/ domingo 16 de diciembre de 2018

Las dirigencias del SNTE bailan al son que les toquen

La mal llamada reforma educativa, lastimó a muchísimos maestros y la mafia del SNTE no hizo nada para evitarlo.

Cuando el presidente Enrique Peña Nieto, creó el Pacto México, para sustentar políticamente la reforma educativa, suicidamente doña Elba Esther se opuso y la mandó a prisión, sólo por esa razón, y no por los delitos que dolosamente le imputaron.

Una vez libre de la oposición de la maestra, con el aval y aroma ovejuno de los usurpadores de la dirigencia del SNTE, encabezados por el eunuco Juan Díaz de la Torre, la reforma encontró a sus mejores aliados, y bajo esa condición perruna, se convirtieron en los más fieles y serviles apoyadores de dicho proyecto, pese a que atentaba criminalmente contra la dignidad e integridad profesional del magisterio, su palabra empeñada no se dobló, aduciendo que desde las aulas daban la pelea.

Cuando Peña Nieto observó y comprobó, que las pruebas de lealtad que el SNTE le aportaba, en apoyo físico y moral a la mal llamada reforma educativa, no escatimó recursos económicos para sobornar y compensar los excesos judaicos, que rayaban en la canallada, al asestar la puñalada trapera en el honor de los maestros, con el único afán de convertirse en sus chacales.

Ahora que las cosas han dado un giro de noventa grados, y por razones que todos conocemos, la reforma ha caído estrepitosamente, y sin ningún recato, aquella mafia sindical que ayudó a mantenerla en el pedestal de la imposición y la perversidad, ahora cínicamente se declara la artífice de su derribamiento.

Así es la miscelánea donde operan los bandidos, que venden sus malas artes, donde ningún precio podría obstruir la voluntad del patrón, cuando éstos demuestran bailar al son que les toquen y la bonomía de su protector no tiene límites cuando observa que en la mesa de la maldad no hay desperdicios, porque todo lo que les dan se comen.

La mal llamada reforma educativa, lastimó a muchísimos maestros y la mafia del SNTE no hizo nada para evitarlo. Al contrario lo gritaban a los cuatro vientos que no sólo estaban de acuerdo con ella, sino que la exigían, obvio; para que la “voluntad de Dios se aplicara en los bueyes de sus compadres”.

La imposición de la mal llamada reforma educativa, cuya llegada festejaron hace aproximadamente seis años y en el mismo tenor hoy celebran su partida. Por supuesto que desde la misma cloaca, los cómplices de la pasada reforma, hoy amenazan con pervertir la presente, al enviar el peor mensaje de servilismo: “En el SNTE haremos todo lo que usted nos mande señor presidente”.

Así tengamos que liquidar a la maestra, cuyo sacrificio no ha sido en vano, porque la afrenta de que hicieron víctimas a los maestros está a punto de saldarse. Dicho escenario los ha puesto muy nerviosos, a tal grado que han optado por vendernos su labiosidad e hipocresía, donde ahora nos ofrecen el oro y el moro, siempre y cuando el primero sea su oferta para volvernos a traicionar.

Con los y aplausos se adhirieron al sinfín de beneficios que la reforma aportaría, y ahora en una pose deleznable y acomodaticia, publican el recuento de sus daños, para respaldar y legitimar su derogación, con el propósito de no contradecir al presidente, y con el ánimo de persuadirlo a que ignore el madruguete antidemocrático del que por enésima vez al SNTE han hecho víctima, con la imposición de Alfonso Cepeda, cuyo liderazgo no tiene futuro ni fuerza.

Hoy la fuerza del SNTE no está en los tamaños de los dirigentes, sino en los modales de la disciplina. Para los usurpadores, la salvación de la organización está en bailar al son que les toquen, porque es el baile que garantiza conquistar la confianza de quien no se las tiene.

Es el baile que promete el regreso a los viejos esquemas de la sumisión. “De servir a Dios y a su merced”. Esa es la única clave que han encontrado para salvar su pellejo; pero no el de los maestros que están hartos de vivir a la intemperie, sin la sombra de Dios ni la del Diablo, a cuyos símbolos, los dirigentes no tienen escrúpulos en obedecer, según sea, de éste y aquel su turno de ordenar.

Y ahora que el sargento ordena media vuelta, no tienen empacho en querer pasarse de la cola del desprecio a la cabeza del mérito y aducir que son los merecedores de la medalla, porque el SNTE ve realizadas sus añejas demandas, como el fortalecimiento de las escuelas normales, la actualización de los maestros y que la evaluación sea formativa no punitiva.

No cabe duda que padecen amnesia y falta de vergüenza, porque quién no recuerda a Juan Díaz y su testaferros Alfonso Cepeda, que en el discurso se rasgaban las vestiduras, sosteniendo que se respetarían los derechos de los maestros, pero guardaban silencio, cuando los toletes y las balas letales, hacían blanco en aquellos maestros que se resistían a obedecer y a someterse a la evaluación punitiva.

La desfachatez que ahora manifiestan, apoyando la derogación de la reforma educativa, es la misma que utilizaron cuando la impusieron y apoyaron incondicionalmente, a cambio de que no se investigara nada sobre los delitos de corrupción, en que a todas luces había incurrido el traidor Juan Díaz.

