Que Durango se encuentre entre las pocas regiones que tendrán una mejor vista del próximo Eclipse Total de Sol, el 8 de abril, es meramente suerte. “Suerte, es suerte nada más, nos tocó que pasara por aquí, que la luna y el sol se juntaran y dijeran ‘me voy a alinear exactamente arriba de Nazas’, no hay un por qué, es un azar”: Ernesto Cobos González, presidente del Grupo Astronómico BACAB.
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Esa misma suerte tuvo Durango hace 101 años, específicamente en el año 1923, cuando la localidad de Velardeña, situada en el municipio de Cuencamé, fue un buen lugar para observar otro Eclipse Total de Sol, como el que se espera en próximos días, pero ahora teniendo como la mejor sede el municipio de Nazas.
“El año de 1923 los sabios astrónomos de todo el mundo se dieron cita en Velardeña, Durango, para observar el Eclipse Total de Sol que tuvo lugar este año. Se instaló un campamento con toda clase de aparatos científicos y bajo un sistema militar, se controló a los espectadores. Con toques de corneta se anunció la proximidad del eclipse, para que todos guardaran absoluto silencio y no distraer a los sabios. La obscuridad fue absoluta, se vieron en su plenitud todas las estrellas y cantaron los gallos”, se lee en el libro Bojedades, de Xavier Gómez, dedicado a Cartones Durangueños.
Según la historia, fue precisamente el 10 de septiembre de 1923 cuando se registró uno de los primeros Eclipse Total de Sol del siglo XX, el cual fue visible en el suroeste de California y el norte de México.
Para ello, desde el año 1918 Joaquín Gallo empezó a calcular las fases aproximadas del eclipse, procurando determinar las posiciones del sol y la luna, lo cual sería los días 9, 10 y 11 de septiembre de 1923.