/ lunes 26 de octubre de 2020

Jugada de la alianza ya está armada

El rumor de la alianza del PRIAN, no sería ninguna novedad si en el próximo proceso electoral dejara de ser de facto, ya que los intereses bastardos que los une, ahora les exigen que los legitimen para dar la batalla contra todo aquello, que ose limitar las recompensas a su sagrada y sacrificada vocación de servirse.

El amasiato del PRIAN siempre ha estado salido del closet, así que ahora sin ningún prejuicio por su libre y espontánea voluntad, permitirá que su maridaje sea reconocido por todas las de la ley, cortejado por los pajes de Movimiento Ciudadano (MC) y Redes Sociales Progresistas (RSP) cuyo representante del primero ya envió el mensaje de que está dispuesto a ser la punta de lanza, para amarrar bien la mancuerna del PRIAN y atarla de la encornadura a la carreta, hasta que ésta rechine y haga subir a aquellos que un día se bajaron.

Es tanta la similitud de los intereses, que el descaro del pragmatismo los orilla a oficializar su concubinato, porque ochenta años que amamantaron las vacas gordas de la demagogia; dos sin la ubre han sido suficientes para llorar y declararse en estado de inanición, a tal grado que los ha empujado a pepenar los despojos del desprestigio político y ahora sí, a gritar sin tapujos y con todas sus fuerzas: ¡El PRIAN unido jamás será vencido!

Es un hecho que Morena sigue enfrentando una guerra sin cuartel, mientras el cacicazgo del PRI ya secuestró las siglas de Movimiento Ciudadano y Redes Sociales Progresistas, cuyos representantes son alfiles muy reconocidos de la fuerza que desde las ruinas de la élite, intenta con el desgaste de las mismas piezas, reconstruir el castillo del poder, aunque ya no sea con la misma fuerza, pero si con las mañas superadas que han brillado en la armada de esta jugada.

Nadie en su sano juicio podría tragarse el cuento de que los coordinadores de MC y RSP, quienes gozan de credenciales muy acreditadas en las élites del poder, de repente los mueva el sentimiento de conmiseración y se compadezcan de un partido que causa lástima y otro que se perfila a hacer lo mismo. De ahí la obviedad de sus intenciones que no son las de hacer crecer a un partido, sino utilizarlo para recuperar y restaurar el proyecto que a ese grupo le quedó inconcluso.

Montados en esas siglas van a avanzar poco, porque crecer no es el objetivo, sino hacer comparsa y empujar ante la opinión pública y los órganos electorales para que la alianza cuaje, porque ya no soportan el caudillaje que los ha rebajado a la marginación de las minorías rapaces.

Por supuesto que a la alianza en ciernes, la mueve la inconformidad por los privilegios afectados, que eran el botín a repartir, donde el PRIAN era el depositario de dichos beneficios, cuyo monto se repartía discrecionalmente, lo que generaba las propinas voluntarias, que hicieron crecer las propiedades y fortunas inexplicables de los operadores, que ahora bajo el manto de la honestidad y el esfuerzo presumen legítimas.

Es obvio entender sus gritos, porque dejar de disfrutar de la abundancia ajena no debe ser fácil. Sin embargo, los paganos damos cuenta objetiva de que en el pasado reciente no hacían ruido, porque comían a sus anchas, sin ignorar que lo que deglutían era fiado y ahora el pueblo paga dos mil millones de pesos diarios de intereses de dicha deuda, con el afán de mantener callados a los que ahora padecen hambre.

Por eso, la desesperación del grito y el estilo silvestre de atacar sin tregua al presidente, que le cortó el cordón umbilical a ese embarazo millonario, donde las maletas de billetes eran el niño a repartir antes, ahora y después de cualquier evento político; lo que les garantizaba el poder sin compromiso y las pacas más gruesas para sus bolsillos libres de polvo y paja.

Esa runfla de gastadores y paseadores son los que imploran el voto, para que la corrupción regrese y recuperar así el paraíso perdido, para continuar con la destrucción del país, que ahora endilgan a quien interrumpió la descarga de tráileres repletos de granos en sus bodegas; así, como de otros tantos cargados de alambre de púas para cercar las grandes extensiones de sus potreros, etc.

