/ domingo 8 de marzo de 2020

Desde arriba y sin trampas, el SNTE debe democratizarse

Los trabajadores de la educación sabemos que están dadas las condiciones para democratizar al SNTE, pero ignoramos las trampas que los dirigentes actuales implementarán, para que el concepto de la democracia sea burlado y sólo quede en el intento y el deseo de aquellos que repudian los esquemas de manipulación e imposición.

Para tal efecto, Alfonso Cepeda, considera que arriba esa parte ya está superada. Dando por hecho que la cabeza del SNTE no está a discusión. Sólo los pies de dicha estructura serán sometidos al consenso del voto directo secreto y universal, pero bajo las reglas y acuerdos que convengan a la mafia sindical, poniendo a todas luces en entredicho la legalidad vigente y sin discusión la actitud pasiva y resignada de los docentes.

Pese a la desinflada camisa de fuerza que uniformaba el pensamiento ovejuno, los docentes aún le tienen pavor a la libertad de construir nuevos escenarios, para participar democráticamente, lo que aprovechan los líderes charros para evitar a cualquier precio el empoderamiento de las bases.

Fueron seis años los que tuvieron a los maestros arrinconados con el fantasma de la mal llamada reforma educativa y ahora que los liberan, simulan estar mudos y tullidos, para no molestar ni ofender a los judas que los vendieron. Por eso, los líderes charros cuidan mucho la acción de no tirar el agua sucia, sino cambiarla sólo de vasija, con el propósito de que las bases sigan consumiendo el mismo líquido pero más caduco y venenoso.

La labia y la hipocresía se han refinado y los camaleones del SNTE no descansan y aprovechan el tiempo para camuflarse diariamente, para así confundir al magisterio y hacerle creer que la traición de que lo hicieron víctima, ahora es la bandera de la lucha que los trabajadores deben permear con su lealtad incondicional, donde no hay cabida para cuestionar ni exigir la rendición de cuentas, menos insinuar un proceso democrático que desde arriba y sin trampas debe darse, para que se transforme radicalmente la cultura donde los líderes dejen de ganar y las bases dejen de perder.

Desafortunadamente esa es la realidad que campea a lo largo y ancho del SNTE, donde sus marrullerías no siguen vigentes, sino crecidas, pese a la larga cauda que poseen para pisárselas. De ahí que el hampa siga maniobrando por todos los medios disponibles, para seguir enquistada en el territorio sindical y la punta de lanza es aquella que están limando en Nuevo León, y que por muchas razones no podemos darnos el lujo de soslayar, ya que hasta ahorita se especula que ya ataron todos los cabos sueltos y consensaron los intereses, para lanzar la planilla de unidad, lo que nos lleva a concluir que la fortaleza del régimen antidemocrático en ese sindicato, se mide por la solidez y tamaño de sus triquiñuelas.

Si ese ensayo lo legitiman las bases, no sería para mantener las cosas como están, sino para retroceder a la ignominia de la vergüenza, ya que de pasar la prueba dicho experimento, los docentes se exhibirían como los principales simuladores de la democracia, aceptando y dando por hecho, que votaron, pero no eligieron.

Con ese tipo de jaladas quieren evidenciar al presidente de que en política sindical está rotundamente equivocado y quieren sorprenderlo con el viejo truco, de que los docentes tienen mayoría de edad para resistir y aceptar los liderazgos que le impongan bajo su cuenta y riesgo.

Sólo una mezcla de indolencia y complicidad podría explicar ese fenómeno tan nefasto, ya que las trampas y cochupos no han disminuido. De ahí que se deduzca que no están dispuestos a enmendar sus atrocidades y sus acciones son el mensaje que envían al presidente, que no están en el ánimo de mantener sus intereses, sino de incrementarlos por encima de lo que sea y de quien sea.

La malicia de los charros es bastante y demasiada la paciencia de los docentes, al seguir soportando las viejas prácticas y viejos recursos de manipulación. Ante ese escenario tan lamentable, la autoridad electoral debe dar el manotazo, para acabar con esas discapacidades de la tolerancia y el silencio, que permitieron que la maestra fuera a dar a la cárcel por defenderlos y al trono los traidores que hipotecaron su seguridad laboral.

Tal vez esa pasividad se derive del miedo a sufrir nuevas agresiones de la parte sindical. Porque esas las padeció en carne propia de manera cotidiana, ya que a los maestros les quedó muy claro que lo que los charros simulaban proteger con una mano, mientras los atacaba con la otra.

