"Esto lo vengo manejando desde que tengo aproximadamente nueve años de edad (…) a los 14 probé la marihuana por primera vez, y me gustó la verdad”, expresó para El Sol de Durango, José, de 17 años de edad, uno de los seis menores de edad internados actualmente en el Centro de Rehabilitación Infantil Analco (CRIA), a cargo del DIF municipal.
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El estudiante del quinto semestre de preparatoria narró que su vida dio un cambio radical luego que sus padres se divorciaron, hace alrededor de ocho años, cuando él tenía nueve años de edad. “Fue difícil porque ¿cómo le explicas a un niño de nueve años que sus papás ya no van a estar juntos?. Yo lloraba mucho”.
Aquel tiempo, pese a ser tan solo un niño, se enfrentó a problemas emocionales como la ansiedad y la depresión, enseguida su escenario se complicó y recurrió al alcohol, al tabaco y años después a la marihuana.
“…comencé hasta que tenía 14 años, ahí fue que empecé a consumir; primero fue el alcohol y el tabaco, lo probé el tabaco como a los 12. Y a los 14 probé la marihuana, pero no la consumí tan seguido, después de unos meses la volví a consumir y así sucesivamente y mi consumo se volvió habitual”.
Duró consumiéndola alrededor de los tres años; y según explica, le generaba relajación e incluso felicidad. La marihuana “me hacía olvidarme de los problemas”.
En lo emocional esta droga le hacía sentirse bien, mientras que físicamente se traducía en ojos rojos, boca seca, e incluso quienes estaban cerca de él podrían darse cuenta porque le daban más ganas de comer, comer mucho, aunado a que se ponía más platicador.
Aunque tuvieron que pasar años, finalmente su familia lo descubrió, “fue por el olor y los ojos rojos que me delataban. Recuerdo una vez que llegue a mi casa con los ojos rojos”.
¿Cómo es que un niño accede a las drogas?
José dio a conocer que sin importar la edad, es fácil que cualquier persona pueda adquirir, incluso por poco dinero, la suficiente droga para olvidarse de sus problemas.
“La marihuana la conseguía en los puntos… se la venden a cualquier persona. Compraba 20 pesos o 50, también hay de 120, pero consumía 120 o tostones. Al inicio un 20 sí me duraba como unos tres gallos, tres porros, pero conforme fui consumiendo más me duraba menos, y tenía que comprar más cantidad. En un día me fumaba uno o dos, y conforme fue pasando el tiempo empecé a consumir más y más, y más”.
Dijo, en el denominado punto no le decían ni cuestionaban nada; él llegaba, pedía, se lo daban, pagaba y se iba a consumirlo.
Así era un día con José
Su día empezaba temprano, “con las tres, con unas bandas de mota”, y enseguida se iba a la preparatoria, que por cierto al ser una institución de puertas abiertas, salía en ratos libres, volvía a fumar marihuana, y regresaba normalmente a clases.
“Salía de clases llegaba a mi casa, comía, volvía a fumar otra vez, y a limpiar el cuarto, hacer tareas, comer con la familia, y ya en la tarde bañarme y salir de casa otra vez a fumar. Ya llegaba a la casa hasta en la noche”.
José tiene un plan de vida; quiere ser músico
El preparatoriano contó para El Sol de Durango que su sueño es ser un artista, pues le gusta tanto el dibujo como la música; incluso ya lleva muchas canciones escritas de rap, hip-hop.
Comenzó a escribir por iniciativa propia, y en sus canciones plasmaba todas las emociones de aquellos años en que su vida se tornaba complicada.
“En aquel tiempo era esa tristeza, pero conforme fui consumiendo más, empecé a hablar de eso, del consumo, de lo que vivía”.
Son seis niños internados en el CRIA
La coordinadora del Centro de Rehabilitación Infantil Analco, Martina Sosa, dio a conocer que el CRIA para niños lleva 16 años funcionando, y para niñas a partir del 2021; hasta ahora van atendidos 591 niños y 17 niñas.
El proceso de acuerdo al tratamiento, es de 90 días, pero se dejan incluso hasta las 95, pues los primeros únicamente fueron para desintoxicarlos; enseguida pasan a la parte clínica para crear una alianza terapéutica.
De manera general, actualmente la droga de impacto es el cristal, que es la metanfetamina; aunque en un principio era el solvente o marihuana, por el hecho del poder adquisitivo.
“Inician obviamente con alcohol, tabaco, le brincan a la marihuana, y van brincando por la búsqueda de más emociones, hasta estabilizarse o anclarse en la metanfetamina, por ser una droga sumamente adictiva”.
A través del DIF municipal que lidera su directora, Isabel Ontiveros Soto, se ha fijado atención e impulsado estrategias en busca de ir contra esta problemática. Por ello, resaltó que el CRIA está a disposición de aquellos padres que lleguen a enfrentarse al consumo de alguna droga en sus hijos.
“Que los amo, y me perdonen por lo malo que hice”, dijo a su familia
A quienes están en el riesgo de las adicciones, “no busquen el camino fácil, porque ya cuando estás en el consumo no es fácil salir de ahí, es difícil, busquen apoyo para no caer en esto”.