El Parque Guadiana, considerado el principal pulmón de Durango, lleva más de 100 años siendo parque público, mismos años en que familias se dan cita ahí, sobre todo los fines de semana, para tener un rato de convivencia y permitir el esparcimiento de los más chicos del hogar.
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¡Que levante la mano aquel duranguense que no tiene buenos recuerdos del Parque Guadiana!. La realidad es que a todos los que se les pregunte, tendrán una anécdota y experiencia que contar de este lugar que sigue recibiendo a cientos de personas cada día.
Los domingos de las familias duranguenses comenzaban con un desayuno en familia, y enseguida alistarse para ir al parque, pasear en el trenecito, comer frituras, fruta, algodón de azúcar, disfrutar de los juegos, como los columpios, sube y baja, o subir a las enormes casas con puentes colgantes que se encuentran al lado del derecho, ingresando por la puerta principal.
Pero, un domingo de parque no era posible sin hacer parada en la famosa Fuente de Las Ranitas, donde desde que se tiene memoria, los niños se dan un buen chapuzón.
Este espacio, de los preferidos por los duranguenses, pero también de los más nostálgicos por los recuerdos que se tienen, data desde el año 1932, así lo señalan sus placas alrededor. Llegar a este lugar es fácil, pues está en la esquina derecha del Parque Guadiana, casi en la esquina de la avenida Fanny Anitúa y calle Del Parque.
Los datos históricos señalan precisamente que esta fuente fue construida e inaugurada en el año 1932 por las autoridades que en ese momento estaban en el Ayuntamiento de la ciudad. Aún sigue en las inmediaciones del Parque Guadiana y el templo franciscano de Los Ángeles.