/ domingo 4 de octubre de 2020

Hacemos mejor los debates aunque Joe Biden ganará

Aquí fue más complicado organizar los debates porque fueron cuatro los precandidatos a la Presidencia, pero se respetaba el turno de cada uno de ellos y no estuvieron exentos de agresividad y de llegar a interrumpirse en el uso de la palabra, para nada que ver con el penoso espectáculo que dieron Donald Trump y Joe Biden.

“El Bronco” Jaime Fernández hizo honor a su apodo y era la novedad al ser el primer precandidato independiente, y el de menos tablas que era el del PRI José Meade, también supo defender con energía a su partido, y tenía elementos para hacer propuestas, pues había sido secretario de Hacienda nada menos, y ocupó secretarias con gobiernos del PAN y del PRI, pero eran Ricardo Anaya y Andrés Manuel López Obrador, los más experimentados en el debate político.

El debate que sigue en los EUA es el de los precandidatos a la vicepresidencia, un hombre más pausado como el actual compañero de fórmula, Mike Pence, y una senadora inteligente, Kamala Harris, que seguramente restablecerán el respeto a la política, y dejarán un mejor ambiente para los tres debates que faltan entre Trump y Biden, que serán muy diferentes cada uno a los anteriores.

Como no se dejaban hablar no expusieron en detalle sus programas de gobierno, que de todos modos son conocidos, y quedaron los episodios anecdóticos para repetir una y otra vez; que Biden le dijo a Trump que es el peor presidente que han tenido los EUA y que era un payaso; y Trump repitió su puesta en duda de las capacidades mentales de Biden, y con la modestia que lo caracteriza, que él en 47 días había hecho más que Biden en sus 47 años de carrera.

Porque es de hacer notar, que están luchando por la presidencia dos personalidades de 74 años de edad Trump y 78 el señor Joe Biden, que efectivamente hace 47 años ya fue precandidato a presidente, tiene una larga carrera de legislador, y fue un buen acierto y un muy buen vicepresidente del gran acontecimiento que representó Barak Obama, sin imaginar nadie que un personaje prehistórico sería su sucesor.

Obviamente las diferencias entre Trump y Biden están entre el desorden y las mentiras, y la seriedad y la experiencia; y en concreto: atender la pandemia con responsabilidad; la economía con seriedad; y la reconciliación o el racismo y una equivocada concepción de lo que es “la grandeza de los EUA”, y su lugar en el mundo. Por cierto “los supremacistas tan citados”, que querían que Trump rechazara por pronazis, como los hay en la mismísima Alemania y en varias partes de Europa, son una verdadera minoría junto al gran arte y millones de seguidores, que existen en los EUA y en Europa.

Peligrosas las mafias que tienen allá, asociadas con las mexicanas, los miles y miles de vendedores, que cuando ellos quieren, arrestan, y la capacidad económica para el consumo de la clásica, la cocaína, por parte de cientos de miles de personas, tema que tiene que ver con el de las armas. Esos son los grandes problemas. Y desde luego la actuación de las policías de los estados con los negros, es otro grandísimo problema, votos morenos que harán ganar a Biden, con los hispanos y las mujeres, y la mayoría blanca norteamericana, por supuesto. Sin embargo habrá que analizar con cuidado los resultados electorales. Por cuánto se derrota a Trump y con qué tipos de votos.

Aquí nuestros “supremacistas” son unas almas de Dios junto a los pronazis de varios países. AMLO, contrario a lo que se piensa, logró parar en buena medida las barbaridades de Trump sobre los mexicanos, pero eso es para otro texto. Errores y todo, México tiene un presidente respetable. García Luna y Lozoya son parte y testigos de otros presidentes.

Aquí fue más complicado organizar los debates porque fueron cuatro los precandidatos a la Presidencia, pero se respetaba el turno de cada uno de ellos y no estuvieron exentos de agresividad y de llegar a interrumpirse en el uso de la palabra, para nada que ver con el penoso espectáculo que dieron Donald Trump y Joe Biden.

“El Bronco” Jaime Fernández hizo honor a su apodo y era la novedad al ser el primer precandidato independiente, y el de menos tablas que era el del PRI José Meade, también supo defender con energía a su partido, y tenía elementos para hacer propuestas, pues había sido secretario de Hacienda nada menos, y ocupó secretarias con gobiernos del PAN y del PRI, pero eran Ricardo Anaya y Andrés Manuel López Obrador, los más experimentados en el debate político.

El debate que sigue en los EUA es el de los precandidatos a la vicepresidencia, un hombre más pausado como el actual compañero de fórmula, Mike Pence, y una senadora inteligente, Kamala Harris, que seguramente restablecerán el respeto a la política, y dejarán un mejor ambiente para los tres debates que faltan entre Trump y Biden, que serán muy diferentes cada uno a los anteriores.

Como no se dejaban hablar no expusieron en detalle sus programas de gobierno, que de todos modos son conocidos, y quedaron los episodios anecdóticos para repetir una y otra vez; que Biden le dijo a Trump que es el peor presidente que han tenido los EUA y que era un payaso; y Trump repitió su puesta en duda de las capacidades mentales de Biden, y con la modestia que lo caracteriza, que él en 47 días había hecho más que Biden en sus 47 años de carrera.

Porque es de hacer notar, que están luchando por la presidencia dos personalidades de 74 años de edad Trump y 78 el señor Joe Biden, que efectivamente hace 47 años ya fue precandidato a presidente, tiene una larga carrera de legislador, y fue un buen acierto y un muy buen vicepresidente del gran acontecimiento que representó Barak Obama, sin imaginar nadie que un personaje prehistórico sería su sucesor.

Obviamente las diferencias entre Trump y Biden están entre el desorden y las mentiras, y la seriedad y la experiencia; y en concreto: atender la pandemia con responsabilidad; la economía con seriedad; y la reconciliación o el racismo y una equivocada concepción de lo que es “la grandeza de los EUA”, y su lugar en el mundo. Por cierto “los supremacistas tan citados”, que querían que Trump rechazara por pronazis, como los hay en la mismísima Alemania y en varias partes de Europa, son una verdadera minoría junto al gran arte y millones de seguidores, que existen en los EUA y en Europa.

Peligrosas las mafias que tienen allá, asociadas con las mexicanas, los miles y miles de vendedores, que cuando ellos quieren, arrestan, y la capacidad económica para el consumo de la clásica, la cocaína, por parte de cientos de miles de personas, tema que tiene que ver con el de las armas. Esos son los grandes problemas. Y desde luego la actuación de las policías de los estados con los negros, es otro grandísimo problema, votos morenos que harán ganar a Biden, con los hispanos y las mujeres, y la mayoría blanca norteamericana, por supuesto. Sin embargo habrá que analizar con cuidado los resultados electorales. Por cuánto se derrota a Trump y con qué tipos de votos.

Aquí nuestros “supremacistas” son unas almas de Dios junto a los pronazis de varios países. AMLO, contrario a lo que se piensa, logró parar en buena medida las barbaridades de Trump sobre los mexicanos, pero eso es para otro texto. Errores y todo, México tiene un presidente respetable. García Luna y Lozoya son parte y testigos de otros presidentes.