Empresarios restauranteros se encuentran molestos por los constantes cortes de energía eléctrica durante el pasado fin de semana en la zona centro de la ciudad, lo que les dejó importantes pérdidas, informó Adriana Porras Zubiría, presidenta de la Cámara Nacional de la Industria Restaurantera y Alimentos Condimentados (Canirac).
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Dijo que esta situación se ha replicado en las últimas semanas, por lo cual se entablará una reunión con la intendencia de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) a quienes se les va a pedir que atiendan el problema, sobre todo porque este fin de semana que se celebró el Día del Padre, había mucho movimiento de gente, y hubo restaurantes que tuvieron que cerrar de las cinco de la tarde a después de las 10 de la noche, teniendo pérdidas altas, aunado a la pérdida de insumos que no se pudieron refrigerar.
“Eran buenos días para nosotros, fue quincena, fue el Día del Padre, y los cortes estuvieron viernes, sábado y domingo en las horas muy laborables para los restauranteros, entonces hubo una pérdida grande, porque hubo clientes a los que les tuvimos que negar el servicio porque no teníamos energía”, señaló.
La Presidenta de Canirac, puntualizó que afiliados le señalaron fallas de energía en calles y avenidas céntricas como Cuauhtémoc, Gómez Palacio, y la zona de alrededor del templo de Fátima como fue también el colonia Esperanza.
Los últimos cortes de energía el pasado fin de semana fueron de más de cuatro horas, lo que obligó a que se cerraran varias establecimientos, casi todos los negocios de esa zona tuvieron que cerrar.
“El sábado fue cuando tuve mas notificaciones de compañeros ya desesperados porque decían que tenían mesas ocupadas y gente y no les pudieron dar el servicio, eso fue como alrededor de las ocho de la noche y el corte empezó desde las cinco o seis de la tarde hasta las nueve, a veces la energía llega hasta en la madrugada”, dijo.
Cuando se hacen los reportes en CFE, se les informa que están en tiempo de arreglo, dan un tiempo de dos a 10 horas, eso para un restaurante va más allá de dejar de vender y cerrar sus puertas, sino mayores pérdidas porque no se pueden conservar los insumos.
