/ viernes 25 de enero de 2019

Peligroso que un funcionario done su sueldo

Conozco muy bien a una persona que, al momento de que le pagaban lo correspondiente a su primer quincena como funcionario público, no quiso recibir su respectivo cheque, pero no porque fuera a donarlo, sino que, al recibir una cantidad tan sumamente modesta señaló que, el recibir una cantidad tan exigua y por lo que él manejaba en la oficina que dirigía, sería señalarlo como ratero, debido a que, con algo que interceptara de su trabajo, obtendría el doble de lo que le pagaban en una quincena pero en solo un día.

No obstante que, por las noticias me he enterado de multitud de personas que suplican a San Judas Tadeo que; “no les den, pero sí los ponga en donde haya”, en donde quizás de esta manera sí podría haber ganancias muy superiores al salario que se pudiera devengar, es notorio que la gran mayoría busca especular sobre la obtención de la mejor de las ganancias, aunque no sean merecedoras de la calidad del servicio que están prestando.

Pero en materia política, creo que sí es peligroso confiar en alguna persona que ha contendido para ocupar un cargo político por elección popular y que, al llegar a él manifieste que dona su sueldo a determinadas causas o personas.

Es de considerar que, las contiendas electorales en nuestro país son respaldadas por lo regular con grandes sumas de dinero, desconociéndose en la mayoría de las ocasiones, la procedencia de dichos fondos por parte de quienes somos los votantes y es muy posible que el candidato ganador, tenga el deseo de recuperar lo invertido en su campaña durante la gestión del cargo para el que fue electo.

Por supuesto que existen personas consideradas en la categoría de ricas y que, por tener varias o múltiples fuentes de ingresos de distinta índole, podrían darse el lujo de realizar donativos cuantiosos y ponerse a la par de muchos filántropos, sólo que dichas donaciones las llegan a verificar para que le liberen cantidades en los impuestos que tiene que pagar.

Para muchos es impactante que un político haga la donación de su salario, y por consiguiente el político ganará adeptos con quien tenga la creencia y aceptación de su propuesta, pero quizás es conveniente contemplar que lo que busca el político es estar en el poder, pero precisamente para poder, que es el máximo de los “estatus” de un político, aunado a que habrá de estar en donde haya y poderse satisfacer a manos llenas como la gran mayoría de ellos lo hacen.

Podría decirse que es preferible que se otorgue un buen salario, a que la persona tenga la disposición de despacharse con la cuchara grande por estar en el lugar en donde hay, pero también, quizás por ser los salarios bajos, se ha acostumbrado por parte de la burocracia a objetar absolutamente todo, quizás para obtener por debajo del agua algún beneficio. En la actualidad, se considera que la burocracia siempre está en contra de todos, pues siempre objeta hasta lo más mínimo.

Sabemos que las instituciones bancarias y las compañías de seguros por no devolver o no pagar el dinero del cliente lo defiende a morir, de igual forma la empresa aseguradora, quienes le señalan hasta la falta de los acentos en los nombres como improcedentes, pero lo mayormente indignante es que, en determinadas oficinas por el punto posterior a MA, o sea MA, ya es diferente, y la negativa es rotunda, considero que eso ya es sadismo burocrático. O tal vez sea parte de las múltiples simplificaciones administrativas que cada vez dificultan más la existencia de los ciudadanos.

Más peligroso aún que, personas con malas mañas, a quienes en forma popular conocemos como “los feos” que siempre se salgan con la suya por lograr mediante sus jugosas dádivas o propinas absolutamente todo lo que desean y sorprendan a todos con la facilidad logran todos sus objetivos por negativos que parezcan.

Peligroso que, los ministros de la Corte reduzcan sus percepciones, pues muy fácilmente pueden obtener el doble en muchos de los asuntos que ellos resuelven. Y así como considero que es conveniente un salario decoroso y digno para un ministro, así también pienso lo sea para los fiscales, ministerios públicos y demás profesionales del derecho que en constante preparación y atentos a las reformas legales, trabajan sirviendo a una sociedad para que exista justicia.

Por supuesto que es menester siempre, el examen de oposición para que siempre se encuentren desempeñando dichos cargos personas que tengan el merecimiento pleno en la obligación que se les haya asignado por sus conocimientos y capacidad de servicio.

