/ domingo 27 de enero de 2019

Busca Enríquez recovecos legales para reelegirse sin PAN ni PRD

De acuerdo a la Constitución Política del Estado, los presidentes municipales en funciones que pretendan reelegirse, deberán ser postulados por el mismo partido o coalición por los que llegaron, salvo que hayan renunciado a la militancia antes de la primera mitad de su actual mandato.

Viene a colación lo anterior, por las circunstancias que rodean la pretensión del alcalde José Ramón Enríquez Herrera, de postularse para el siguiente periodo consecutivo.

Panistas de prosapia, e incluso directivos locales y nacionales, rechazan abiertamente la posible candidatura de Enríquez, e incluso demandan la salida de varios militantes que apoyan al galeno y son parte del gobierno municipal. Y aunque en el PRD no han socializado una negativa generalizada de “amparar” al edil en la elección constitucional de junio próximo, al parecer están en el mismo tono que los blanquiazules.

Con tal incertidumbre jurídica, y en una especie de “curarse en salud” para sustentar la candidatura que proyecta, José Ramón Enríquez, presentó “formal consulta” a los integrantes del Consejo General del Instituto Electoral y de Participación Ciudadana del Estado, para exponerles la situación en que se encuentra, y preguntarles si puede ser postulado a otro periodo consecutivo al frente del Ayuntamiento de Durango, bajo las siglas de un Partido diferente al PAN y PRD.

De manera perentoria, al solicitar al Consejo Electoral una contestación “a la brevedad”, el jefe de la Comuna en funciones expone que llegó por una candidatura común ciudadana de los partidos Acción Nacional y de la Revolución Democrática, y no por coalición.

En caso de intentar la reelección, plantea a los consejeros en su consulta por escrito la siguiente interrogante: “¿Puede el suscrito ser postulado para un periodo consecutivo, por un partido diferente al PAN y PRD?”.

Aclara que no ha sido panista ni perredista, ya que fue candidato ciudadano, en común con ambos partidos, y por tanto no puede renunciar, como lo pide el marco jurídico, a una militancia que no ha tenido.

Con la visible intención de “pasarle la pelotita” al árbitro electoral, de la responsabilidad jurídica que significaría su inminente postulación como candidato a presidente municipal, en lo que sería reelegirse en caso de obtener el voto mayoritario de los duranguenses, Enríquez plantea a los consejeros que le avalen de antemano su candidatura por un partido distinto al PAN y PRD.

Entre los consejeros hay quienes opinan que en la lógica jurídica, no sería factible legalmente la postulación del alcalde en funciones como candidato por un partido distinto a los que abanderó en 2016 cuando asumió la Alcaldía, porque entonces no sería una reelección en forma.

Pero hay otros que concuerdan con la pretensión del edil, de aprovechar ‘lagunas’ en la norma, para que pueda ser candidato por otro partido, bajo la consideración de que no es militante del PAN y PRD y por ende no puede renunciar, y que su postulación en aquella ocasión fue bajo la figura de candidatura ciudadana común, y no en coalición.

Ante el laberinto de la intríngulis jurídica en materia electoral, Enríquez trabaja con un equipo de especialistas para encontrar la salida que le permita postularse sin “contratiempos legales” que cuestionen su pretendida reelección.

Hay otro factor que saldría a relucir en caso de ser necesario, y que es el Derecho ciudadano a ser votado a un cargo de representación popular, y que el oftalmólogo sopesa el momento en que lo habría de incorporar a sus argumentos.

El escenario se enrarece con la renuncia a su militancia panista del senador Juan Quiñones Ruiz quien incluso fue presidente del Comité Directivo Estatal, que aunque algunos lo califican como parte de la estrategia de Enríquez, pareciera que es producto de la presión que ejercen personajes del blanquiazul por expulsar a quienes apoyan abiertamente al munícipe.

Por lo que en tal contexto es previsible que haya otros egresados voluntarios de las filas de AN. Todo parece indicar que las puertas de AN se le han cerrado a Enríquez.

Otro ingrediente que puede influir para bien o para mal en la aspiración de Enríquez, es el juicio que se le sigue por presunta violación a la normatividad electoral, que aunque hay amparos de por medio que suspendieron las ejecuciones en su contra, sigue pendiente el fallo definitivo que según los expertos podría irse hasta después de junio en que se realizará la elección para renovar los 39 ayuntamientos de Durango. Sigue latente la posibilidad de la sanción.

Se espera que a la “mayor brevedad” el Consejo General Electoral se reúna para analizar, debatir y acordar la respuesta a la consulta de Enríquez, de lo cual dependerá la decisión que tome para ir a la contienda por la Presidencia Municipal de Durango, en lo que sería la reelección en caso de que los ciudadanos lo aprueben, que sería el obstáculo final rumbo al 2022.

