CANATLÁN, Dgo. (OEM).- Lo sucedido hace un mes, exactamente los días seis y siete de septiembre, nos dejan enseñanzas y aprendizajes que deben servir para una mejor prevención y respuesta a los siniestros por desborde de arroyos y ríos, dice Antonio Valenzuela Espinoza, coordinador de Protección Civil Municipal de Canatlán.
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Hace un mes, las aguas del arroyo Mimbres desbordaron de manera atípica, saliendo de cauce desde La Cañada y enseguida en la colonia Los Perales, afectando a los conjuntos habitaciones ubicados en la ribera de Mimbres, los cuales, a decir del funcionario, los más afectados fueron, en orden de daño a vivienda, el fraccionamiento magisterial Soledad Álvarez, fraccionamiento Las Arboledas, Colonia H. Ayuntamiento, Los Perales y Real Jardines.
Explicó que hace un mes, como se hace de manera cotidiana, se realiza monitoreo y en el caso de Mimbres, el día cuatro de septiembre la presa El Baluarte se encontraba a un 80% de su capacidad, de ahí lo inesperado, la sorpresa por la gran avenida de agua que se tuvo en la madrugada del día martes seis de septiembre.
Respondió el entrevistado que el arroyo tenía tres años sin ser desazolvado, detallando que el año pasado se hizo la solicitud para hacer los trabajos, pero no se recibió respuesta de la autoridad superior.
Protección Civil Municipal cuenta con 15 elementos y está equipado, de ahí que la experiencia que dejó el desbordamiento del arroyo y la inundación a los asentamientos humanos y avenidas ha derivado en que actualmente se hayan integrado grupos de voluntarios en las diversas colonias y fraccionamientos, con el objeto de monitorear de manera constante tanto el arroyo como el Río La Sauceda, que se desbordó el año 2020 y provocó daños a viviendas del poblado El Presidio y colonias como La Ejidal y Once de Julio, en esta ciudad.
Menciona que actualmente la Secretaría de Comunicaciones y Obras Públicas del Estado realiza labores de desazolve, mencionando también la necesidad de que la ciudadanía tome conciencia y cuide las alcantarillas y salidas de agua, que no tiren basura y procuren mantener limpias esas salidas del agua.
De igual manera destacó el gran espíritu solidario de muchas personas e instituciones, locales y foráneas, que de manera individual y grupal se sumaron a las acciones de ayuda a damnificados, llevando comida, siendo empáticos con quienes en esos momentos estaban siendo afectados, el conocer el alto espíritu de servicio de los canatlenses y municipios amigos fue uno de los valores refrendados con esa inundación, destacó Valenzuela Espinoza.