/ viernes 24 de mayo de 2024

¡Que el Gobierno garantice la libertad del Voto!

Exigencia de la Sociedad Civil.


Estimado lector. El tema que abordo en este artículo, trata primordialmente sobre la exigencia que hace la Sociedad Civil de México al Gobierno por Garantizar la Libertad del Voto.

No es nueva esta exigencia. Es un reclamo que viene desde varios sexenios anteriores. Pero esta vez, considero, la exigencia es más observada, sentida y demandada.

No se puede soslayar que el gobierno enfrenta a varios desafíos relacionados con la garantía de la libertad del voto.

A lo largo de la historia política de México, ha habido acusaciones de: Fraude electoral y prácticas cuestionables que han minado la confianza de los ciudadanos y ha acrecentado el escepticismo y la inequidad en la contienda electoral. Factores como el acceso desigual a los medios de comunicación. La opacidad en el financiamiento de las campañas; Violencia política e intimidación. Lo anterior, implica amenazas contra candidatos, activistas y votantes; Desconfianza en las instituciones electorales, tal como la percepción de falta de independencia y de actuaciones imparciales; Baja participación ciudadana; Barreras estructurales para el ejercicio del voto.

Tampoco se deben soslayar los esfuerzos en aras de la consolidación del sistema democrático y la protección de la libertad del voto. Cierto. Pero aún hay retos significativos en las esferas de la transparencia, equidad, seguridad y participación electoral.

Abordar estas críticas y hacer el último esfuerzo de cara al proceso electoral, serán claves para las elecciones. Después de las votaciones de este 2 de junio, emergerán nuevos desafíos referente a la garantía de la libertad del voto y serán los nuevos planteamientos a resolver en el futuro en aras de fortalecer la democracia.

Es menester reiterar que la democracia se apoya en muchos pilares y que uno de ellos es la Garantía de la Libertad del Voto. Este derecho fundamental, representa sin duda la voz autentica de los ciudadanos. Es la expresión y declaración más innegable de su voluntad colectiva. En este contexto, el rol del gobierno adquiere una dimensión trascendental, como arbitro imparcial y como el garante de esa libertad.

Lo anterior conlleva una serie de medidas y prácticas pensadas para asegurar este derecho humano esencial. Ello implica establecer y mantener un ambiente electoral transparente, equitativo y persisto, imparcial

En este marco, está inmerso el respeto absoluto a las normas electorales, las cuales deben ser claras y justas, y que garanticen la participación equitativa absolutamente de TODOS los ciudadanos.

En este sentido, el gobierno tiene la obligación y por tanto la responsabilidad de resguardar el proceso electoral de cualquier forma de interferencia o manipulación interna o externa.

El propósito de esta garantía es la integridad del proceso, el cual va desde el registro de los electores hasta el escrutinio de los votos.

De manera significante, el gobierno debe proteger los derechos civiles y políticos de los ciudadanos, así como salvaguardar su derecho a expresar sus opiniones y preferencias políticas sin temor a represalias o discriminación.

El gobierno debe de contar con un plan que elimine cualquier obstáculo que pueda dificultar la participación de los electores, ya sean de carácter físico, económico o logístico.

En estas elecciones los mexicanos queremos sentir y ver la protección de cualquier forma de coerción o intimidación que pueda influir en su decisión. Recuerde estimado lector ¡Votemos y, además, promovamos el voto! ¡Hasta la próxima!


Exigencia de la Sociedad Civil.


Estimado lector. El tema que abordo en este artículo, trata primordialmente sobre la exigencia que hace la Sociedad Civil de México al Gobierno por Garantizar la Libertad del Voto.

No es nueva esta exigencia. Es un reclamo que viene desde varios sexenios anteriores. Pero esta vez, considero, la exigencia es más observada, sentida y demandada.

No se puede soslayar que el gobierno enfrenta a varios desafíos relacionados con la garantía de la libertad del voto.

A lo largo de la historia política de México, ha habido acusaciones de: Fraude electoral y prácticas cuestionables que han minado la confianza de los ciudadanos y ha acrecentado el escepticismo y la inequidad en la contienda electoral. Factores como el acceso desigual a los medios de comunicación. La opacidad en el financiamiento de las campañas; Violencia política e intimidación. Lo anterior, implica amenazas contra candidatos, activistas y votantes; Desconfianza en las instituciones electorales, tal como la percepción de falta de independencia y de actuaciones imparciales; Baja participación ciudadana; Barreras estructurales para el ejercicio del voto.

Tampoco se deben soslayar los esfuerzos en aras de la consolidación del sistema democrático y la protección de la libertad del voto. Cierto. Pero aún hay retos significativos en las esferas de la transparencia, equidad, seguridad y participación electoral.

Abordar estas críticas y hacer el último esfuerzo de cara al proceso electoral, serán claves para las elecciones. Después de las votaciones de este 2 de junio, emergerán nuevos desafíos referente a la garantía de la libertad del voto y serán los nuevos planteamientos a resolver en el futuro en aras de fortalecer la democracia.

Es menester reiterar que la democracia se apoya en muchos pilares y que uno de ellos es la Garantía de la Libertad del Voto. Este derecho fundamental, representa sin duda la voz autentica de los ciudadanos. Es la expresión y declaración más innegable de su voluntad colectiva. En este contexto, el rol del gobierno adquiere una dimensión trascendental, como arbitro imparcial y como el garante de esa libertad.

Lo anterior conlleva una serie de medidas y prácticas pensadas para asegurar este derecho humano esencial. Ello implica establecer y mantener un ambiente electoral transparente, equitativo y persisto, imparcial

En este marco, está inmerso el respeto absoluto a las normas electorales, las cuales deben ser claras y justas, y que garanticen la participación equitativa absolutamente de TODOS los ciudadanos.

En este sentido, el gobierno tiene la obligación y por tanto la responsabilidad de resguardar el proceso electoral de cualquier forma de interferencia o manipulación interna o externa.

El propósito de esta garantía es la integridad del proceso, el cual va desde el registro de los electores hasta el escrutinio de los votos.

De manera significante, el gobierno debe proteger los derechos civiles y políticos de los ciudadanos, así como salvaguardar su derecho a expresar sus opiniones y preferencias políticas sin temor a represalias o discriminación.

El gobierno debe de contar con un plan que elimine cualquier obstáculo que pueda dificultar la participación de los electores, ya sean de carácter físico, económico o logístico.

En estas elecciones los mexicanos queremos sentir y ver la protección de cualquier forma de coerción o intimidación que pueda influir en su decisión. Recuerde estimado lector ¡Votemos y, además, promovamos el voto! ¡Hasta la próxima!