Misa en la Catedral Basílica Menor de Durango el próximo domingo 10 de julio, será por los siete sacerdotes que han sido asesinados en los últimos tres años, y por las familias de los 100 mil mexicanos que han sido víctimas de violencia, declaró Monseñor Faustino Armendáriz Jiménez.
“Simplemente somos porta voz de un pueblo que sufre la violencia, la inseguridad y creo que todos tenemos esta experiencia de ser vulnerables”.
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Apuntó sobre el llamado que realizaron los representantes de la Iglesia Católica en días pasados al Gobierno Federal, para modificar la estrategia de seguridad, y la repuesta de no cambiarla del presidente Andrés Manuel López Obrador, “quien tiene la palabra es nuestro pueblo, no podemos cerrar los ojos a los clamores y al sufrimiento”.
Reconoció “cada persona tiene sus ideas para afrontar los desafíos, y cada uno asumimos las consecuencias y secuelas de lo que hemos determinado”, y recordó que los hechos que se han presentado no deben ocurrir en México y en ningún país.
“No es malo pedirles reconsiderar la posibilidad de un cambio y buscar mejores caminos, no es malo hacerlo y estaremos siendo reiterativos, y sobre todo cuando hemos sido señalados con adjetivos que no son ciertos”.
Precisó que la Iglesia esta en contra de la violencia y de la guerra, y están conscientes de que el problema de seguridad afecta a todos, “somos parte de una comunidad que peregrina, somos parte de una comunidad que vive la misma experiencia con el común denominador”, concluyó.