El rumor de la alianza del PRIAN, no sería ninguna novedad si en el próximo proceso electoral dejara de ser de facto, ya que los intereses bastardos que los une, ahora les exigen que los legitimen para dar la batalla contra todo aquello, que ose limitar las recompensas a su sagrada y sacrificada vocación de servirse.

El amasiato del PRIAN siempre ha estado salido del closet, así que ahora sin ningún prejuicio por su libre y espontánea voluntad, permitirá que su maridaje sea reconocido por todas las de la ley, cortejado por los pajes de Movimiento Ciudadano (MC) y Redes Sociales Progresistas (RSP) cuyo representante del primero ya envió el mensaje de que está dispuesto a ser la punta de lanza, para amarrar bien la mancuerna del PRIAN y atarla de la encornadura a la carreta, hasta que ésta rechine y haga subir a aquellos que un día se bajaron.

Es tanta la similitud de los intereses, que el descaro del pragmatismo los orilla a oficializar su concubinato, porque ochenta años que amamantaron las vacas gordas de la demagogia; dos sin la ubre han sido suficientes para llorar y declararse en estado de inanición, a tal grado que los ha empujado a pepenar los despojos del desprestigio político y ahora sí, a gritar sin tapujos y con todas sus fuerzas: ¡El PRIAN unido jamás será vencido!

Es un hecho que Morena sigue enfrentando una guerra sin cuartel, mientras el cacicazgo del PRI ya secuestró las siglas de Movimiento Ciudadano y Redes Sociales Progresistas, cuyos representantes son alfiles muy reconocidos de la fuerza que desde las ruinas de la élite, intenta con el desgaste de las mismas piezas, reconstruir el castillo del poder, aunque ya no sea con la misma fuerza, pero si con las mañas superadas que han brillado en la armada de esta jugada.

Nadie en su sano juicio podría tragarse el cuento de que los coordinadores de MC y RSP, quienes gozan de credenciales muy acreditadas en las élites del poder, de repente los mueva el sentimiento de conmiseración y se compadezcan de un partido que causa lástima y otro que se perfila a hacer lo mismo. De ahí la obviedad de sus intenciones que no son las de hacer crecer a un partido, sino utilizarlo para recuperar y restaurar el proyecto que a ese grupo le quedó inconcluso.

Montados en esas siglas van a avanzar poco, porque crecer no es el objetivo, sino hacer comparsa y empujar ante la opinión pública y los órganos electorales para que la alianza cuaje, porque ya no soportan el caudillaje que los ha rebajado a la marginación de las minorías rapaces.

Por supuesto que a la alianza en ciernes, la mueve la inconformidad por los privilegios afectados, que eran el botín a repartir, donde el PRIAN era el depositario de dichos beneficios, cuyo monto se repartía discrecionalmente, lo que generaba las propinas voluntarias, que hicieron crecer las propiedades y fortunas inexplicables de los operadores, que ahora bajo el manto de la honestidad y el esfuerzo presumen legítimas.

Es obvio entender sus gritos, porque dejar de disfrutar de la abundancia ajena no debe ser fácil. Sin embargo, los paganos damos cuenta objetiva de que en el pasado reciente no hacían ruido, porque comían a sus anchas, sin ignorar que lo que deglutían era fiado y ahora el pueblo paga dos mil millones de pesos diarios de intereses de dicha deuda, con el afán de mantener callados a los que ahora padecen hambre.

Por eso, la desesperación del grito y el estilo silvestre de atacar sin tregua al presidente, que le cortó el cordón umbilical a ese embarazo millonario, donde las maletas de billetes eran el niño a repartir antes, ahora y después de cualquier evento político; lo que les garantizaba el poder sin compromiso y las pacas más gruesas para sus bolsillos libres de polvo y paja.

Esa runfla de gastadores y paseadores son los que imploran el voto, para que la corrupción regrese y recuperar así el paraíso perdido, para continuar con la destrucción del país, que ahora endilgan a quien interrumpió la descarga de tráileres repletos de granos en sus bodegas; así, como de otros tantos cargados de alambre de púas para cercar las grandes extensiones de sus potreros, etc.