/ viernes 23 de febrero de 2024

Movimientos sociales: defensa por la democracia y Estado de derecho

La historia registra grandes movimientos sociales que han favorecido a la democratización e institucionalización del Estado de derecho. La movilización de la sociedad civil, tiene como constante la lucha por la apertura de espacios para que su voz sea escuchada y atendida para que se respeten: las leyes; la inclusión de la diversidad social; y la garantía de las libertades civiles y políticas.

La aspiración por vivir en una sociedad democrática lleva por principio el reconocimiento de las diferencias, y cuando esta aspiración no alcanza tan siquiera un atisbo de satisfacción, se pone de relieve las tensiones entre desigualdades y democracia, es decir, se produce malestar social.

Creo, que cuando se produce el malestar social, este se convierte en una olla de presión y en un escenario político electoral como el que hay en este momento en México, está latente la volatilidad electoral y pueden producirse nuevas opciones las cuáles abren puertas a nuevos liderazgos.

El malestar social tiene que ver con la economía, las disposiciones legales, salud, educación, derechos humanos, energía, seguridad. Estas a su vez traducidas en políticas públicas eficientes que generen un mayor nivel en la calidad de vida. Si todo esto no fue llevado con satisfacción, tarde o temprano viene el desbordamiento de la sociedad civil en las calles con protestas y marchas.

A lo anterior hay que sumar, me parece, el deterioro natural de quienes están al frente del gobierno y a los representantes antes las cámaras de senadores y diputados.

Uno de los principales significados de la Marcha por la Democracia del 18 de febrero de 2024 es la coincidencia en convicciones por la defensa de la democracia de muchos mexicanos y que a la postre puede suscitar un fuerte movimiento social, tal y como dice Federico M. Rossi (INE, 2923), cito, “Los movimientos requieren de creencias compartidas que les den una identidad”. No se puede obviar que se dio una identidad colectiva que proyectó una sensación de pertenencia y de ideas coincidentes.

Los grandes movimientos sociales tienen como objetivo lograr un cambio, en ellos se comparten, expresan y fundamentan ideas. En el de la Marcha por la Democracia en comento, está el de tener elecciones libres en la contienda por la Presidencia de México y las demás representaciones. Está la demanda por un réferi imparcial y que acate totalmente las disposiciones que están establecidas en el Instituto Nacional Electoral, INE. Esta marcha surge por las tensiones políticas y de carácter legal, estructural y financiero del INE.

Opino que al ser manifiestas las reformas electorales, y manifiestas las diferencias con una parte del electorado, sin importar el número de ellos, al no ser escuchados y atendidos da lugar a la movilización social ya no para opinar sobre sus razonamientos en las diferencias, sino en un estado de defensa, en este caso por la democracia.

Los movimientos sociales de protesta y defensa tienen su origen en el malestar social, como lo he referido anteriormente, empieza a permear una idea preconcebida la cual se consolida, crece y se desarrollan en la medida de que, en este caso los ciudadanos, vayan coincidiendo tendiendo hacia la unidad. Hoy, las formas de organizarse se han modernizado y la idea o ideas se han propagado de manera vertiginosa merced a los medios de comunicación y las redes sociales.

La idea de la defensa por la democracia en México, quizá pueda tener alcance internacional. En todo caso, ojalá que los funcionarios del INE escuchen y atiendan las demandas sociales y que pasen a la historia asumiendo el papel o el rol en el campo legal, justo, con capacidad de organización, con capacidad de respuesta a los problemas que se presenten. ¡Hasta la próxima!

La historia registra grandes movimientos sociales que han favorecido a la democratización e institucionalización del Estado de derecho. La movilización de la sociedad civil, tiene como constante la lucha por la apertura de espacios para que su voz sea escuchada y atendida para que se respeten: las leyes; la inclusión de la diversidad social; y la garantía de las libertades civiles y políticas.

La aspiración por vivir en una sociedad democrática lleva por principio el reconocimiento de las diferencias, y cuando esta aspiración no alcanza tan siquiera un atisbo de satisfacción, se pone de relieve las tensiones entre desigualdades y democracia, es decir, se produce malestar social.

Creo, que cuando se produce el malestar social, este se convierte en una olla de presión y en un escenario político electoral como el que hay en este momento en México, está latente la volatilidad electoral y pueden producirse nuevas opciones las cuáles abren puertas a nuevos liderazgos.

El malestar social tiene que ver con la economía, las disposiciones legales, salud, educación, derechos humanos, energía, seguridad. Estas a su vez traducidas en políticas públicas eficientes que generen un mayor nivel en la calidad de vida. Si todo esto no fue llevado con satisfacción, tarde o temprano viene el desbordamiento de la sociedad civil en las calles con protestas y marchas.

A lo anterior hay que sumar, me parece, el deterioro natural de quienes están al frente del gobierno y a los representantes antes las cámaras de senadores y diputados.

Uno de los principales significados de la Marcha por la Democracia del 18 de febrero de 2024 es la coincidencia en convicciones por la defensa de la democracia de muchos mexicanos y que a la postre puede suscitar un fuerte movimiento social, tal y como dice Federico M. Rossi (INE, 2923), cito, “Los movimientos requieren de creencias compartidas que les den una identidad”. No se puede obviar que se dio una identidad colectiva que proyectó una sensación de pertenencia y de ideas coincidentes.

Los grandes movimientos sociales tienen como objetivo lograr un cambio, en ellos se comparten, expresan y fundamentan ideas. En el de la Marcha por la Democracia en comento, está el de tener elecciones libres en la contienda por la Presidencia de México y las demás representaciones. Está la demanda por un réferi imparcial y que acate totalmente las disposiciones que están establecidas en el Instituto Nacional Electoral, INE. Esta marcha surge por las tensiones políticas y de carácter legal, estructural y financiero del INE.

Opino que al ser manifiestas las reformas electorales, y manifiestas las diferencias con una parte del electorado, sin importar el número de ellos, al no ser escuchados y atendidos da lugar a la movilización social ya no para opinar sobre sus razonamientos en las diferencias, sino en un estado de defensa, en este caso por la democracia.

Los movimientos sociales de protesta y defensa tienen su origen en el malestar social, como lo he referido anteriormente, empieza a permear una idea preconcebida la cual se consolida, crece y se desarrollan en la medida de que, en este caso los ciudadanos, vayan coincidiendo tendiendo hacia la unidad. Hoy, las formas de organizarse se han modernizado y la idea o ideas se han propagado de manera vertiginosa merced a los medios de comunicación y las redes sociales.

La idea de la defensa por la democracia en México, quizá pueda tener alcance internacional. En todo caso, ojalá que los funcionarios del INE escuchen y atiendan las demandas sociales y que pasen a la historia asumiendo el papel o el rol en el campo legal, justo, con capacidad de organización, con capacidad de respuesta a los problemas que se presenten. ¡Hasta la próxima!