Directores de Centros de Reinserción y el secretario deseguridad responden a Cuestionamientos sobre losCeresos
En los centros de reinserción de Durango, hay más de 4 milpersonas privadas de su libertad.
En el caso del centro de esta ciudad capital, fue diseñado paraalbergar 3 mil 592 y tiene 4 mil 133.
Esto, consecuencia de que al acordarse la construcción de unnuevo centro en Gómez Palacio fueron trasladados aquí cerca de500.
En el Centro Especial de Integración y Tratamiento para MenoresInfractores (CERTMI) hay 15 adolescentes de los que –datoominoso- 7 están por secuestro, 6 por homicidio, uno pornarcotráfico y otro por robo agravado.
Estos y otros datos que abordaremos más adelante, nos fueronproporcionados por el secretario de Seguridad Pública del EstadoJavier Castrellón y los directores de los centros de DurangoGustavo Rivera Ramos, de Santiago Papasquiaro, Marco AntonioContreras, Sergio Hernández López e Iliana Alvarado Salinas.
Los términos técnicos varían.
Conocimos las cárceles con tal nombre, luego fueronpenitenciarías, cambiaron a centro de readaptación social, luegoa centro de rehabilitación, ahora son centros de reinserción.
Los presos fueron después internos, fueron reos y ahora sonpersonas privadas de su libertad.
Coinciden los entrevistados en la readaptación. Sí se puedenrehabilitar.
Terecomendamos:
Y sea lo que sea lo que a un adulto le correspondería por eldelito –por secuestro- podrían ser hasta 50 años- abandonan elcentro de internamiento cuando llegan a los 18 años, la mayoríade edad.
Sin embargo, Iliana Alvarado hace notar y coinciden con ella elsecretario y el director del Cereso Durango, en que ninguno de losadolescentes que han sido tratados en el CERTMI ha caído en unacárcel para adulto, ninguno, que sepa ha vuelto a delinquir lo queles hace pensar que el tratamiento que recibieron fue tan adecuadopara regresarlos a la sociedad como seres decentes.
Ciertamente, los espacios para albergar a los presos soninsuficientes pero opinan que en un año tendrán disponible elnuevo Cereso para llevar a 600 personas en el local ubicado a 30kilómetros de la ciudad y que tendrá un costo de 3 mil millonesde pesos…
Gustavo Rivera explica que el centro consta de cuatro centroscon capacidad para 200 internos en cada uno, sin comunicarse entresí y que por ley, en un kilómetro a la redonda no se permitiránasentamientos de ninguna especie.
La pregunta obligada es si existe autogobierno.
Javier Castrellón lo rechaza de inmediato y hace notar que enprimer proceso, dos centros fueron certificados por un organismoprivado internacional.
Porque no hay autobierno porque se aplican medidasdisciplinarias preventivas pero humanas, porque hay trato dignopara el personal.
Rivera Ramos, informa que estuvo en Mariland en un curso y ahíse enteró de que la crueldad es el trato para los privados de sulibertad.
En Estados Unidos no existe la visita conyugal, las visitas conuna mica de por medio y servicio de teléfono, son malos los datosy reveló que les informaron que en ese tiempo se habíandecomisado 300 armas de fuego ingresadas al centro con algunaidea.
Así que sin que lo justifique, puede entenderse por qué lasrevisiones constantes, tan efectivas que el secretario Castrellónasegura que no se han encontrado armas, no hay droga, no se traficacon tóxicos en el interior y que sin ser una panacea los centrosde reinserción en Durango, responden a los estándares mundiales ycon muchas ventajas y sobre todo, con un trato humano para loscautivos.
El director de Santiago Papasquiaro, corrige. Hay 211 cautivosde los cuales 25 acaban de ser trasladados a Durango por falta decupo.
El hacinamiento, explica Rivera Ramos, se refleja en la noche,porque en cada celda se asientan más internos de los que caben, delos que debería de haber, pero con todo, es humano el trato.
Algo que revelan: Pedro Avila lucha mucho porque los internos nosean llevados a las Islas Marías.
Quizá ignora que hacen fila por ser llevados al penal del mar,porque sólo van los que no son reos peligrosos, pueden entrar contoda su familia, tienen trabajo y tienen ingresos.
Hay casos que relata Gustavo Rivera: Una señora que estuvopresa en la antigua penitenciaría, que inauguró el Cereso actual,que ha estado así desde entonces entrando y saliendo porque norenuncia a su calidad de “fardera” y sus salidas, se hanconvertido en algo chusco.
Antes de salir les dice a las demás. Les encargo mi tienda,cuídenmela.
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Les encargo mi piedra Se refiere a su cama.
Hay otro caso: Un señor tiene dentro 30 años y no quieresalir porque no tiene familia, no tiene casa, no conoce mucho delo que Durango tiene ahora.
Se mantiene de bolear los zapatos de custodios, otros internos ydel personal masculino y femenino del centro.
Javier Castrellón rechaza contundente el calificativo que lesda a las cárceles como escuelas del crimen.
No es el caso de los de Durango en las que si que se tengan enun sitio, hay disciplina, hay orden, hay guía, hay vigilancia yhay trato digno.
Y casi todos, por no decir todos, salen con un tratamientosuficiente para readaptarse a su condición de hombres y mujereslibres.
Los custodios son elementos que andan desarmados en el CERESO,las armas las tienen en las torres, relacionan con los internos yen algunos casos hasta se convierten en sus condescendientes, hacenamistad que se llega a prolongar cuando aquellos quedanlibres.
El secretarito Castrellón califica como un mito lo que afuerase dice. Que a los violadores los someten a la misma pena cuandolos condenan. Que son motivo de ser violados por los demás.
Asegura que eso es falso, no se permitiría y que haya muchosmitos, muchas mentiras que se dicen afuera.
La rehabilitación se logra con trabajo, cultura, deporte,educación y el centro de Durango tiene convenios con el InstitutoAlejandría, que se ha obtenido que algunos presos adquieran nivelde licenciatura y muchos otros, que tenían primaria, estudien preparatoria.
Eso los motiva a ser alguien digno de ser aceptados en sociedad,así como los trabajos y el respeto.
Las comidas por persona, tienen qué ser –y son- nutritivas yabundantes.
Muchos comen mejor que en su casa y fomenta en las convivenciasde 4 días por semana que tienen con sus familias y que es tambiénparte del tratamiento.
Algunas de as actividades que desempeñan los internos sonartesanales y entre estas, está la del piteado de cintos que ledan ingresos al que los fabrica.
Normalmente, el cinto vale 12 mil pesos hay quienes lo piden conhilos de oro y plata.
Obtienen los hilos desde Guadalajara y obviamente, esos cintosson muy caros.
Obviamente, no cualquier persona pide esos cintos y menos lamontura, son todavía más caros cuando van adornadas con oro yplata.
Coinciden los entrevistados en que ninguna cárcel es jaula deoro, pero dentro de lo que cabe, son espacios que le permiten alindividuo servir con dignidad, aprovechar oportunidades deregenerarse y salir libres, libres de emprender una vida nueva,acorde con las exigencias sociales.
