/ viernes 25 de enero de 2019

Jóvenes volver a pensar

Autoridad. (Del lat. auctorĭtas, -ātis). f. Poder que gobierna o ejerce el mando, de hecho o de derecho. La importancia del tema de la autoridad es, sin duda, evidente para todos.

Basta acercarse a cualquier medio de comunicación social para constatar las repercusiones que este tema tiene en nuestro tiempo y como todos los ámbitos de la vida civil, cultural y familiar están afectados por él. Si vamos al plano de la política veremos revoluciones, dictaduras, golpes de estado, problemas de gobiernos, problemas post-electorales... en los que se ponen de manifiesto conflictos en el ejercicio de la autoridad. En el ámbito de las relaciones laborales, también quedan bien de manifiesto las tensiones entre empresarios y trabajadores, jefes y subordinados, problemas del sindicalismo.

En el plano de la educación produce una gran perplejidad las dificultades con las que se tienen que enfrentar los profesores para imponer un mínimo de orden y disciplina entre los niños y adolescentes, no se mencione los jóvenes universitarios. Por último, en la familia nos encontraremos con las mismas dificultades. Se hace muy difícil el encuentro entre padres e hijos.

Se habla del conflicto generacional, del poder de los jóvenes, de la falta de diálogo, de la incapacidad de los padres para transmitir sus convicciones. Antes de indagar el concepto de autoridad, es importante examinar lo que en general, el hombre de hoy entiende por autoridad. Si se le pregunta qué entiende por este término, seguramente responderá mayoritariamente, que autoridad significa poder de mando.

La palabra autoridad aparece asociada con la de “poder”, lo que produce miedo y rechazo. El hombre moderno gracias a la ciencia, empieza a desarrollar un tipo de poder -el poder técnico- que emerge de forma avasalladora como capacidad de dominio, de control y manipulación.

Quién hoy tiene poder en sus manos puede hacer lo que quiera; puede alcanzar límites inimaginables de brutalidad, valiéndose de técnicas altamente sofisticadas, y de los avances de la ciencia, usando la química, la biología, genética, la fuerza atómica...etc. La palabra ‘poder’ se ha vuelto, por tanto, una palabra que produce temor, y que asociada a la de “autoridad”, hace que ella se identifique como ese tipo de poder que se impone para dominar, explotar, manipular, o coartar legítimas libertades.

Y es que correlativamente al rechazo de la palabra “autoridad” esta el rechazo a la palabra ‘obediencia’. Porque para la mentalidad de hoy obedecer significa que a uno le mutilen la libertad personal, y eso no le gusta a nadie. En el fondo, el rechazo de la autoridad nace de un deseo legítimo de afirmar la libertad.

El hombre contemporáneo siente que su vida y felicidad dependen de su libertad, y que si se coarta ésta, se coartan las posibilidades de su felicidad. El rechazo a la autoridad viene, por tanto, la conciencia de que la autoridad, solo entendida como poder de mando que exige obediencia, no hace crecer al hombre en su libertad ni lo conduce a su felicidad.

Este fenómeno actual de nuestro México… ¿Donde esta la autoridad? Aequam memento rebus in arduis servare mentem. “Recuerda conservar la mente serena en los momentos difíciles”.


tomymx@me.com

Autoridad. (Del lat. auctorĭtas, -ātis). f. Poder que gobierna o ejerce el mando, de hecho o de derecho. La importancia del tema de la autoridad es, sin duda, evidente para todos.

Basta acercarse a cualquier medio de comunicación social para constatar las repercusiones que este tema tiene en nuestro tiempo y como todos los ámbitos de la vida civil, cultural y familiar están afectados por él. Si vamos al plano de la política veremos revoluciones, dictaduras, golpes de estado, problemas de gobiernos, problemas post-electorales... en los que se ponen de manifiesto conflictos en el ejercicio de la autoridad. En el ámbito de las relaciones laborales, también quedan bien de manifiesto las tensiones entre empresarios y trabajadores, jefes y subordinados, problemas del sindicalismo.

En el plano de la educación produce una gran perplejidad las dificultades con las que se tienen que enfrentar los profesores para imponer un mínimo de orden y disciplina entre los niños y adolescentes, no se mencione los jóvenes universitarios. Por último, en la familia nos encontraremos con las mismas dificultades. Se hace muy difícil el encuentro entre padres e hijos.

Se habla del conflicto generacional, del poder de los jóvenes, de la falta de diálogo, de la incapacidad de los padres para transmitir sus convicciones. Antes de indagar el concepto de autoridad, es importante examinar lo que en general, el hombre de hoy entiende por autoridad. Si se le pregunta qué entiende por este término, seguramente responderá mayoritariamente, que autoridad significa poder de mando.

La palabra autoridad aparece asociada con la de “poder”, lo que produce miedo y rechazo. El hombre moderno gracias a la ciencia, empieza a desarrollar un tipo de poder -el poder técnico- que emerge de forma avasalladora como capacidad de dominio, de control y manipulación.

Quién hoy tiene poder en sus manos puede hacer lo que quiera; puede alcanzar límites inimaginables de brutalidad, valiéndose de técnicas altamente sofisticadas, y de los avances de la ciencia, usando la química, la biología, genética, la fuerza atómica...etc. La palabra ‘poder’ se ha vuelto, por tanto, una palabra que produce temor, y que asociada a la de “autoridad”, hace que ella se identifique como ese tipo de poder que se impone para dominar, explotar, manipular, o coartar legítimas libertades.

Y es que correlativamente al rechazo de la palabra “autoridad” esta el rechazo a la palabra ‘obediencia’. Porque para la mentalidad de hoy obedecer significa que a uno le mutilen la libertad personal, y eso no le gusta a nadie. En el fondo, el rechazo de la autoridad nace de un deseo legítimo de afirmar la libertad.

El hombre contemporáneo siente que su vida y felicidad dependen de su libertad, y que si se coarta ésta, se coartan las posibilidades de su felicidad. El rechazo a la autoridad viene, por tanto, la conciencia de que la autoridad, solo entendida como poder de mando que exige obediencia, no hace crecer al hombre en su libertad ni lo conduce a su felicidad.

Este fenómeno actual de nuestro México… ¿Donde esta la autoridad? Aequam memento rebus in arduis servare mentem. “Recuerda conservar la mente serena en los momentos difíciles”.


tomymx@me.com