/ miércoles 1 de abril de 2020

Jóvenes volver a pensar

La historia se repite… Aún recuerdo aquellos episodios desastrosos después del terrible sismo del 85, donde mano tras mano la población de la Ciudad de México rescataba a semejantes agónicos o cadáveres de las estructuras colapsadas, todo bajo una perfecta organización, muchos héroes anónimos, demasiado orden un engranaje perfecto de los operativos de los ciudadanos, en fin…

El gobierno federal sin responder, ninguna declaración, nada absolutamente nada y cuando emerge ¿ya para qué? Cuando la sociedad civil, los verdaderos ciudadanos del país enfrentaron golpe a golpe, dolor con dolor y llanto, no sé si de impotencia o de dolor -o de ambos-, la lección fue aprendida por la sociedad civil, y en la actualidad ante este terrorífico acontecimiento de pandemia que se nos presenta a todos los habitantes del país, y con el antecedente de la destrucción de sistema de salud, del Seguro Popular, la inanición del presupuesto que maneja el ISSSTE, IMSS y Secretaría de Salud e institutos nacionales de salud, errático manejo de este sector por las autoridades federales, que prácticamente han desnudado de equipos e insumos desde el inicio de este sexenio, con la doctrina retórica de ¡la corrupción!

Y la realidad es que en estos momentos la infraestructura hospitalaria nacional es prácticamente insuficiente y obsoleta para hacer frente a esta contingencia epidémica, los gobiernos estatales en su mayoría han sido más eficientes en el manejo de esta crisis con las medidas que han tomado y también el sector privado ha contribuido al manejo de esta emergencia nacional, y sin embargo la máxima autoridad de este país, jugando a las estampitas bendecidas, ¡por Dios!

La última declaración: “No basta con los hospitales, se requiere de la participación de la gente”. “El presidente López Obrador descartó implementar un toque de queda en el país ante la pandemia de coronavirus y anunció que ya prepara un Plan DN III en el que el Ejército apoyará con médicos e instalaciones para encarar al Covid-19”.

E inclusive ¿es correcto que el presidente de un país continúe dando abrazos y besos a una multitud mientras las autoridades sanitarias recomiendan no hacerlo como medida contra el coronavirus? Eso es lo que muchos se preguntan estos días en México al ver que el presidente López Obrador no sólo no canceló sus habituales giras de fin de semana por los diferentes estados, sino que sigue saludando efusivamente -y alardeando de ello- a los cientos de personas que se reúnen para presenciar sus mítines.

Y con sus grupúsculos de aduladores del gabinete en las llamadas “mañaneras” un subsecretario de Salud en lugar de hablar desde el punto de vista científico dice al vetusto líder que no se va a contaminar por su ¡fuerza moral!... Uff, tantos postgrados y universidades recorridas para quedar como un zopenco sin credibilidad científica.

En fin, de nuevo estamos solos, y que si no ayuden, por favor no estorben… De nuevo tiene que ungirse un nuevo líder de la sociedad civil para solventar esta pandemia y las más que vienen. Salus populi suprema lex. La seguridad de la gente es la ley suprema.

tomymx@me.com

La historia se repite… Aún recuerdo aquellos episodios desastrosos después del terrible sismo del 85, donde mano tras mano la población de la Ciudad de México rescataba a semejantes agónicos o cadáveres de las estructuras colapsadas, todo bajo una perfecta organización, muchos héroes anónimos, demasiado orden un engranaje perfecto de los operativos de los ciudadanos, en fin…

El gobierno federal sin responder, ninguna declaración, nada absolutamente nada y cuando emerge ¿ya para qué? Cuando la sociedad civil, los verdaderos ciudadanos del país enfrentaron golpe a golpe, dolor con dolor y llanto, no sé si de impotencia o de dolor -o de ambos-, la lección fue aprendida por la sociedad civil, y en la actualidad ante este terrorífico acontecimiento de pandemia que se nos presenta a todos los habitantes del país, y con el antecedente de la destrucción de sistema de salud, del Seguro Popular, la inanición del presupuesto que maneja el ISSSTE, IMSS y Secretaría de Salud e institutos nacionales de salud, errático manejo de este sector por las autoridades federales, que prácticamente han desnudado de equipos e insumos desde el inicio de este sexenio, con la doctrina retórica de ¡la corrupción!

Y la realidad es que en estos momentos la infraestructura hospitalaria nacional es prácticamente insuficiente y obsoleta para hacer frente a esta contingencia epidémica, los gobiernos estatales en su mayoría han sido más eficientes en el manejo de esta crisis con las medidas que han tomado y también el sector privado ha contribuido al manejo de esta emergencia nacional, y sin embargo la máxima autoridad de este país, jugando a las estampitas bendecidas, ¡por Dios!

La última declaración: “No basta con los hospitales, se requiere de la participación de la gente”. “El presidente López Obrador descartó implementar un toque de queda en el país ante la pandemia de coronavirus y anunció que ya prepara un Plan DN III en el que el Ejército apoyará con médicos e instalaciones para encarar al Covid-19”.

E inclusive ¿es correcto que el presidente de un país continúe dando abrazos y besos a una multitud mientras las autoridades sanitarias recomiendan no hacerlo como medida contra el coronavirus? Eso es lo que muchos se preguntan estos días en México al ver que el presidente López Obrador no sólo no canceló sus habituales giras de fin de semana por los diferentes estados, sino que sigue saludando efusivamente -y alardeando de ello- a los cientos de personas que se reúnen para presenciar sus mítines.

Y con sus grupúsculos de aduladores del gabinete en las llamadas “mañaneras” un subsecretario de Salud en lugar de hablar desde el punto de vista científico dice al vetusto líder que no se va a contaminar por su ¡fuerza moral!... Uff, tantos postgrados y universidades recorridas para quedar como un zopenco sin credibilidad científica.

En fin, de nuevo estamos solos, y que si no ayuden, por favor no estorben… De nuevo tiene que ungirse un nuevo líder de la sociedad civil para solventar esta pandemia y las más que vienen. Salus populi suprema lex. La seguridad de la gente es la ley suprema.

tomymx@me.com