La máscara de la protección detrás de la cual se escondía la cara de la traición, que no sólo simulaba ver la agresión del verdugo, sino que le ayudaba a empuñar la espada y entre ambos destazaban al maestro.

Para evitar que ese peligroso escenario se repita, urge motivar la conciencia democrática del magisterio y repasar la historia de la indefensión de que fue víctima, cuando su dignidad fue ultrajada y pisoteada, bajo los excesos de la mal llamada reforma educativa.

De ahí que es necesaria la visión de un nuevo movimiento, que tenga la suficiente fuerza y claridad, para mantener encendida la antorcha de la inconformidad contra el mandato espurio de Alfonso Cepeda y sus argucias, para ´prolongar la estancia de sus compinches en los estados.

Desde luego que el rechazo a toda la impudicia sindical, debe ir de la mano de auditorías e investigaciones serías, que lleguen al fondo de los movimientos de las cuotas sindicales y el turbio destino de los intereses bancarios que generan, ya que las bases siempre han estado ayunas de información de todo el tinglado de transas que operan a discreción.

Así que para aclarar todos los saqueos a la organización y democratizar sus estructuras; simultáneamente el gobierno debe investigar a fondo los malos manejos y las bases denunciar y exigir que se finquen responsabilidades.

Porque existen demasiados puntos negros al interior del SNTE, que bastan sólo unos cuantos para cuestionarlos y enjuiciarlos severamente, ya que el papel del sindicato se ha tergiversado totalmente. De ahí que de la nula defensa a sus agremiados, ahora se dedica a embolsarse todo el dinero que de su patrimonio obtiene.

Empezando por la entrega de las cuotas y los intereses bancarios; el regateo de los seguros a los deudos de los asegurados y que además reciben cantidades millonarias de las aseguradoras por afiliar la membresía a sus negocios.

Pero además a ese cúmulo de transas, se suma el del negocio del FORTE, de cuyo fondo lucran con los intereses que cobran por prestárselo a quienes aportan quincenalmente. En dicho rubro no sólo delinquen escamoteando los intereses que cobran a los usuarios, sino el fraude que cometen ante hacienda, porque carecen de registro ante la institución.

De ahí que deben ser investigados y sancionados por evasión de impuestos. Todo este tipo de anomalías y transas fortalece la capacidad de la denuncia y por supuesto que fortalece también la participación de todos los docentes que aspiran a dignificar, transparentar y democratizar a la organización.

Los trabajadores de la educación sabemos que están dadas las condiciones para democratizar al SNTE, pero ignoramos las trampas que los dirigentes actuales implementarán, para que el concepto de la democracia sea burlado y sólo quede en el intento y el deseo de aquellos que repudian los esquemas de manipulación e imposición.

Para tal efecto, Alfonso Cepeda, considera que arriba esa parte ya está superada. Dando por hecho que la cabeza del SNTE no está a discusión. Sólo los pies de dicha estructura serán sometidos al consenso del voto directo secreto y universal, pero bajo las reglas y acuerdos que convengan a la mafia sindical, poniendo a todas luces en entredicho la legalidad vigente y sin discusión la actitud pasiva y resignada de los docentes.

Pese a la desinflada camisa de fuerza que uniformaba el pensamiento ovejuno, los docentes aún le tienen pavor a la libertad de construir nuevos escenarios, para participar democráticamente, lo que aprovechan los líderes charros para evitar a cualquier precio el empoderamiento de las bases.

Fueron seis años los que tuvieron a los maestros arrinconados con el fantasma de la mal llamada reforma educativa y ahora que los liberan, simulan estar mudos y tullidos, para no molestar ni ofender a los judas que los vendieron. Por eso, los líderes charros cuidan mucho la acción de no tirar el agua sucia, sino cambiarla sólo de vasija, con el propósito de que las bases sigan consumiendo el mismo líquido pero más caduco y venenoso.

La labia y la hipocresía se han refinado y los camaleones del SNTE no descansan y aprovechan el tiempo para camuflarse diariamente, para así confundir al magisterio y hacerle creer que la traición de que lo hicieron víctima, ahora es la bandera de la lucha que los trabajadores deben permear con su lealtad incondicional, donde no hay cabida para cuestionar ni exigir la rendición de cuentas, menos insinuar un proceso democrático que desde arriba y sin trampas debe darse, para que se transforme radicalmente la cultura donde los líderes dejen de ganar y las bases dejen de perder.

