Conocí a José Aispuro Torres hace 36 años cuando llegué como delegado del PRI a apoyar a Francisco Labastida en Sinaloa en su campaña para gobernador; “ahí se me acercó, me dijo que era duranguense y desde ese momento ya nunca nos separamos”.
Así narra Maximiliano Silerio Esparza su primer encuentro con el gobernador del estado, José Rosas Aispuro Torres, de quien afirma que ha hecho un gran esfuerzo como mandatario en un periodo muy complicado.
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En la charla para El Sol de Durango, el ex gobernador Silerio aclara de entrada: “Nunca le dije Rosas, le dije para mí tú eres José Aispuro, y nada más, para no confundir”.
Él ha hecho un gran esfuerzo en una circunstancia sumamente difícil; “cuando uno es gobernador debe de contar con una circunstancia favorable, y cuando Durango depende hasta en un 95% de las participaciones federales, se requiere todo el apoyo del Gobierno Federal y cuando no se tiene eso y cuando llega una pandemia brutal que no se acaba de ir y tampoco el gobierno que llegó se ha acabado de ir, pues las condiciones han sido muy complicadas”.
Entonces, Aispuro tuvo que remar los seis años contra la corriente y en ese terreno, hay que comprender que no se podían hacer grandes cosas; “sin embargo, hizo un gran esfuerzo y el resultado final a unos días de entregar el Poder es positivo para Durango”.
Cuestionado sobre la influencia que ejerció él en la carrera política del originario de Amacuable, respondió: “Yo digo que cada quien es dueño de su destino y que cada quien debe tener la madera suficiente para crecer en la política”.
A él yo lo conocí hace 36 años allá en Culiacán, a donde llegué como delgado del Partido cuando Labastida era el candidato a Gobernador y el rival de éste era el Maquío. Lo derrotamos y ahí fue cuando Aispuro se me acercó, me dijo que era duranguense y a partir de ese momento ya nunca nos separamos”.
Fue senador, fue mi secretario privado, en la CNC también me ayudó; “luego cuando llegué a Durango como candidato a gobernador él llegó conmigo como secretario particular; ya como gobernador lo hice oficial mayor, me dijo que no le gustaba la burocracia y él quería la política. Le di la razón y lo mandé a la CNOP y después a diputado federal, luego a legislador local con Guerrero Mier, presidente municipal también. Aunque ya no era yo gobernador, estuve muy cerca de él y lo estuve apoyando mucho”.