"Quiero pedirle al Señor que inspire con su gracia mis acciones y las acompañe con su ayuda para que todo mi obrar tenga en El su principio y bajo su protección lleguen a buen término; con esta plegaria expreso mi confianza, porque estoy aquí como discípulo misionero sin otra pretensión más que hacer mio el mandato de la iglesia de ir a todos los lugares para convertir discípulos en el nombre de la Santísima Trinidad", destacó monseñor Faustino Armendáriz Jiménez, durante la ceremonia litúrgica alusiva a la celebración de su XVIII aniversario episcopal.
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Fue la tarde del pasado jueves 23 de febrero en la Catedral Basílica Menor donde el prelado agradeció la predilección que Dios ha tenido hacía su persona, al ser elegido desde hace 18 años para formar parte del Colegio de los Apóstoles y colaborar desde hace tres dirigiendo esta porción de su rebaño en la Arquidiócesis de Durango.
Subrayó que a lo largo de su estadía en ésta circunscripción se han dado pautas, líneas de acción claras para realizar el mandato de Jesús que no es una alternativa, sino una orden. Por eso la misión permanente, la formación, vida en comunidad y el trabajo en equipo.
"María mujer eucarística enseña al obispo a ofrecer cotidianamente su vida en la Santa Misa, sobre el altar hará propio el Fiat con que ella se ofreció a si misma en el momento gozoso de la anunciación y bajo la cruz de su hijo. La virgen es para toda la iglesia modelo ejemplar de escucha y oración, entrega y maternidad espiritual", sentenció en sus palabras el arzobispo.
Porque el obispo tiene la gran responsabilidad de impulsar la piedad eucarística, por ello en ésta sede se ha promovido de manera intensa la adoración nocturna en todas las parroquias, sin excepción, a través de la Cofradía del Santísimo Sacramento cuyo trabajo ha permitido con organización puntual que ningún Sagrario esté solo.
Porque desde un inicio puse en las manos de nuestra patrona arquidiocesana, la inmaculada Concepción de María, mi Ministerio Episcopal. Estoy convencido que el Espíritu Santo siempre está con ella que es madre de la iglesia evangelizadora.
Asentó Monseñor Armendáriz Jiménez que el objetivo en ésta arquidiócesis es trabajar por la Nueva Evangelización, más allá de un eslogan tiene que ser un ordenamiento constante bajo la batuta del obispo acompañado siempre por los sacerdotes para salir a las calles y llevar la palabra de Dios a todo el pueblo.
Bajo la compañía de María Virgen seguiremos en nuestro proceso evangelizador, especialmente en este año de la familia y la vida; por eso llevaremos permanentemente el consuelo de la fuerza de la palabra a las familias en unidad, pero también en aquellas fracturadas y heridas por la separación de los esposos, lastimadas por la ideología de género y las adicciones. Quienes sufren violencia e inseguridad en las comunidades para generar la paz en sus corazones.
"Porque si los sacerdotes, obispos y laicos no salimos a las calles y vamos a las casas para llevar la palabra de Dios, traicionamos nuestro Ministerio y también evadirnos el mandato de Jesús que se basa en ir y hacer discípulos", puntualizó el arzobispo.
Agradezco a Dios por este aniversario y le pido que se unan a mi acción de gracias, pero también es necesario estar unidos en torno a nuestro proyecto para lograr que Durango sea una diócesis misionera y peregrina, conscientes de que habrá innumerables desafios y resistencias incluso al interior de las estructuras eclesiales, terminó diciendo.