/ sábado 25 de septiembre de 2021

Los mejores candiles

En junio del 2019, nuestro país regaló 30 millones de dólares a El Salvador, para que lo destine su líder Nayib Bukele para apoyar al desarrollo económico de su país.

El 20 de septiembre de 2019, se dio a conocer que AMLO financia programas sociales de Honduras y El Salvador, donando 885 millones de pesos (41 millones de dólares) del Fondo México para que Honduras y El Salvador pongan en marcha los programas sociales Jóvenes Construyendo el Futuro y Sembrando Vida.

El 12 de junio del presente año, fue anunciado que el gobierno federal realizó una donación de 400 mil dosis de vacunas AstraZeneca, para Belice, Bolivia y Paraguay y también se enviaron 800 mil dosis a la ciudad de Buenos Aires.

El 24 de junio del presente año, también se anunció la entrega de 150 mil dosis para Guatemala, otras tantas para Honduras y otras tantas de la misma cantidad para El Salvador.

En el transcurso de la semana, escuché en las noticias que el gobierno federal pagó $255,873,177.04 millones de pesos a la salud de los mexicanos que en plena pandemia fueron tratados por estos falsos médicos cubanos que permanecieron en nuestro país viviendo a cuerpo de rey, pues no existen evidencias de ningún tipo de que, alguno de los 585 cubanos contara con algún título profesional, como tampoco de que hubieran trabajado en algo relacionado con la pandemia, pero en nuestro país, ni siquiera la vacuna del Covid-19, se proporciona a sus ciudadanos.

Senadores del Partido Acción Nacional han estado investigando sobre dos convenios celebrados por parte del gobierno mexicano con el ministerio de Salud de Cuba, que suman un total de $255,873,177.04 millones de pesos, que se señala serían pagados en euros corroborando además que, al parecer fueron 585 personas quienes arribaron de cuba a nuestro país, pero ni el seguro social el ISSSTE, la Secretaría de Salud, la CONADEM, ni el Instituto de Migración, dieron una información de la estancia de dichas personas que, nunca demostraron tener algún título que los identificara como profesionales de la medicina, y tampoco, la labor que estuvieron realizando en nuestro país.

Conocemos que candil de la calle y oscuridad de su casa se aplica perfectamente al gobierno mexicano, proyectando hacia el extranjero lo mejor, dando lo mejor, mientras que el pueblo de México, sufre de penurias. A los niños se les negaba la aplicación de vacunas, pero para regalarlas a otros países; qué bien.

Sabemos que en cientos de poblados se encuentran completamente sin asistencia médica y otros con un pasante de medicina que también las precariedades de la situación, con un salario mínimo y con todas las carencias para poder prestar un mediano servicio. Pero incalificablemente, se trajeron a los supuestos 585 médicos de Cuba, que nadie sabe qué hicieron, pero sí defraudaron a nuestro país con millones de dólares, pero que, por ningún motivo existen médicos en el país que se les pague la cantidad que recibieron esos extranjeros.

En la celebración de la CELAC que fue un rotundo fracaso para el presidente, pues no se cumplieron sus expectativas en convertir un bloque anti EE.UU., ni para apoyar los regímenes dictatoriales de Cuba y Venezuela, pero quedó como achichincle de los dictadores.

Y continuando con su política de quien no esté conmigo está contra mí, ha hecho una justicia selectiva y activando la represión en contra de quien señale sus ocurrencias, tonterías, falsedades, corruptelas, fraudes y demás, al grado de que existen las venganzas, como la demostrada por Gertz Manero, quien por haberle descubierto la usurpación de la tesis que presentó para ser aceptado por la Junta de Honor del Sistema Nacional de Investigadores, se han presentado denuncias insistentes por supuestos delitos desconocidos, en contra de 31 científicos, mientras que les reparten abrazos a los miembros del crimen organizado.

Con todo lo mencionado y el tapete que puso al dictador Miguel Díaz Canel en los festejos de independencia de nuestro país, considero que tenemos los mejores candiles de la calle que en todo el mundo hayan existido.

