Oración, ayuno y caridad son los tres ejercicios espirituales básicos que se deben practicar durante esta Cuaresma para fortalecer la Fé, solamente a través de ellos el creyente podrá enfrentar a las tentaciones del maligno, tal como lo hizo Jesucristo durante 40 días en el desierto previo a su pasión, muerte y resurrección, destacó el arzobispo monseñor Faustino Armendáriz Jiménez, en la misa dominical efectuada en la Catedral Basílica Menor de esta capital.
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Al encabezar la ceremonia eucarística en el primer domingo de la Cuaresma, el líder de los católicos duranguenses insistió en la necesidad de alimentar su espíritu por medio de prácticas purificadoras.
En la lectura del Evangelio se recordó el pasaje donde Jesús tomó la decisión de alejarse al desierto para orar, preparándose justamente en virtud del destino que ya esperaba. Sin embargo fue puesto a prueba a través de las tentaciones que le ofreció Satanás.
"Nuestra vida es como un desierto, llena de retos, dificultades, problemas de todo tipo; social, económico, inseguridad o crisis de fe.
Por ello el tiempo litúrgico de la Cuaresma es la ocasión perfecta para hacernos más fuertes y crecer en el espíritu, subrayó, por ello tal la mejor vía es comenzar con la oración; ese acercamiento sincero con Dios.
Destacó que debe ser una oración humilde que nos lleve a decirle "perdón" al señor, pero al mismo tiempo llena de esperanza a sabiendas que El puede transformar nuestra vida.
Otro ejercicio espiritual muy importante es el ayuno, que debió comenzar en "Miércoles de Ceniza" para prolongarse durante cada viernes hasta el medio día, durante este periodo. Pero no se refiere solamente a sacrificarnos mediante la falta de alimento, sino alejándonos de todo aquello que nos hace daño o alimenta la maldad en nuestros corazones, porque es una "mortificación" voluntaria, no a fuerzas.
Además en este periodo de preparación espiritual debe practicarse la caridad; no es otra cosa más que el amor al prójimo, mostrar actitud samaritana brindándole la mano a todo aquel que necesita un poco de comida, máxime por el fenómeno de pobreza extrema que vive no solo en Durango, sino todo el país.
Ayuno, oración y caridad son ejercicios fundamentales en la vida de cada cristiano que pueden practicarse en este tiempo cuaresmal de preparación, puntualizó monseñor Armendáriz Jiménez.