La Casa Windisch, ubicada sobre bulevar Dolores del Río, esquina con José María Morelos, construida por el arquitecto Estanislao Slonecky, es el primer inmueble en Durango en el que se utilizaron ladrillos cocidos para su edificación, según lo informó para El Sol de Durango el cronista e historiador, Javier Guerrero Romero, quien consideró que ésta es una de las peculiaridades de este lugar en la Zona Centro.
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“Antes los materiales para construcción o era adobe o piedra. Y ese fue el primer edificio en que se usó ladrillo cocido, que es el que usamos ahora, en aquel entonces le llamaban ladrillo mecánico, el cual no se producía aquí en Durango, había que traerlo de Torreón, donde estaban la primeras fabricas”.
Eran ladrillos finos, hechos con arcillas, lisos completamente, con acabados terminados prácticamente el ladrillo, hueco.
Se trata de una casona construida a inicios del siglo XX, alrededor de 1901, para el alemán Roberto Windisch, quien muchos años después la heredó a una de sus hijas, la cual se casa con un hombre de apellido Von Bertrab.
Explica Guerrero Romero que esta casona siguió funcionando como vivienda hasta principios del siglo XXI. Es una casa pequeña realmente; por ello finalmente la familia se cambia a unos metros a una casa mayor.
“…y esta casa queda mucho tiempo sola, y la rentan en diferentes momentos, para diferentes usos”, por ejemplo, para escuela, oficinas gubernamentales, IMAC. Se empezó a rentar en el 2001 o 2002, con largos períodos en que se quedaba sola”.
Es hasta hace dos años aproximadamente que se vende este inmueble a la Universidad Autónoma de Durango (UAD), quien le dio trabajos de mantenimiento y conservación, y la integró a su complejo de un lado.