En junio del 2019, nuestro país regaló 30 millones de dólares a El Salvador, para que lo destine su líder Nayib Bukele para apoyar al desarrollo económico de su país.

El 20 de septiembre de 2019, se dio a conocer que AMLO financia programas sociales de Honduras y El Salvador, donando 885 millones de pesos (41 millones de dólares) del Fondo México para que Honduras y El Salvador pongan en marcha los programas sociales Jóvenes Construyendo el Futuro y Sembrando Vida.

El 12 de junio del presente año, fue anunciado que el gobierno federal realizó una donación de 400 mil dosis de vacunas AstraZeneca, para Belice, Bolivia y Paraguay y también se enviaron 800 mil dosis a la ciudad de Buenos Aires.

El 24 de junio del presente año, también se anunció la entrega de 150 mil dosis para Guatemala, otras tantas para Honduras y otras tantas de la misma cantidad para El Salvador.

En el transcurso de la semana, escuché en las noticias que el gobierno federal pagó $255,873,177.04 millones de pesos a la salud de los mexicanos que en plena pandemia fueron tratados por estos falsos médicos cubanos que permanecieron en nuestro país viviendo a cuerpo de rey, pues no existen evidencias de ningún tipo de que, alguno de los 585 cubanos contara con algún título profesional, como tampoco de que hubieran trabajado en algo relacionado con la pandemia, pero en nuestro país, ni siquiera la vacuna del Covid-19, se proporciona a sus ciudadanos.

Senadores del Partido Acción Nacional han estado investigando sobre dos convenios celebrados por parte del gobierno mexicano con el ministerio de Salud de Cuba, que suman un total de $255,873,177.04 millones de pesos, que se señala serían pagados en euros corroborando además que, al parecer fueron 585 personas quienes arribaron de cuba a nuestro país, pero ni el seguro social el ISSSTE, la Secretaría de Salud, la CONADEM, ni el Instituto de Migración, dieron una información de la estancia de dichas personas que, nunca demostraron tener algún título que los identificara como profesionales de la medicina, y tampoco, la labor que estuvieron realizando en nuestro país.

Conocemos que candil de la calle y oscuridad de su casa se aplica perfectamente al gobierno mexicano, proyectando hacia el extranjero lo mejor, dando lo mejor, mientras que el pueblo de México, sufre de penurias. A los niños se les negaba la aplicación de vacunas, pero para regalarlas a otros países; qué bien.

Sabemos que en cientos de poblados se encuentran completamente sin asistencia médica y otros con un pasante de medicina que también las precariedades de la situación, con un salario mínimo y con todas las carencias para poder prestar un mediano servicio. Pero incalificablemente, se trajeron a los supuestos 585 médicos de Cuba, que nadie sabe qué hicieron, pero sí defraudaron a nuestro país con millones de dólares, pero que, por ningún motivo existen médicos en el país que se les pague la cantidad que recibieron esos extranjeros.

En la celebración de la CELAC que fue un rotundo fracaso para el presidente, pues no se cumplieron sus expectativas en convertir un bloque anti EE.UU., ni para apoyar los regímenes dictatoriales de Cuba y Venezuela, pero quedó como achichincle de los dictadores.

Y continuando con su política de quien no esté conmigo está contra mí, ha hecho una justicia selectiva y activando la represión en contra de quien señale sus ocurrencias, tonterías, falsedades, corruptelas, fraudes y demás, al grado de que existen las venganzas, como la demostrada por Gertz Manero, quien por haberle descubierto la usurpación de la tesis que presentó para ser aceptado por la Junta de Honor del Sistema Nacional de Investigadores, se han presentado denuncias insistentes por supuestos delitos desconocidos, en contra de 31 científicos, mientras que les reparten abrazos a los miembros del crimen organizado.

Con todo lo mencionado y el tapete que puso al dictador Miguel Díaz Canel en los festejos de independencia de nuestro país, considero que tenemos los mejores candiles de la calle que en todo el mundo hayan existido.