/ sábado 21 de agosto de 2021

Epígrafe

El resentido social

Quizás los que tengan buena memoria recuerden la masacre de la iglesia de Chareston, acontecida el 17 de junio del año de 2015, en Carolina de Sur de EE. UU., en la iglesia episcopal africana metodista “Emanuel”.

En ese lugar llegó un hombre blanco de 21 años de edad, posteriormente identificado como Dylann Roof, quien con un arma de fuego mató a 9 personas, y en el momento del suceso, Roof mencionó que debía hacerlo, pues los negros estaban violando sus mujeres y apoderándose del país.

El doctor Frank Clavijo, psicoterapeuta del estado de Colorado en EE. UU. indica que Roof es el clásico resentido social, por considerar que no ha obtenido lo que merece, ya sea un nivel social, un estatus, y responsabiliza a la sociedad de lo que a él le ocurre emocionalmente, y como la sociedad es injusta y racista, no le permite realizarse con las oportunidades y logros que él merece, y su decisión fue actuar en contra de la nefasta sociedad, que siempre lo ha hecho un lado, que lo ha reprimido y rechazado.

Señalan los conocedores de este tema, que el resentido social asume una actitud de frustración, odio, impotencia, rencor y rechazo hacia lo que provoca una injusticia o desigualdad, la provocan el abuso y el desmedido ejercicio de poder por los grupos participantes, sobre todo cuando se tiene la creencia de que, es merecedor de una situación mejor,

Clásico ejemplo es el individuo que considera que su pobreza o condición, es debido a que los ricos no permiten un ascenso para tener una vida más digna, pero en vez de superarse, se resiste a hacerlo. Las personas resentidas se identifican por su falta de estímulo, de metas propias en la vida, tienen una actitud de negar, de estigmatizar, condenar, rechazar todo lo relacionado con su estatus actual.

No hace mucho leí lo siguiente: “Para los resentidos sociales es más importante la venganza que cambiar su situación. Están dispuestos a perdonar todo a quien los vengue con tal que, en el discurso del cual se alimentan, haga manifestación pública de esa condición”.

Un especialista en gestión de proyectos de investigación científica y tecnológica, gestión de proyectos de desarrollo sostenible y socioambientales, como lo es el doctor César Cuello Nieto, explica el resentimiento social no se evade de la persona con dádivas o paternalismo, pues no sana ningún problema, sino que, al contrario lo reproduce, porque el resentido, aunque le den las cosas, continúa siendo una persona que no se siente útil y crea más sentimientos de inconformidad, que al final terminará odiando y rechazando todo lo que considere causante de penuria y degradación humana.

Un problema social resulta, cuando varias personas con este tipo de resentimiento se llegan a unir por causa de un “resentimiento común” como lo es, culpar a los ricos, a los que desempeñan un cargo público en el que consideran se enriquecen indebidamente los que ahí laboran, quienes en lugar de buscar las causas de concluir con el resentimiento que los especialistas indican, aceptando lo sucedido y comprender que la vida está llena de injusticias, mejorar el nivel de autoestima, avanzando para madurar, buscando la positividad para encontrar lo bueno de cada circunstancia o cada hecho, mirando hacia delante siempre para poder dejar atrás los resentimientos, sabiendo que lo pasado nadie lo va a transformar, estar dispuestos a perdonar y más que nada a demostrar que se puede ser útil de verdad no en teoría; pero aparece un líder quien los alienta en protestar y, si les promete que los habrá de redimir si le brindan su apoyo, serán sus incondicionales y con el objetivo principal de cobrar venganza, pues para ellos es mucho más importante la venganza que cambiar su situación.

A mi manera de ver, esa unión de resentidos sociales ya dio frutos y hasta eligieron su presidente, con las mismas características de los resentidos, quien sabe que sus simpatizantes no le van cobrar la violencia descomunal que ya existe, el gran desempleo, la mal cuidada pandemia y sus muertos, mucho menos los acaecidos por el crimen organizado, el aumento de la corrupción y de la pobreza extrema, mientras continúe con su actitud divisionista, odiando clase media y alta, aunque se tenga que aliar con los que antes maldecía para que lo saquen de los atolladeros y en sus torpes discursos continúe su idea de venganza justiciera, y nunca logre absolutamente nada.

