/ jueves 16 de diciembre de 2021

Jóvenes volver a ganar

El acontecimiento guadalupano


El acontecimiento guadalupano es una compleja y rica irrupción de Dios en nuestro mundo. María de Guadalupe se presenta como la Madre de Dios, con los nombres con que es conocido por los mexicas, aztecas habitantes del Valle de México.

Se da a conocer como Madre de “In huel nelli Teotl” -Verdadero Dios que es Raíz de Todo-, de “Ipalnemohuani” Aquel por Quien Vivimos y Todo se Mueve-, de “Teyocoyani” -Creador de- las Personas-, de “Tloque Nahuaque” Creador del Cerca y del Junto, de "Ilhuicahua in tlacticpaque" -Señor del Cielo y de la Tierra.

Es importantísimo descubrir la manifestación de Dios a través de todo el evento guadalupano. Los colores, los números, los nombres, los símbolos, los procedimientos, los resultados... Es decir, a la luz de la cultura y religión mexica. El evento guadalupano es un verdadero Evangelio. Esta palabra, proveniente del griego, quiere decir “buenas noticias”.

Y en verdad el acontecimiento encierra diferentes buenas nuevas, y no sólo una. La Virgen de Guadalupe -Tlecuauhtlapcopeuh- es “La que Procede de la Región de la Luz como Águila de Fuego-. Y el fuego que la transforma en Sol es el Niño-Sol que lleva en su seno. Es la noticia portadora de alegría. Es buena noticia porque Guadalupe reivindica a Juan Diego en su dignidad de persona, de protagonista responsable, capaz de llevar una encomienda a su culminación exitosa. Su buena noticia es una palabra eficaz. Cura sin duda al tío Bernardino que ya agoniza a causa de una enfermedad mortal. Juan Bernardino personifica al Pueblo Mexica conquistado, abatido, contagiado.

Pero Guadalupe transforma al Tepeyacac en un jardín de raras, exquisitas, frescas, aromáticas y significativas rosas. No era tiempo ni el lugar apropiado para que las hubiera. Nuestra Señora transforma también el corazón de quien se ubicaba en el centro religioso: Fray Juan de Zumárraga, para aceptar las indicaciones que vienen desde la periferia. Tlatelolco reconocería la fuerza de lo verdadero que emerge del mundo de los conquistados. De todos ellos se hará eco y Voz Santa María de Guadalupe desde el Tepeyac El nuevo culto proporcionó fundamento espiritual autónomo para la iglesia mexicana, pues a partir de entonces se afirmó la idea de que la cristiandad americana surgió, gracias a la intervención de la Virgen de Guadalupe. Los criollos, los indígenas y las castas se unieron en la veneración de la guadalupana, que representaba a la patria criolla.

Esta veneración se convirtió en factor de unidad nacional. La imagen sería invocada y expuesta como un remedio contra las sequías, las inundaciones y las epidemias y, más tarde, los insurgentes la adoptaron como estandarte político. De este modo surgió un símbolo nacional, reconocido por la inmensa mayoría de habitantes de Nueva España, símbolo que liberó a los criollos de su origen español, los desligó de España y les permitió identificarse con la tierra donde vivían. Raíz principal de nuestra identidad nacional y católica, e inclusive estandarte de la independencia política, la cual aglutina tanto al criollo, mestizo e indígena. A mis Lupitas las de aquí y de alla... Bene vobis. Que todo esté bien con ustedes.

El acontecimiento guadalupano


El acontecimiento guadalupano es una compleja y rica irrupción de Dios en nuestro mundo. María de Guadalupe se presenta como la Madre de Dios, con los nombres con que es conocido por los mexicas, aztecas habitantes del Valle de México.

Se da a conocer como Madre de “In huel nelli Teotl” -Verdadero Dios que es Raíz de Todo-, de “Ipalnemohuani” Aquel por Quien Vivimos y Todo se Mueve-, de “Teyocoyani” -Creador de- las Personas-, de “Tloque Nahuaque” Creador del Cerca y del Junto, de "Ilhuicahua in tlacticpaque" -Señor del Cielo y de la Tierra.

Es importantísimo descubrir la manifestación de Dios a través de todo el evento guadalupano. Los colores, los números, los nombres, los símbolos, los procedimientos, los resultados... Es decir, a la luz de la cultura y religión mexica. El evento guadalupano es un verdadero Evangelio. Esta palabra, proveniente del griego, quiere decir “buenas noticias”.

Y en verdad el acontecimiento encierra diferentes buenas nuevas, y no sólo una. La Virgen de Guadalupe -Tlecuauhtlapcopeuh- es “La que Procede de la Región de la Luz como Águila de Fuego-. Y el fuego que la transforma en Sol es el Niño-Sol que lleva en su seno. Es la noticia portadora de alegría. Es buena noticia porque Guadalupe reivindica a Juan Diego en su dignidad de persona, de protagonista responsable, capaz de llevar una encomienda a su culminación exitosa. Su buena noticia es una palabra eficaz. Cura sin duda al tío Bernardino que ya agoniza a causa de una enfermedad mortal. Juan Bernardino personifica al Pueblo Mexica conquistado, abatido, contagiado.

Pero Guadalupe transforma al Tepeyacac en un jardín de raras, exquisitas, frescas, aromáticas y significativas rosas. No era tiempo ni el lugar apropiado para que las hubiera. Nuestra Señora transforma también el corazón de quien se ubicaba en el centro religioso: Fray Juan de Zumárraga, para aceptar las indicaciones que vienen desde la periferia. Tlatelolco reconocería la fuerza de lo verdadero que emerge del mundo de los conquistados. De todos ellos se hará eco y Voz Santa María de Guadalupe desde el Tepeyac El nuevo culto proporcionó fundamento espiritual autónomo para la iglesia mexicana, pues a partir de entonces se afirmó la idea de que la cristiandad americana surgió, gracias a la intervención de la Virgen de Guadalupe. Los criollos, los indígenas y las castas se unieron en la veneración de la guadalupana, que representaba a la patria criolla.

Esta veneración se convirtió en factor de unidad nacional. La imagen sería invocada y expuesta como un remedio contra las sequías, las inundaciones y las epidemias y, más tarde, los insurgentes la adoptaron como estandarte político. De este modo surgió un símbolo nacional, reconocido por la inmensa mayoría de habitantes de Nueva España, símbolo que liberó a los criollos de su origen español, los desligó de España y les permitió identificarse con la tierra donde vivían. Raíz principal de nuestra identidad nacional y católica, e inclusive estandarte de la independencia política, la cual aglutina tanto al criollo, mestizo e indígena. A mis Lupitas las de aquí y de alla... Bene vobis. Que todo esté bien con ustedes.