/ miércoles 22 de abril de 2020

Jóvenes volver a pensar

La vida durante las pandemias, o específicamente en esta que estamos subsistiendo, y aunque nos preguntemos ¿es cierto?: Que estén agrediendo al personal de salud en nuestro medio. Pero por qué… Nosotros los profesionales del sector de la salud estamos expuestos a muchos peligros nuestro ambiente laboral, los cuales van desde insultos verbales hasta la violencia física.

Estas agresiones tienen lugar en los diversos servicios y en diversas situaciones dentro de las que se pueden nombrar la negación de un servicio, demora o fallas en la atención, ingreso de pacientes enajenados, ebrios o bajo los efectos de sustancias psicoactivas, nivel cultural y socioeconómico de los usuarios y el funcionamiento del sistema de salud. Las agresiones pueden ser realizadas por el paciente, por sus familiares o por los acompañantes.

Aunque cualquier persona que labore en una institución del sector salud podría a llegar a ser víctima de violencia, es el personal que está en contacto directo con los pacientes quien más fácilmente puede ser agredido, tales como los médicos y las enfermeras y enfermeros. Las agresiones pueden derivar en heridas físicas de poca gravedad, heridas graves, invalidez temporal o permanente, trauma psicológico o la muerte.

Aparte de esto, el personal de salud se ve enfrentado a otros agentes generadores de estrés como lo son el contacto cotidiano con el dolor humano, peticiones excesivas por parte de los usuarios, incapacidad para responder a las demandas de los usuarios o sus familiares y, por supuesto, el temor a cometer errores en su práctica clínica.

La violencia física y verbal cometida contra los médicos y las enfermeras y enfermeros ha sido reportada por varios reportes realizados en México y desgraciadamente en nuestra ciudad; también se han identificado las causas generadoras tales como los tiempos de espera, la intoxicación alcohólica por parte del paciente, la presencia de trastornos mentales, la calidad de la información y el trato recibido. Se han identificado el tipo de agresor, dentro de los que se destacan el propio paciente, el acompañante o ambos, pero el detonante principal es esta época es la del contagio del coronavirus.

Mientras vivimos inmersos en una emergencia sanitaria sin precedentes por el Covid-19, algunos médicos, enfermeras y enfermeros están viviendo ataques en su contra por llevar el uniforme en la calle. Durante la primera semana de abril, una enfermera fue rociada con agua y cloro en Guadalajara, Jalisco, según la Comisión de Enfermeras del Estado, quien dio la voz de alarma sobre cinco ataques más contra su personal. También en Sinaloa se produjo una agresión parecida contra una enfermera que salía de trabajar, tal y como contó la prensa local.

En Sabinas Hidalgo, Nuevo León, lanzaron material inflamable contra las instalaciones del Hospital General, uno de los centros para tratar a los pacientes de Covid-19. Y en nuestra “tranquila ciudad colonial” tristemente con vergüenza y rabia, relato que una enfermera IMSS de Durango fue agredida y amenazada de muerte por una mujer en la calle, quien la acusó de ser portadora del Covid-19. La víctima, se dirigía a su trabajo en su automóvil cuando una mujer a bordo de una camioneta, intenta impactar contra su unidad en dos ocasiones, y ella logra esquivarla.

Poco después, se encuentran nuevamente, la agresora le cierra el paso a la enfermera, por lo que ella le hace frente y le pregunta que por qué hace eso. “Ella lo único que hace es pararme el dedo, me grita “infectada”, y hace el comentario de que ahora sí habíamos valido madre”, relató. La mujer añade que “muerto el perro se acabó la rabia” y saca un arma de fuego de una mochila para mostrársela a la enfermera, amenazándola y diciéndole que se fuera de ese fraccionamiento porque infectaría a todos.

Y tristemente con la complacencia de la autoridad municipal, no hizo justicia, al pedido de la persona agredida ¿Por qué, Durango?... A diferencia de en otros países donde se rinde homenaje a los que están en primera línea para combatir la enfermedad, decenas de testimonios -principalmente de enfermeras y enfermeros- comienzan a surgir en redes sociales sobre agresiones en su contra por miedo al contagio.