Conozco muy bien a una persona que, al momento de que le pagaban lo correspondiente a su primer quincena como funcionario público, no quiso recibir su respectivo cheque, pero no porque fuera a donarlo, sino que, al recibir una cantidad tan sumamente modesta señaló que, el recibir una cantidad tan exigua y por lo que él manejaba en la oficina que dirigía, sería señalarlo como ratero, debido a que, con algo que interceptara de su trabajo, obtendría el doble de lo que le pagaban en una quincena pero en solo un día.

No obstante que, por las noticias me he enterado de multitud de personas que suplican a San Judas Tadeo que; “no les den, pero sí los ponga en donde haya”, en donde quizás de esta manera sí podría haber ganancias muy superiores al salario que se pudiera devengar, es notorio que la gran mayoría busca especular sobre la obtención de la mejor de las ganancias, aunque no sean merecedoras de la calidad del servicio que están prestando.

Pero en materia política, creo que sí es peligroso confiar en alguna persona que ha contendido para ocupar un cargo político por elección popular y que, al llegar a él manifieste que dona su sueldo a determinadas causas o personas.

Es de considerar que, las contiendas electorales en nuestro país son respaldadas por lo regular con grandes sumas de dinero, desconociéndose en la mayoría de las ocasiones, la procedencia de dichos fondos por parte de quienes somos los votantes y es muy posible que el candidato ganador, tenga el deseo de recuperar lo invertido en su campaña durante la gestión del cargo para el que fue electo.

Por supuesto que existen personas consideradas en la categoría de ricas y que, por tener varias o múltiples fuentes de ingresos de distinta índole, podrían darse el lujo de realizar donativos cuantiosos y ponerse a la par de muchos filántropos, sólo que dichas donaciones las llegan a verificar para que le liberen cantidades en los impuestos que tiene que pagar.

Para muchos es impactante que un político haga la donación de su salario, y por consiguiente el político ganará adeptos con quien tenga la creencia y aceptación de su propuesta, pero quizás es conveniente contemplar que lo que busca el político es estar en el poder, pero precisamente para poder, que es el máximo de los “estatus” de un político, aunado a que habrá de estar en donde haya y poderse satisfacer a manos llenas como la gran mayoría de ellos lo hacen.

Podría decirse que es preferible que se otorgue un buen salario, a que la persona tenga la disposición de despacharse con la cuchara grande por estar en el lugar en donde hay, pero también, quizás por ser los salarios bajos, se ha acostumbrado por parte de la burocracia a objetar absolutamente todo, quizás para obtener por debajo del agua algún beneficio. En la actualidad, se considera que la burocracia siempre está en contra de todos, pues siempre objeta hasta lo más mínimo.

Sabemos que las instituciones bancarias y las compañías de seguros por no devolver o no pagar el dinero del cliente lo defiende a morir, de igual forma la empresa aseguradora, quienes le señalan hasta la falta de los acentos en los nombres como improcedentes, pero lo mayormente indignante es que, en determinadas oficinas por el punto posterior a MA, o sea MA, ya es diferente, y la negativa es rotunda, considero que eso ya es sadismo burocrático. O tal vez sea parte de las múltiples simplificaciones administrativas que cada vez dificultan más la existencia de los ciudadanos.

Más peligroso aún que, personas con malas mañas, a quienes en forma popular conocemos como “los feos” que siempre se salgan con la suya por lograr mediante sus jugosas dádivas o propinas absolutamente todo lo que desean y sorprendan a todos con la facilidad logran todos sus objetivos por negativos que parezcan.

Peligroso que, los ministros de la Corte reduzcan sus percepciones, pues muy fácilmente pueden obtener el doble en muchos de los asuntos que ellos resuelven. Y así como considero que es conveniente un salario decoroso y digno para un ministro, así también pienso lo sea para los fiscales, ministerios públicos y demás profesionales del derecho que en constante preparación y atentos a las reformas legales, trabajan sirviendo a una sociedad para que exista justicia.

Por supuesto que es menester siempre, el examen de oposición para que siempre se encuentren desempeñando dichos cargos personas que tengan el merecimiento pleno en la obligación que se les haya asignado por sus conocimientos y capacidad de servicio.