“Soy estudiante de la UJED, hace aproximadamente dos años viví acoso sexual por parte de un catedrático de mi facultad, estando en primer semestre (…) en ocasiones cuando volteaba a verlo por inercia, él tocaba sus genitales. En una ocasión estaba sentada en examen y se paró del lado izquierdo y empezó a rozar sus genitales en mi hombro, fue cuestión de segundos”.
Declaró para El Sol de Durango la joven Andrea, quien se enfrenta a un serio problema desde entonces, pues además de un daño emocional, ha tenido consecuencias en su carrera.
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Hace ya dos años Andrea comenzó a ser víctima de acoso sexual por parte de un profesor de la Universidad Juárez del Estado de Durango (UJED), y aunque precisamente el 14 de marzo del 2023, dio a conocer su caso y lo denunció ante Unidad de Prevención y Atención de la Violencia de Género de la Máxima Casa de Estudios, el dictamen determinado ahí no se ha cumplido al 100 por ciento.
Más adelante, en busca de una respuesta y justicia, en agosto del 2023, interpuso su denuncia formal ante la Fiscalía General del Estado de Durango (FGED), la cual si bien va en su curso legal y en avance, no ha tenido un esclarecimiento. En ambas instituciones, su caso permanece en la incertidumbre.
Ante ello, Andrea, quien es parte de la matrícula de la Universidad Juárez, pide se atienda su caso y se dé celeridad para tener justicia, pues personal docente y administrativo está en su contra, incluso, a consecuencia ya ha sufrido afectaciones en sus estudios.
“Él al principio empezaba a tratarme de alguna manera de hostigamiento y de carrilla. Era el maestro que se quiere hacer chistoso, al principio uno lo nota normal, pero después me llamó la tóxica, y me sentí incómoda”, narró.
Aunque dio a conocer la situación a la dirección de su facultad, donde se le dijo que hablarían con el maestro, la situación incomoda siguió.
“Yo también le hice notar mi incomodidad a él mismo, pero al parecer a él no le importaba, pues me dijo que para él siempre iba a ser la tóxica”, las cosas fueron subiendo de intensidad, hasta llegar al punto de tocarse los genitales frente a ella, o hasta rozarlos en su hombro, según lo contó.
En el proceso complicado que esto le ha representado, Andrea contó que primeramente tenía las esperanzas que en la misma UJED se actuara, sin embargo, a más de un año de su denuncia, si bien se dio un dictamen, éste no se ha cumplido.
“Se dijo que el catedrático se iba a retirar de su cargo definitivamente, y de toda la UJED, pero a mi no me consta ni me ha llegado ningún documento que lo haga constar. Y se me iba a hacer una remuneración sobre los gastos que había hecho yo por la terapia psicológica, psiquiátrica y medicamentos”.
Si bien lo cambiaron de adscripción desde mayo por la seguridad de Andrea, acorde a las medidas de precaución, no le consta que lo hayan despedido, por lo que demanda un documento que constate que ya no está dentro de la universidad. Aunado a ello falta también que se cubra la parte económica.
Respecto a la denuncia en la FGED, dijo, interpuesta en agosto del año pasado, “vamos avanzando, no podemos decir que vamos bien, todo se va a definir con el tiempo y las pruebas”.
Andrea mientras tanto acusó públicamente que ha sido víctima de amenazas durante este proceso, también se fingió un asalto para darle un fuerte susto.
“Espero que este caso se difunda, y que me den una respuesta, porque hay terceras personas que se están metiendo el asunto, pero que no saben separar lo personal de lo académico”.