El resentido social

Quizás los que tengan buena memoria recuerden la masacre de la iglesia de Chareston, acontecida el 17 de junio del año de 2015, en Carolina de Sur de EE. UU., en la iglesia episcopal africana metodista “Emanuel”.

En ese lugar llegó un hombre blanco de 21 años de edad, posteriormente identificado como Dylann Roof, quien con un arma de fuego mató a 9 personas, y en el momento del suceso, Roof mencionó que debía hacerlo, pues los negros estaban violando sus mujeres y apoderándose del país.

El doctor Frank Clavijo, psicoterapeuta del estado de Colorado en EE. UU. indica que Roof es el clásico resentido social, por considerar que no ha obtenido lo que merece, ya sea un nivel social, un estatus, y responsabiliza a la sociedad de lo que a él le ocurre emocionalmente, y como la sociedad es injusta y racista, no le permite realizarse con las oportunidades y logros que él merece, y su decisión fue actuar en contra de la nefasta sociedad, que siempre lo ha hecho un lado, que lo ha reprimido y rechazado.

Señalan los conocedores de este tema, que el resentido social asume una actitud de frustración, odio, impotencia, rencor y rechazo hacia lo que provoca una injusticia o desigualdad, la provocan el abuso y el desmedido ejercicio de poder por los grupos participantes, sobre todo cuando se tiene la creencia de que, es merecedor de una situación mejor,

Clásico ejemplo es el individuo que considera que su pobreza o condición, es debido a que los ricos no permiten un ascenso para tener una vida más digna, pero en vez de superarse, se resiste a hacerlo. Las personas resentidas se identifican por su falta de estímulo, de metas propias en la vida, tienen una actitud de negar, de estigmatizar, condenar, rechazar todo lo relacionado con su estatus actual.

No hace mucho leí lo siguiente: “Para los resentidos sociales es más importante la venganza que cambiar su situación. Están dispuestos a perdonar todo a quien los vengue con tal que, en el discurso del cual se alimentan, haga manifestación pública de esa condición”.

Un especialista en gestión de proyectos de investigación científica y tecnológica, gestión de proyectos de desarrollo sostenible y socioambientales, como lo es el doctor César Cuello Nieto, explica el resentimiento social no se evade de la persona con dádivas o paternalismo, pues no sana ningún problema, sino que, al contrario lo reproduce, porque el resentido, aunque le den las cosas, continúa siendo una persona que no se siente útil y crea más sentimientos de inconformidad, que al final terminará odiando y rechazando todo lo que considere causante de penuria y degradación humana.

Un problema social resulta, cuando varias personas con este tipo de resentimiento se llegan a unir por causa de un “resentimiento común” como lo es, culpar a los ricos, a los que desempeñan un cargo público en el que consideran se enriquecen indebidamente los que ahí laboran, quienes en lugar de buscar las causas de concluir con el resentimiento que los especialistas indican, aceptando lo sucedido y comprender que la vida está llena de injusticias, mejorar el nivel de autoestima, avanzando para madurar, buscando la positividad para encontrar lo bueno de cada circunstancia o cada hecho, mirando hacia delante siempre para poder dejar atrás los resentimientos, sabiendo que lo pasado nadie lo va a transformar, estar dispuestos a perdonar y más que nada a demostrar que se puede ser útil de verdad no en teoría; pero aparece un líder quien los alienta en protestar y, si les promete que los habrá de redimir si le brindan su apoyo, serán sus incondicionales y con el objetivo principal de cobrar venganza, pues para ellos es mucho más importante la venganza que cambiar su situación.

A mi manera de ver, esa unión de resentidos sociales ya dio frutos y hasta eligieron su presidente, con las mismas características de los resentidos, quien sabe que sus simpatizantes no le van cobrar la violencia descomunal que ya existe, el gran desempleo, la mal cuidada pandemia y sus muertos, mucho menos los acaecidos por el crimen organizado, el aumento de la corrupción y de la pobreza extrema, mientras continúe con su actitud divisionista, odiando clase media y alta, aunque se tenga que aliar con los que antes maldecía para que lo saquen de los atolladeros y en sus torpes discursos continúe su idea de venganza justiciera, y nunca logre absolutamente nada.