Uno de los puntos más álgidos en la Gran Novillada de Año Nuevo que el pasado sábado se registró en la Plaza de Toros Alejandra, sin duda alguna, fue el reconocimiento que le brindaron amantes a la tauromaquia duranguense hacia la persona de Hugo Jaquez Domínguez, creador de dicha plaza y un impulsor incansable del toreo, no solo en Durango, sino en todo México.
Fue el 6 de mayo de 1973, que luego de una auténtica travesía, Don Hugo, concluyó la Plaza, la llamo Alejandra, nombre de su hija, ese momento fue imborrable, por la puerta de toriles salía “No que no”, primer toro que recibió Eloy Cavazos, son ya varios los capítulos que con letras de oro ha escrito Jaquez Domínguez, de ahí, el merecido reconocimiento.
El conocido empresario duranguense Hugo Jaquez Domínguez fue motivo de un merecido homenaje en la novillada del fin de semana pasado, en reconocimiento a sus más de 50 años como promotor taurino, tanto en la plaza de Durango como en otros cosos del país.
Un pasaje emotivo al finalizar el paseíllo de dicho festejo, fue llamado Don Hugo Jaquez, al ruedo para recibir un pergamino de una gran trayectoria que comenzó a principios de los años setenta, y cuya labor sirvió para promover la construcción de la plaza "Alejandra" de Durango, que ya tiene 48 años de existencia.
De igual forma, Jaquez Domínguez, fue empresario en la plaza "Valente Arellano" de Torreón, en Jerez, Tlaltenango y hasta en la Monumental Zacatecas, donde organizó corridas de toros y novilladas a lo largo de varios años en los que impulsó la carrera de toreros como Gerardo Vela, Arturo Gilio, Juan Carlos Díaz o Jorge Mata, entre muchos otros.
Dentro de sus recorridos como empresario por la Monumental Zacatecas, tuvo una enorme visión para la confección de los carteles ofrecidos entre 1987 y 1991, ya que supo responder al interés de una afición ávida de festejos atractivos y en donde las tardes de triunfo se hicieron presente en el mes de la patria.
En su estancia en la empresa zacatecana el empresario duranguense dio 25 corridas de toros en los cinco años de permanencia al frente y que le valió además incursionar también con éxito en las plazas de Jerez y Tlaltenango.
Asimismo, en esa época apoyó a las ganaderías de la tierra y a varios aficionados prácticos. Por todo ello, y aunque fuera de manera breve, este homenaje viene a reconocer la trayectoria de un empresario ejemplar que ha trabajado incansablemente a favor de la Fiesta Brava en los últimos 50 años.