Desafortunadamente esa es la realidad que campea a lo largo y ancho del SNTE, donde sus marrullerías no siguen vigentes, sino crecidas, pese a la larga cauda que poseen para pisárselas. De ahí que el hampa siga maniobrando por todos los medios disponibles, para seguir enquistada en el territorio sindical y la punta de lanza es aquella que están limando en Nuevo León, y que por muchas razones no podemos darnos el lujo de soslayar, ya que hasta ahorita se especula que ya ataron todos los cabos sueltos y consensaron los intereses, para lanzar la planilla de unidad, lo que nos lleva a concluir que la fortaleza del régimen antidemocrático en ese sindicato, se mide por la solidez y tamaño de sus triquiñuelas.

Si ese ensayo lo legitiman las bases, no sería para mantener las cosas como están, sino para retroceder a la ignominia de la vergüenza, ya que de pasar la prueba dicho experimento, los docentes se exhibirían como los principales simuladores de la democracia, aceptando y dando por hecho, que votaron, pero no eligieron.

Con ese tipo de jaladas quieren evidenciar al presidente de que en política sindical está rotundamente equivocado y quieren sorprenderlo con el viejo truco, de que los docentes tienen mayoría de edad para resistir y aceptar los liderazgos que le impongan bajo su cuenta y riesgo.

Sólo una mezcla de indolencia y complicidad podría explicar ese fenómeno tan nefasto, ya que las trampas y cochupos no han disminuido. De ahí que se deduzca que no están dispuestos a enmendar sus atrocidades y sus acciones son el mensaje que envían al presidente, que no están en el ánimo de mantener sus intereses, sino de incrementarlos por encima de lo que sea y de quien sea.

La malicia de los charros es bastante y demasiada la paciencia de los docentes, al seguir soportando las viejas prácticas y viejos recursos de manipulación. Ante ese escenario tan lamentable, la autoridad electoral debe dar el manotazo, para acabar con esas discapacidades de la tolerancia y el silencio, que permitieron que la maestra fuera a dar a la cárcel por defenderlos y al trono los traidores que hipotecaron su seguridad laboral.

Tal vez esa pasividad se derive del miedo a sufrir nuevas agresiones de la parte sindical. Porque esas las padeció en carne propia de manera cotidiana, ya que a los maestros les quedó muy claro que lo que los charros simulaban proteger con una mano, mientras los atacaba con la otra.

La máscara de la protección detrás de la cual se escondía la cara de la traición, que no sólo simulaba ver la agresión del verdugo, sino que le ayudaba a empuñar la espada y entre ambos destazaban al maestro.

Para evitar que ese peligroso escenario se repita, urge motivar la conciencia democrática del magisterio y repasar la historia de la indefensión de que fue víctima, cuando su dignidad fue ultrajada y pisoteada, bajo los excesos de la mal llamada reforma educativa.

De ahí que es necesaria la visión de un nuevo movimiento, que tenga la suficiente fuerza y claridad, para mantener encendida la antorcha de la inconformidad contra el mandato espurio de Alfonso Cepeda y sus argucias, para ´prolongar la estancia de sus compinches en los estados.

Desde luego que el rechazo a toda la impudicia sindical, debe ir de la mano de auditorías e investigaciones serías, que lleguen al fondo de los movimientos de las cuotas sindicales y el turbio destino de los intereses bancarios que generan, ya que las bases siempre han estado ayunas de información de todo el tinglado de transas que operan a discreción.

Así que para aclarar todos los saqueos a la organización y democratizar sus estructuras; simultáneamente el gobierno debe investigar a fondo los malos manejos y las bases denunciar y exigir que se finquen responsabilidades.

Porque existen demasiados puntos negros al interior del SNTE, que bastan sólo unos cuantos para cuestionarlos y enjuiciarlos severamente, ya que el papel del sindicato se ha tergiversado totalmente. De ahí que de la nula defensa a sus agremiados, ahora se dedica a embolsarse todo el dinero que de su patrimonio obtiene.

Empezando por la entrega de las cuotas y los intereses bancarios; el regateo de los seguros a los deudos de los asegurados y que además reciben cantidades millonarias de las aseguradoras por afiliar la membresía a sus negocios.

Pero además a ese cúmulo de transas, se suma el del negocio del FORTE, de cuyo fondo lucran con los intereses que cobran por prestárselo a quienes aportan quincenalmente. En dicho rubro no sólo delinquen escamoteando los intereses que cobran a los usuarios, sino el fraude que cometen ante hacienda, porque carecen de registro ante la institución.

De ahí que deben ser investigados y sancionados por evasión de impuestos. Todo este tipo de anomalías y transas fortalece la capacidad de la denuncia y por supuesto que fortalece también la participación de todos los docentes que aspiran a dignificar, transparentar y democratizar a la organización.