Todo inició en una bodega frente al Multifamilar, la primera prensa Dúplex llegaba a Durango, el aviso económico y la sección deportiva local causó furor, era 1947 y El Sol de Durango mostraba sus primeras páginas para luego convertirse en un referente informativo a nivel estatal.
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Debido al éxito que obtuvo el nuevo matutino en la ciudad pues sus fotografías y grabados eran de primera, aunado a la versatilidad de la información, distribuida en ocho o 10 páginas, acto que no replicaban las demás editoriales, hizo que los durangueños se apropiaron del periódico y lo catapultaron a seguir avanzado.
Al darse cuenta que la bodega propiedad de la Familia De la Garza era insuficiente, José García Valseca, primer propietario de El Sol de Durango, buscó nuevos espacios hasta llegar aquella casa que le llamó la atención. Ubicada en la esquina de la calle Zaragoza y Negrete, el edificio con la característica arquitectónica de la época, era propiedad de la familia Gurza, personas dedicadas a la agricultura y ganadería que se vieron obligados a salir de Durango debido al inicio de la Revolución.
Aquel lugar, acostumbrado a un aroma a pan recién hecho tortillas y carne; se llenó de tinta y papel durante los años 50’s, según narró el historiador duranguense, Javier Guerrero, quien contó como el edificio sufrió diversas modificaciones, empezando porque en la planta baja sirvió de espacio para instalar la primera rotativa, mientras que en el piso de arriba sirvió como residencia para los gerentes que llegaban al denominado “corazón de México”, para dirigir una casa editorial en despegue.
¿Qué secretos se esconden en el edificio de la esquina de Zaragoza y Negrete?
La casa de los Gurza se construyó a fines del Siglo IX, fue la primera en contar con una terraza al exterior, sin embargo su elegante construcción fue insuficiente en espacio ya que el tiraje de El Sol aumentaba cada vez más, consolidándose como el periódico regional de Durango, ante ello se adquirieron los inmuebles aledaños, casas habitación que hoy resguardan a la Escuela de la Música Mexicana (ESMUMEX) y el Centro Cultural Multimedia (CCM).
La casa contaba con dos patios, el segundo se habilitó para ser almacén de papel, indicó el también cronista de la ciudad, “pues el gran problema en los años 70’s era su abasto, pues era centralizado por el Gobierno federal, Don José García Valseca fue visionario en el tema de almacenamiento e instalaciones”.
Treinta años después, previo a la década de los 80’s, nació el Diario de Durango, vespertino que apuntó la información recién generada. A su vez surgen Sol de la Sierra, El Sol de los Llanos y Sol de la Laguna, es ahí donde la rotativa y las manos trabajadoras ponían en marcha cuatro periódicos diferentes, con escasa horas de diferencia.
En punto de las 5:00 de la mañana se escuchaba el pregón “¡El Sol, El Sol!”… e incluso por algún tiempo El Sol de Zacatecas, también era impreso en tierra durangueña.
Para dicha época Organización Editorial Mexicana (OEM), cadena a la que pertenece el Sol de Durango, contaba con un nuevo propietario, Mario Vázquez Raña, quien continuó con la modernización de un periódico querido y apreciado por todo el estado.
El Sol fue el primer periódico en imprimirse a color, el primero en tener teletipos y recibir información rápida y oportuna, contar con fax, la fotografía vía satélite, y de esta manera cualquier elemento que aparece con nueva tecnología, logra adaptarse, tan es así que ahora lo hace a través de un formato más atractivo y moderno.
En estos 75 años, logró una red de corresponsales en diversas partes del territorio estatal, quienes dotan de información de los municipios que hacen a la edición de mayor variedad. El Sol de Durango contaba también con una estación de televisión a través del Canal 12, “hermano de la Organización, el cual era parte de los servicios informativos”, señaló Javier Guerrero.
Los años pasaron y el centro de la ciudad se modernizó, de ahí que el Decano del periodismo, cómo se le conoce, también lo tenía que hacer y con esto se mudó a un edificio moderno y acorde a sus nuevas necesidades.
Fue entonces que en el 2009, las teclas ahora de unas computadoras dejaron de escucharse en los pasillos de esa vieja casona, el olor a tinta y el ruido de la prensa paró, para dar pasó al Museo de Historia y Arte Moderno Palacio de los Gurza.
Mientras que el personal de El Sol de Durango escribía una nueva historia en otro inmueble ubicado en la Avenida 20 de Noviembre; la casa de los Gurza que por años alojó a Francisco I. Madero, cambió el bullicio de la prensa y redactores, por el silencio que ofrecen los museos.
Sin embargo son muchos los que recuerdan aquellos años en los que día a día se imprimió el acontecer de Durango, desde las manifestaciones en el Cerró del Mercado, las coronaciones de reinas de belleza, nuevos gobernadores, una pujante liga de béisbol, hasta los crímenes cometidos en la vía pública, todo a través de la pluma y ojo de reporteros y fotógrafos que acompañados por talleres, administrativos y directivos hicieron posible cada ejemplar.
“Si quieres saber qué está pasando en el interior del estado, tienes que leer el Sol de Durango; si quieres saber qué está pasando en la ciudad de Durango, tienes que leer El Sol de Durango; si quieres saber qué está pasando afuera del estado, tienes que leer el Sol de Durango; es un referente obligado de la información”, finalizó el cronista.
