones, dolores y la otra parte es recrear el mundo, pues los escritores lo reinventamos”, enfatizó mientras se encuentra sentada en la esquina de un sillón en la biblioteca que tiene en su casa.
Para realizar un libro, la durangueña los piensa mucho, los sueña hasta construirlos y sentarse a teclear en la soledad absoluta, sin ruido, ni nada a su alrededor que interrumpa su mente.
¿A qué hora escribes?
Ha variado, por mucho tiempo escribí por la madrugada, es la mejor hora, pues el celebro está lúcido, el mundo está despertando, es la mejor boda para escribir y leer, además mis hijos estaban pequeños y a esa hora dormían, pues yo trabajé siempre para lograr tener ingresos y escribía en la madrugada. Es muy agradable esa hora, pues hay la luz y quietud que me gusta mucho.
Los primeros dos libros de la escritora fueron tecleados en una Olivetti, misma que aún conserva con un gran tesoro.
¿Qué papel juega el activismo político en tu vida?
Hay una vena de protesta en mi poesía. No participe ni en el Cerro de Mercado, ni en el 68, mi juventud fue en los 70’s, una etapa aburridisima, pero estuve en esos grades explosiones sociales a través de los libros, el cine y las letras.
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He participado siempre, pero en lo más fuerte de mi activismo hubo represión contra mí y mi familia, me hubiera gustado hacer más, pero mis hijos eran pequeños, hice lo que pude, estoy consciente que me ayudaron mucho los medios de comunicación, apoyé al Zapatismo y logré que viniera a Durango el Subcomandante Marcos, al igual que Javier Sicilia, con la gran marcha por La Paz y en un principio apoye mucho a Andrés Manuel López Obrador.
La ganadora de la Rosa de Oro, galardón que otorgaba la Universidad Juárez del Estado de Durango en el concurso de oratoria, fue de los primeros personajes de la vida pública que apoyó el movimiento de quien hoy encabeza el Gobierno federal, lo hacía a través de pequeños mítines políticos en los que acompañada por otras caras conocidas de la izquierda duranguense, seguían con atención la gira de este personaje tan controversial.
Socorro Soto ha sido también ganadora nacional de los Tecnológicos en el rubro de la oratoria y alumna de la reconocida Alba del Campo. Por muchos años se ha mantenido siempre fiel a su pasión por la cultura, desde la pintura, hasta el canto ya que le gusta apreciar cada disciplina artística.
¿Tu gran batalla ha sido contra el cáncer?
Ha sido la mayor batalla de mi vida, la más dura, la más dolorosa y fuerte. Escribí un poemario “Tu llevas la carreta”, era octubre precisamente cundo me dieron la noticia y el poemario retrata la experiencia que viví. Un paciente tiene que agarrase con todo de la vida, pedir a Dios y entregarte al Dios, yo salía para que me diera el sol, el aire y decirle al mundo aquí estoy todavía y quiero quedarme, pues somos de manada y mi manada de poetas y de izquierda, de la verdadera izquierda, no la están ahora está peleando por el hueso, no me dejaron y así redescubrí el mundo a pesar del dolor y cansancio.
¿Ahora que escribes?
Se que el tiempo no se detiene, tengo claro que voy con el tiempo encima quiero escribir y estoy rescatando mis artículos editoriales de cultura para editar un libro con las mejores columnas que escribí en el Sol de Durango en “Palabra de Mujer”, será como un pequeño catálogo cultural, además recataré una antología de mi poesía.
Además de su paso como funcionaria estatal, luego de estar al frente de la dirección del Instituto de Cultura del Estado de Durango (ICED) durante el sexenio anterior, Socorro Soto nunca ha dejado de estar inmersa en la cultura, de ahí que la próxima semana viajará a la Ciudad de México para estar en el Feria del libro del Zócalo y posteriormente en la Feria del libro en Chihuahua, representando el nombre de Durango.
Sus poemas se han traducido al inglés e italiano, ha presentado su obra en espacios de Estados Unidos, en la ciudad de Nueva York; también ha ido a Roma, en Italia; y visitado las ciudades de Ottawa y Montreal, en Canadá; así como también ha viajado a Chile con su obra; además de la mayoría de los estados de la República Mexicana y claro en su estado Durango.
Pese a ello, la poeta considera que aún le queda mucho por escribir…