Mujeres se manifiestan contra la violencia con diamantina rosa
“Diré con una épica sordina: La patria es impecable y diamantina”: Ramón López Velarde; tenemos que entender la impotencia y rabia de las mujeres que pintaron el Ángel de la independencia, ante la indiferencia del estado.
Para acabar con la violencia contra las mujeres, es necesaria una distinta visión de estado, un cambio estructural donde participen los tres poderes y los municipios.
Las mujeres en todo el país nos manifestamos contra la violencia con la marea rosa, con diamantina, humo y caras pintadas y con gritos de rechazo a lo que está ocurriendo en nuestro país: A la exacerbada violencia contra las mujeres.
Tema obligado son los mítines que se llevaron a cabo en varias ciudades de nuestro país; el más sonado fue el de la Ciudad de México por las pintas que hubo en edificios y monumentos, ocasionado, tal vez, por infiltradas o infiltrados; ya que como se ha visto en las redes sociales, un hombre es quien golpea al reportero de ADN40 y las infiltradas podrían haber sido las sinarquistas, grupo que sirve, en algunos casos, como esquirol para desvirtuar los movimientos sociales.
Independientemente de lo anterior, el Estado tiene que reconocer que se le está saliendo de control la violencia contra las mujeres, y el hartazgo, el enojo, la rabia, la impotencia ante la impunidad y aunque nada justifica la violencia, se entienda y se atienda a las mujeres, la violencia de que son objeto en todo el país, todo tipo de violencia, incluyendo los feminicidios.
En este caso desgraciadamente de habla más de las pintas en el Ángel de la Independencia que de esa violencia que día con días viven las mujeres en nuestro país: ¿entonces podríamos ser empáticas y empáticos y entender el dolor de las mujeres que han sufrido la pérdida de sus hijas o que han sido violadas o que les echaron semen en las piernas en el transporte público y muchos etcéteras más?
A lo largo de los siglos, la historia nos da fe, de las acciones que han emprendido las mujeres para poder votar, para poder trabajar, para los anticonceptivos, para participar en igualdad de circunstancias que los hombres y por esa paridad que apenas estamos viviendo en estos años.
Cuántos años, cuántos siglos las mujeres y nuestros problemas han sido desatendidos por los gobiernos y pues esa rabia contenida llevo y puede seguir llevando a estas manifestaciones. ¿Por qué el gobierno? porque recuerde que cuando elegimos presidentes, gobernadores, presidentes municipales, senadores y regidores, votamos por ellas o por ellos “para que gobiernen” y gobernar tiene que ver con lograr el mejor bienestar para las ciudadanas y los ciudadanos, que además pagamos sus sueldos para ese fin. ¿Cuántos años, cuántos movimientos feministas han sido desentendidos por los gobiernos? La respuesta fue más allá de lo que el estado esperaba más allá de “la brillanteada”.
Nada justifica la violencia, pero los hechos ocurrido en la Ciudad de México el pasado viernes en el denominado “Brillanteada “son el resultado de la desatención del gobierno a sus gobernadas.
Todo parece indicar que las Alertas de Violencia de Género (AVGM) es un mecanismo que no están funcionando en ninguna parte del país, ya que, en todos los estados que la tienen ha aumentado la violencia contra las mujeres, aquí se incluye Durango, donde los 16 municipios que tienen la declaratoria de AVGM, no han dejado de reportar hechos delictivos contra las mujeres.
El viernes la Fiscalía del Estado habría declarado 17 homicidios de mujeres de los cuales en opinión de la autoridad , hasta el momento sólo 6 están tipificados como feminicidios; pero resulta que el sábado hubo 2 jóvenes asesinadas en Guadalupe Victoria, municipio con alerta de violencia de género y fue encontrada en El Salto, Pueblo Nuevo, una más proveniente de la capital del estado, con las cuales se contabilizan 20 asesinatos de mujeres en el Estado donde sobresalen los municipios de Durango, Lerdo y Gómez Palacio así como Guadalupe Victoria, todos ellos con alerta de violencia de género.
Aquí un llamado a las y los presidentes municipales que inician su gestión en septiembre para que tomen la responsabilidad de lo que les toca en cuanto a la atención de la Alerta de Violencia de Género ya que hasta el momento no ha habido actividades en torno a ese tema.
Durango no podría quedar atrás en esta manifestación que fue convocada a nivel nacional; en nuestra ciudad también nos manifestamos a invitación de la organización “Las que no arden” y en la Plaza de Armas hubo alrededor de 100 mujeres que con humo rosa y cánticos feministas, lanzaron consignas algunas lloraron, ya que la sensibilidad estuvo a flor de piel cuando varias mujeres manifestaron las terribles experiencias que les tocó vivir con hombres que las violentaron en su niñez o en la edad adulta porque esa violencia feminicidio es para todas las edades, los niveles económicos, las creencias políticas o religiosas; también se da en lo institucional, en la comunidad, en el transporte público y en todos los espacios donde se encuentre una mujer, incluyendo su propio hogar.
En la Plaza de Armas de Durango estuvieron presentes unas 100 mujeres, la mayoría jóvenes, lo cual me dio mucho gusto porque después de todo el esfuerzo solitario hoy ya está presente el relevo generacional; aún recuerdo en 2002 cuando publiqué mi libro Mujeres de Durango.- Equidad sin sexo, donde publiqué 70 entrevistas entre políticas, esposa del gobernador y del presidente municipal, hasta jefas de hogar y estilistas; ninguna acepto ser feminista y el viernes 16 de agosto muchas jóvenes gritaron “Alerta, alerta, que camina la lucha feminista por américa latina”, un grito de las guerreras feministas que junto con “ahora que somos muchas, ahora que si nos ven, abajo el patriarcado, se va a caer, se va a caer”, entre otras muchas consignas, canciones y lecturas en pro del feminismo que no es más que buscar la igualdad entre toda los seres humanos.
Para acabar con la violencia contra las mujeres, es necesario una distinta visión de estado, un cambio estructural donde participen los tres poderes y los municipios.