Exhorto a la población a que respete y proteja a médicos y enfermeras, más todavía en esta situación. “Es indignante, insólito y alarmante que las personas canalicen el temor y el enojo hacia el personal que les protege”, y recuerden que el temor y la angustia se matan con información. “Memento mori”. Recuerda que eres mortal.

tomymx@me.com

La vida durante las pandemias, o específicamente en esta que estamos subsistiendo, y aunque nos preguntemos ¿es cierto?: Que estén agrediendo al personal de salud en nuestro medio. Pero por qué… Nosotros los profesionales del sector de la salud estamos expuestos a muchos peligros nuestro ambiente laboral, los cuales van desde insultos verbales hasta la violencia física.

Estas agresiones tienen lugar en los diversos servicios y en diversas situaciones dentro de las que se pueden nombrar la negación de un servicio, demora o fallas en la atención, ingreso de pacientes enajenados, ebrios o bajo los efectos de sustancias psicoactivas, nivel cultural y socioeconómico de los usuarios y el funcionamiento del sistema de salud. Las agresiones pueden ser realizadas por el paciente, por sus familiares o por los acompañantes.

Aunque cualquier persona que labore en una institución del sector salud podría a llegar a ser víctima de violencia, es el personal que está en contacto directo con los pacientes quien más fácilmente puede ser agredido, tales como los médicos y las enfermeras y enfermeros. Las agresiones pueden derivar en heridas físicas de poca gravedad, heridas graves, invalidez temporal o permanente, trauma psicológico o la muerte.

Aparte de esto, el personal de salud se ve enfrentado a otros agentes generadores de estrés como lo son el contacto cotidiano con el dolor humano, peticiones excesivas por parte de los usuarios, incapacidad para responder a las demandas de los usuarios o sus familiares y, por supuesto, el temor a cometer errores en su práctica clínica.

La violencia física y verbal cometida contra los médicos y las enfermeras y enfermeros ha sido reportada por varios reportes realizados en México y desgraciadamente en nuestra ciudad; también se han identificado las causas generadoras tales como los tiempos de espera, la intoxicación alcohólica por parte del paciente, la presencia de trastornos mentales, la calidad de la información y el trato recibido. Se han identificado el tipo de agresor, dentro de los que se destacan el propio paciente, el acompañante o ambos, pero el detonante principal es esta época es la del contagio del coronavirus.

Mientras vivimos inmersos en una emergencia sanitaria sin precedentes por el Covid-19, algunos médicos, enfermeras y enfermeros están viviendo ataques en su contra por llevar el uniforme en la calle. Durante la primera semana de abril, una enfermera fue rociada con agua y cloro en Guadalajara, Jalisco, según la Comisión de Enfermeras del Estado, quien dio la voz de alarma sobre cinco ataques más contra su personal. También en Sinaloa se produjo una agresión parecida contra una enfermera que salía de trabajar, tal y como contó la prensa local.

En Sabinas Hidalgo, Nuevo León, lanzaron material inflamable contra las instalaciones del Hospital General, uno de los centros para tratar a los pacientes de Covid-19. Y en nuestra “tranquila ciudad colonial” tristemente con vergüenza y rabia, relato que una enfermera IMSS de Durango fue agredida y amenazada de muerte por una mujer en la calle, quien la acusó de ser portadora del Covid-19. La víctima, se dirigía a su trabajo en su automóvil cuando una mujer a bordo de una camioneta, intenta impactar contra su unidad en dos ocasiones, y ella logra esquivarla.

Poco después, se encuentran nuevamente, la agresora le cierra el paso a la enfermera, por lo que ella le hace frente y le pregunta que por qué hace eso. “Ella lo único que hace es pararme el dedo, me grita “infectada”, y hace el comentario de que ahora sí habíamos valido madre”, relató. La mujer añade que “muerto el perro se acabó la rabia” y saca un arma de fuego de una mochila para mostrársela a la enfermera, amenazándola y diciéndole que se fuera de ese fraccionamiento porque infectaría a todos.

Y tristemente con la complacencia de la autoridad municipal, no hizo justicia, al pedido de la persona agredida ¿Por qué, Durango?... A diferencia de en otros países donde se rinde homenaje a los que están en primera línea para combatir la enfermedad, decenas de testimonios -principalmente de enfermeras y enfermeros- comienzan a surgir en redes sociales sobre agresiones en su contra por miedo al contagio.

Exhorto a la población a que respete y proteja a médicos y enfermeras, más todavía en esta situación. “Es indignante, insólito y alarmante que las personas canalicen el temor y el enojo hacia el personal que les protege”, y recuerden que el temor y la angustia se matan con información. “Memento mori”. Recuerda que eres mortal.

tomymx@me.com