/ lunes 20 de diciembre de 2021

Jóvenes volver a pensar

El mundo entero celebra la Navidad, unos, cristianamente, otros, en la esfera laico-pagano-consumista. Luces multicolores, villancicos, belenes, cava y turrón inundan calles y familias.

El sentido auténtico de las Pascuas de Natividad es la conmemoración del nacimiento de Jesús, el Niño-Dios. Hace más de dos mil años, María concibió virginalmente a un varón que hizo cambiar hasta el calendario, que se ajustó al año aproximado de su nacimiento. La historia cultural, social y religiosa de México resulta inenarrable sin tener en cuenta aquel alumbramiento. Hoy Nazareth es un pueblo poco importante, con 90,000 habitantes, una mitad cristianos y la otra musulmana.

Está situado a 141 kilómetros de Jerusalén, tierras que podemos descubrir de muchos modos, como viajando o leyendo las Sagradas Escrituras, especialmente el Nuevo Testamento. Tierras donde la paz definitiva que predicó Jesucristo no acaba de llegar. El mismo Jesús que enseñó las Bienaventuranzas, acogió a los oprimidos, dio pan y peces a los hambrientos, también fue crucificado, el poder político de entonces no podía consentir a alguien tan “políticamente incorrecto”, como diríamos hoy. Jesús también fue un Niño-Dios inocente, dulce, manso y limpio de corazón como esos pequeñuelos que vemos jugar en los parques, ajenos a las maldades del mundo.

Así mismo es como nos quiere Dios en su Reino. La Navidad es la fiesta que humaniza al mundo, con buenos deseos e intenciones. Que siempre sea Navidad en nuestro corazón. En la actualidad, estas tradiciones han sido modificadas. Por ejemplo, las posadas son fiestas que se celebran en diferentes casas nueve días antes de la Navidad (a pesar de la pandemia) y son simplemente fiestas seculares bañadas de licores, baile, olvidando realmente el otrora espíritu de las posadas.

Asimismo, con la influencia de una empresa extranjera, e inclusive en nuestro Durango, tristemente, a desplazado el querido Nacimiento de la Plaza de Armas, ahora se celebra la Navidad al estilo de los Estados Unidos, ligth, snoob, no-naca. En fin ¡defendamos lo nuestro, nuestra cultura! Ubinam gentium sumus? ¿En qué país estamos?

El mundo entero celebra la Navidad, unos, cristianamente, otros, en la esfera laico-pagano-consumista. Luces multicolores, villancicos, belenes, cava y turrón inundan calles y familias.

El sentido auténtico de las Pascuas de Natividad es la conmemoración del nacimiento de Jesús, el Niño-Dios. Hace más de dos mil años, María concibió virginalmente a un varón que hizo cambiar hasta el calendario, que se ajustó al año aproximado de su nacimiento. La historia cultural, social y religiosa de México resulta inenarrable sin tener en cuenta aquel alumbramiento. Hoy Nazareth es un pueblo poco importante, con 90,000 habitantes, una mitad cristianos y la otra musulmana.

Está situado a 141 kilómetros de Jerusalén, tierras que podemos descubrir de muchos modos, como viajando o leyendo las Sagradas Escrituras, especialmente el Nuevo Testamento. Tierras donde la paz definitiva que predicó Jesucristo no acaba de llegar. El mismo Jesús que enseñó las Bienaventuranzas, acogió a los oprimidos, dio pan y peces a los hambrientos, también fue crucificado, el poder político de entonces no podía consentir a alguien tan “políticamente incorrecto”, como diríamos hoy. Jesús también fue un Niño-Dios inocente, dulce, manso y limpio de corazón como esos pequeñuelos que vemos jugar en los parques, ajenos a las maldades del mundo.

Así mismo es como nos quiere Dios en su Reino. La Navidad es la fiesta que humaniza al mundo, con buenos deseos e intenciones. Que siempre sea Navidad en nuestro corazón. En la actualidad, estas tradiciones han sido modificadas. Por ejemplo, las posadas son fiestas que se celebran en diferentes casas nueve días antes de la Navidad (a pesar de la pandemia) y son simplemente fiestas seculares bañadas de licores, baile, olvidando realmente el otrora espíritu de las posadas.

Asimismo, con la influencia de una empresa extranjera, e inclusive en nuestro Durango, tristemente, a desplazado el querido Nacimiento de la Plaza de Armas, ahora se celebra la Navidad al estilo de los Estados Unidos, ligth, snoob, no-naca. En fin ¡defendamos lo nuestro, nuestra cultura! Ubinam gentium sumus? ¿En qué país estamos?