/ domingo 28 de julio de 2019

Demandan a “Alito” el cambio de Benítez

La visita de Alejandro Moreno a Durango fortaleció la percepción de que es el candidato que tiene el apoyo mayoritario de los priistas para llegar a la Presidencia del CEN del PRI, el 11 de agosto próximo, en que se lleve a cabo el proceso interno de elección.

“Alito”, como le dicen al gobernador con licencia campechano, al menos entre los tricolores locales, demostró que goza de la preferencia de los militantes al concentrar a los representantes de los grupos que controlan aún al partido, como es el caso de los exgobernadores, y además desarrollar una agenda amplia, en la que sostuvo reuniones por aparte, con los sectores, con la dirigencia estatal, un evento masivo con la estructura territorial, y una rueda de prensa.

Fue evidente que la convocatoria de “Alito” entre los priistas duranguenses registró mayor audiencia que la de Ivonne Ortega, la otra candidata, quien durante su visita solamente realizó conferencia de prensa en la ciudad capital, y se fue a una reunión en el municipio de Canatlán.

Despertó comentarios que entre la audiencia con Moreno sobresalieran personajes que son de los grupos que lideran los dos últimos exgobernadores emanados del priismo, Jorge Herrera Caldera e Ismael Hernández Deras, aun y cuando a este último se le había relacionado con Osorio Chong, quien se ha ladeado con Ivonne Ortega.

Arturo Yáñez Cuéllar, excandidato a la Presidencia Municipal, es quien encabeza la coordinación de la campaña de “Alito” en Durango. Mientras que la de Ivonne Ortega lo hacen Óscar García Barrón, cercano a Osorio Chong, y Jesús Diez Flores.

Algo que entusiasmó a los priistas locales fue una parte del mensaje de “Alito” en el que ofreció en perspectiva lo que será su dirigencia nacional, con un esquema similar al que desarrolló en su momento Andrés Manuel López Obrador, y que le allanó el camino a la Presidencia de la República.

Alejandro Moreno anunció que una vez que ocupe la silla del CEN priista, con el voto mayoritario de los militantes, visitará una, dos, o tres o más veces, los municipios más importantes del país, con lo que además de fortalecer las estructuras partidistas, le permitirá encumbrar su imagen personal.

Para la clase política priista se interpreta que “Alito” intentará, primero, posicionar su imagen y perfil político personal, y desde ahí catapultar una posible candidatura a la silla de Palacio Nacional, algo que se antoja aún muy lejos, pero que le dio buenos resultados a AMLO.

Por lo pronto, esa parte del mensaje dejó a los duranguenses buen sabor de boca y se fortaleció la percepción de que el campechano es cuestión de trámite para que llegue a la dirigencia nacional del PRI, alentado, según los politólogos, por personajes de la talla de Carlos Salinas de Gortari, Enrique Peña Nieto, y algunos se aventuran a afirmar que del mismísimo López Obrador, o que al menos tiene la simpatía.

En las reuniones con los sectores y en el masivo con la estructura territorial en Durango, Alejandro Moreno, según coincidieron varios de los priistas de prosapia, escuchó también puntos de vista negativos sobre la permanencia de Luis Enrique Benítez Ojeda al frente del Comité Directivo Estatal.

Al parecer, según comentarios de los cercanos, el compromiso del ahora aspirante es que una vez que se concrete la elección del CEN se habrá de iniciar un proceso interno a nivel estatal para valorar la estancia de Benítez en la Presidencia, con el fin de que se lleve a cabo una reestructuración que tendría como objetivo la renovación de la dirigencia.

Y de inmediato se comenzaron a barajar nombres de los posibles que pudieran ocupar la silla principal del vetusto inmueble del bulevar Domingo Arrieta, con la intención de redinamizar el priismo duranguense: Yolanda de la Torre, Carlos Matuk, Rubén Escajeda y Ernesto Alanís.

Los cuatro son perfiles competitivos para trabajar en equipo con el próximo CEN priista, aunque habrá que esperar primero que los exgobernadores que aún controlan el partido se pongan de acuerdo para llevar a cabo el cambio, y consensuar quien sustituya a Benítez.

Entre los cercanos a este último, como es normal, y de manera natural, hay renuencia para que deje la dirigencia y afirman que “Alito” le dio un espaldarazo cuando acudió a la oficina estatal a saludarlo junto con los demás directivos.

Lo cierto es que Benítez continúa en su afán personal de llevar agua a su molino, con propósito de vender cara, ya sea su permanencia o su salida, y negociar alguno de los espacios partidistas o de las futuras candidaturas, pese a que ya no es bien visto.

