/ jueves 16 de junio de 2022

Jóvenes volver a pensar

“La juventud (del latín iuventus) es la edad que precede inmediatamente a la edad adulta y se sitúa después de la infancia y antes de la tercera edad. Sin embargo, el término juventud también puede referirse a los primeros tiempos en la existencia de algo, y puede ser sinónimo de energía, vigor y frescura.

La clasificación siguiendo criterios meramente cronológicos se ha mostrado arbitraria e insuficiente, ya que la juventud es un estado que engloba aspectos como la madurez física, social y psicológica de la persona, la educación, la incorporación al trabajo, autonomía e independencia que pueden conllevar la formación de un nuevo núcleo familiar, así como la construcción de una identidad propia que son difícilmente etiquetables en apartados cronológicos.

Además, el concepto juventud difiere de un país a otro y de un contexto socioeconómico a otro. No hay una única juventud y deben considerarse las diversidades étnicas, sociales y culturales, así como las diferencias económicas ya sean entre países o entre grupos o clases sociales.

El ejemplo más palpable de del escultor Miguel Ángel, en su monumental obra “La Pietá del Vaticano” en la época de su juventud física hubo de firmar su única obra, cuando tenía apenas 24 años de edad.

Recibe este nombre porque la obra se encuentra actualmente en la Capilla del Crucifijo, continuando en su juventud intelectual en ella desarrolla expresividad, basándose en el manierismo, representada por su obra Piedad Florentina, aunque Miguel Ángel no completó la escultura él mismo.

El descendimiento no fue una obra de encargo y es posible que originalmente estuviera destinado a la tumba del propio Miguel Ángel, y en el ocaso de su vida en su juventud espiritual sumido una crisis personal y religiosa, expresando con absoluta libertad su sentimiento interior representada en su obra inconclusa: Piedad Rondanini.

Michelangelo Buonarroti renuncia a la belleza de las formas en la Piedad Rondanini de Milán. Hay una liberación de todo lo accesorio en el lenguaje formal clásico. Frente al acabado de la anatomía heroica y de la perfección del cuerpo, aquí está lo vacilante, lo roto, el non finito llevado a su máximo nivel.

Referido por el doctor Gustavo Valladares en la tribuna de la magnífica aula de medicina, y después de 45 años de esa cátedra inolvidable. El sentimiento de aquel grupo de médicos recuerda y vive sabias palabras versadas por el maestro...

Ui perdiderit mane, perdit diem: et qui perdiderit diem. amittere iuventae. El que pierde la mañana, pierde el día y el que pierde el día, pierde la juventud.


tomymx@hotmail.com


“La juventud (del latín iuventus) es la edad que precede inmediatamente a la edad adulta y se sitúa después de la infancia y antes de la tercera edad. Sin embargo, el término juventud también puede referirse a los primeros tiempos en la existencia de algo, y puede ser sinónimo de energía, vigor y frescura.

La clasificación siguiendo criterios meramente cronológicos se ha mostrado arbitraria e insuficiente, ya que la juventud es un estado que engloba aspectos como la madurez física, social y psicológica de la persona, la educación, la incorporación al trabajo, autonomía e independencia que pueden conllevar la formación de un nuevo núcleo familiar, así como la construcción de una identidad propia que son difícilmente etiquetables en apartados cronológicos.

Además, el concepto juventud difiere de un país a otro y de un contexto socioeconómico a otro. No hay una única juventud y deben considerarse las diversidades étnicas, sociales y culturales, así como las diferencias económicas ya sean entre países o entre grupos o clases sociales.

El ejemplo más palpable de del escultor Miguel Ángel, en su monumental obra “La Pietá del Vaticano” en la época de su juventud física hubo de firmar su única obra, cuando tenía apenas 24 años de edad.

Recibe este nombre porque la obra se encuentra actualmente en la Capilla del Crucifijo, continuando en su juventud intelectual en ella desarrolla expresividad, basándose en el manierismo, representada por su obra Piedad Florentina, aunque Miguel Ángel no completó la escultura él mismo.

El descendimiento no fue una obra de encargo y es posible que originalmente estuviera destinado a la tumba del propio Miguel Ángel, y en el ocaso de su vida en su juventud espiritual sumido una crisis personal y religiosa, expresando con absoluta libertad su sentimiento interior representada en su obra inconclusa: Piedad Rondanini.

Michelangelo Buonarroti renuncia a la belleza de las formas en la Piedad Rondanini de Milán. Hay una liberación de todo lo accesorio en el lenguaje formal clásico. Frente al acabado de la anatomía heroica y de la perfección del cuerpo, aquí está lo vacilante, lo roto, el non finito llevado a su máximo nivel.

Referido por el doctor Gustavo Valladares en la tribuna de la magnífica aula de medicina, y después de 45 años de esa cátedra inolvidable. El sentimiento de aquel grupo de médicos recuerda y vive sabias palabras versadas por el maestro...

Ui perdiderit mane, perdit diem: et qui perdiderit diem. amittere iuventae. El que pierde la mañana, pierde el día y el que pierde el día, pierde la juventud.


tomymx@hotmail.com