De acuerdo a la Constitución Política del Estado, los presidentes municipales en funciones que pretendan reelegirse, deberán ser postulados por el mismo partido o coalición por los que llegaron, salvo que hayan renunciado a la militancia antes de la primera mitad de su actual mandato.

Viene a colación lo anterior, por las circunstancias que rodean la pretensión del alcalde José Ramón Enríquez Herrera, de postularse para el siguiente periodo consecutivo.

Panistas de prosapia, e incluso directivos locales y nacionales, rechazan abiertamente la posible candidatura de Enríquez, e incluso demandan la salida de varios militantes que apoyan al galeno y son parte del gobierno municipal. Y aunque en el PRD no han socializado una negativa generalizada de “amparar” al edil en la elección constitucional de junio próximo, al parecer están en el mismo tono que los blanquiazules.

Con tal incertidumbre jurídica, y en una especie de “curarse en salud” para sustentar la candidatura que proyecta, José Ramón Enríquez, presentó “formal consulta” a los integrantes del Consejo General del Instituto Electoral y de Participación Ciudadana del Estado, para exponerles la situación en que se encuentra, y preguntarles si puede ser postulado a otro periodo consecutivo al frente del Ayuntamiento de Durango, bajo las siglas de un Partido diferente al PAN y PRD.

De manera perentoria, al solicitar al Consejo Electoral una contestación “a la brevedad”, el jefe de la Comuna en funciones expone que llegó por una candidatura común ciudadana de los partidos Acción Nacional y de la Revolución Democrática, y no por coalición.

En caso de intentar la reelección, plantea a los consejeros en su consulta por escrito la siguiente interrogante: “¿Puede el suscrito ser postulado para un periodo consecutivo, por un partido diferente al PAN y PRD?”.

Aclara que no ha sido panista ni perredista, ya que fue candidato ciudadano, en común con ambos partidos, y por tanto no puede renunciar, como lo pide el marco jurídico, a una militancia que no ha tenido.

Con la visible intención de “pasarle la pelotita” al árbitro electoral, de la responsabilidad jurídica que significaría su inminente postulación como candidato a presidente municipal, en lo que sería reelegirse en caso de obtener el voto mayoritario de los duranguenses, Enríquez plantea a los consejeros que le avalen de antemano su candidatura por un partido distinto al PAN y PRD.

Entre los consejeros hay quienes opinan que en la lógica jurídica, no sería factible legalmente la postulación del alcalde en funciones como candidato por un partido distinto a los que abanderó en 2016 cuando asumió la Alcaldía, porque entonces no sería una reelección en forma.

Pero hay otros que concuerdan con la pretensión del edil, de aprovechar ‘lagunas’ en la norma, para que pueda ser candidato por otro partido, bajo la consideración de que no es militante del PAN y PRD y por ende no puede renunciar, y que su postulación en aquella ocasión fue bajo la figura de candidatura ciudadana común, y no en coalición.

Ante el laberinto de la intríngulis jurídica en materia electoral, Enríquez trabaja con un equipo de especialistas para encontrar la salida que le permita postularse sin “contratiempos legales” que cuestionen su pretendida reelección.

Hay otro factor que saldría a relucir en caso de ser necesario, y que es el Derecho ciudadano a ser votado a un cargo de representación popular, y que el oftalmólogo sopesa el momento en que lo habría de incorporar a sus argumentos.

El escenario se enrarece con la renuncia a su militancia panista del senador Juan Quiñones Ruiz quien incluso fue presidente del Comité Directivo Estatal, que aunque algunos lo califican como parte de la estrategia de Enríquez, pareciera que es producto de la presión que ejercen personajes del blanquiazul por expulsar a quienes apoyan abiertamente al munícipe.

Por lo que en tal contexto es previsible que haya otros egresados voluntarios de las filas de AN. Todo parece indicar que las puertas de AN se le han cerrado a Enríquez.

Otro ingrediente que puede influir para bien o para mal en la aspiración de Enríquez, es el juicio que se le sigue por presunta violación a la normatividad electoral, que aunque hay amparos de por medio que suspendieron las ejecuciones en su contra, sigue pendiente el fallo definitivo que según los expertos podría irse hasta después de junio en que se realizará la elección para renovar los 39 ayuntamientos de Durango. Sigue latente la posibilidad de la sanción.

Se espera que a la “mayor brevedad” el Consejo General Electoral se reúna para analizar, debatir y acordar la respuesta a la consulta de Enríquez, de lo cual dependerá la decisión que tome para ir a la contienda por la Presidencia Municipal de Durango, en lo que sería la reelección en caso de que los ciudadanos lo aprueben, que sería el obstáculo final rumbo al 2022.