Es audaz y con capacidad, pero con nulo carisma social.

La visita de Alejandro Moreno a Durango fortaleció la percepción de que es el candidato que tiene el apoyo mayoritario de los priistas para llegar a la Presidencia del CEN del PRI, el 11 de agosto próximo, en que se lleve a cabo el proceso interno de elección.

“Alito”, como le dicen al gobernador con licencia campechano, al menos entre los tricolores locales, demostró que goza de la preferencia de los militantes al concentrar a los representantes de los grupos que controlan aún al partido, como es el caso de los exgobernadores, y además desarrollar una agenda amplia, en la que sostuvo reuniones por aparte, con los sectores, con la dirigencia estatal, un evento masivo con la estructura territorial, y una rueda de prensa.

Fue evidente que la convocatoria de “Alito” entre los priistas duranguenses registró mayor audiencia que la de Ivonne Ortega, la otra candidata, quien durante su visita solamente realizó conferencia de prensa en la ciudad capital, y se fue a una reunión en el municipio de Canatlán.

Despertó comentarios que entre la audiencia con Moreno sobresalieran personajes que son de los grupos que lideran los dos últimos exgobernadores emanados del priismo, Jorge Herrera Caldera e Ismael Hernández Deras, aun y cuando a este último se le había relacionado con Osorio Chong, quien se ha ladeado con Ivonne Ortega.

Arturo Yáñez Cuéllar, excandidato a la Presidencia Municipal, es quien encabeza la coordinación de la campaña de “Alito” en Durango. Mientras que la de Ivonne Ortega lo hacen Óscar García Barrón, cercano a Osorio Chong, y Jesús Diez Flores.

Algo que entusiasmó a los priistas locales fue una parte del mensaje de “Alito” en el que ofreció en perspectiva lo que será su dirigencia nacional, con un esquema similar al que desarrolló en su momento Andrés Manuel López Obrador, y que le allanó el camino a la Presidencia de la República.

Alejandro Moreno anunció que una vez que ocupe la silla del CEN priista, con el voto mayoritario de los militantes, visitará una, dos, o tres o más veces, los municipios más importantes del país, con lo que además de fortalecer las estructuras partidistas, le permitirá encumbrar su imagen personal.

Para la clase política priista se interpreta que “Alito” intentará, primero, posicionar su imagen y perfil político personal, y desde ahí catapultar una posible candidatura a la silla de Palacio Nacional, algo que se antoja aún muy lejos, pero que le dio buenos resultados a AMLO.

Por lo pronto, esa parte del mensaje dejó a los duranguenses buen sabor de boca y se fortaleció la percepción de que el campechano es cuestión de trámite para que llegue a la dirigencia nacional del PRI, alentado, según los politólogos, por personajes de la talla de Carlos Salinas de Gortari, Enrique Peña Nieto, y algunos se aventuran a afirmar que del mismísimo López Obrador, o que al menos tiene la simpatía.

En las reuniones con los sectores y en el masivo con la estructura territorial en Durango, Alejandro Moreno, según coincidieron varios de los priistas de prosapia, escuchó también puntos de vista negativos sobre la permanencia de Luis Enrique Benítez Ojeda al frente del Comité Directivo Estatal.

Al parecer, según comentarios de los cercanos, el compromiso del ahora aspirante es que una vez que se concrete la elección del CEN se habrá de iniciar un proceso interno a nivel estatal para valorar la estancia de Benítez en la Presidencia, con el fin de que se lleve a cabo una reestructuración que tendría como objetivo la renovación de la dirigencia.

Y de inmediato se comenzaron a barajar nombres de los posibles que pudieran ocupar la silla principal del vetusto inmueble del bulevar Domingo Arrieta, con la intención de redinamizar el priismo duranguense: Yolanda de la Torre, Carlos Matuk, Rubén Escajeda y Ernesto Alanís.

Los cuatro son perfiles competitivos para trabajar en equipo con el próximo CEN priista, aunque habrá que esperar primero que los exgobernadores que aún controlan el partido se pongan de acuerdo para llevar a cabo el cambio, y consensuar quien sustituya a Benítez.

Entre los cercanos a este último, como es normal, y de manera natural, hay renuencia para que deje la dirigencia y afirman que “Alito” le dio un espaldarazo cuando acudió a la oficina estatal a saludarlo junto con los demás directivos.

Lo cierto es que Benítez continúa en su afán personal de llevar agua a su molino, con propósito de vender cara, ya sea su permanencia o su salida, y negociar alguno de los espacios partidistas o de las futuras candidaturas, pese a que ya no es bien visto.

Es audaz y con capacidad, pero con nulo carisma social.