Lo impusieron como dirigente a la medida, para que no se opusiera a algo tan gravísimo, como era el que los profesores que ya tenían derechos adquiridos, sin ningún problema los perdieran. Situación que el gobierno apreció como un gran regalo de la parte sindical. De allí la diferencia entre una lideresa que en prisión le tocó pagar los platos rotos que dañó la reforma educativa y a cuyos destrozos se sumó todo el Comité Ejecutivo Nacional, pretextando una defensa de la educación pública.

Por eso, ante tanta mezquindad, debemos sumarnos a esa gran corriente de MxM que viene pugnando por una designación democrática del Comité Ejecutivo Nacional, donde la elección sea organizada por un comité plural o en su defecto el INE, para evitar las trapacerías y marrullerías de Alfonso Cepeda, quien a todas luces pretende darle continuidad a su mandato espurio, surgido de la manipulación charril y del pago estratosférico a los medios, para que dieran difusión a su sueño guajiro de que él debe permanecer hasta el 2024.

La mal llamada reforma educativa, lastimó a muchísimos maestros y la mafia del SNTE no hizo nada para evitarlo.

Cuando el presidente Enrique Peña Nieto, creó el Pacto México, para sustentar políticamente la reforma educativa, suicidamente doña Elba Esther se opuso y la mandó a prisión, sólo por esa razón, y no por los delitos que dolosamente le imputaron.

Una vez libre de la oposición de la maestra, con el aval y aroma ovejuno de los usurpadores de la dirigencia del SNTE, encabezados por el eunuco Juan Díaz de la Torre, la reforma encontró a sus mejores aliados, y bajo esa condición perruna, se convirtieron en los más fieles y serviles apoyadores de dicho proyecto, pese a que atentaba criminalmente contra la dignidad e integridad profesional del magisterio, su palabra empeñada no se dobló, aduciendo que desde las aulas daban la pelea.

Cuando Peña Nieto observó y comprobó, que las pruebas de lealtad que el SNTE le aportaba, en apoyo físico y moral a la mal llamada reforma educativa, no escatimó recursos económicos para sobornar y compensar los excesos judaicos, que rayaban en la canallada, al asestar la puñalada trapera en el honor de los maestros, con el único afán de convertirse en sus chacales.

Ahora que las cosas han dado un giro de noventa grados, y por razones que todos conocemos, la reforma ha caído estrepitosamente, y sin ningún recato, aquella mafia sindical que ayudó a mantenerla en el pedestal de la imposición y la perversidad, ahora cínicamente se declara la artífice de su derribamiento.

Así es la miscelánea donde operan los bandidos, que venden sus malas artes, donde ningún precio podría obstruir la voluntad del patrón, cuando éstos demuestran bailar al son que les toquen y la bonomía de su protector no tiene límites cuando observa que en la mesa de la maldad no hay desperdicios, porque todo lo que les dan se comen.

La mal llamada reforma educativa, lastimó a muchísimos maestros y la mafia del SNTE no hizo nada para evitarlo. Al contrario lo gritaban a los cuatro vientos que no sólo estaban de acuerdo con ella, sino que la exigían, obvio; para que la “voluntad de Dios se aplicara en los bueyes de sus compadres”.

La imposición de la mal llamada reforma educativa, cuya llegada festejaron hace aproximadamente seis años y en el mismo tenor hoy celebran su partida. Por supuesto que desde la misma cloaca, los cómplices de la pasada reforma, hoy amenazan con pervertir la presente, al enviar el peor mensaje de servilismo: “En el SNTE haremos todo lo que usted nos mande señor presidente”.

Así tengamos que liquidar a la maestra, cuyo sacrificio no ha sido en vano, porque la afrenta de que hicieron víctimas a los maestros está a punto de saldarse. Dicho escenario los ha puesto muy nerviosos, a tal grado que han optado por vendernos su labiosidad e hipocresía, donde ahora nos ofrecen el oro y el moro, siempre y cuando el primero sea su oferta para volvernos a traicionar.

Con los y aplausos se adhirieron al sinfín de beneficios que la reforma aportaría, y ahora en una pose deleznable y acomodaticia, publican el recuento de sus daños, para respaldar y legitimar su derogación, con el propósito de no contradecir al presidente, y con el ánimo de persuadirlo a que ignore el madruguete antidemocrático del que por enésima vez al SNTE han hecho víctima, con la imposición de Alfonso Cepeda, cuyo liderazgo no tiene futuro ni fuerza.

Hoy la fuerza del SNTE no está en los tamaños de los dirigentes, sino en los modales de la disciplina. Para los usurpadores, la salvación de la organización está en bailar al son que les toquen, porque es el baile que garantiza conquistar la confianza de quien no se las tiene.

Es el baile que promete el regreso a los viejos esquemas de la sumisión. “De servir a Dios y a su merced”. Esa es la única clave que han encontrado para salvar su pellejo; pero no el de los maestros que están hartos de vivir a la intemperie, sin la sombra de Dios ni la del Diablo, a cuyos símbolos, los dirigentes no tienen escrúpulos en obedecer, según sea, de éste y aquel su turno de ordenar.

Y ahora que el sargento ordena media vuelta, no tienen empacho en querer pasarse de la cola del desprecio a la cabeza del mérito y aducir que son los merecedores de la medalla, porque el SNTE ve realizadas sus añejas demandas, como el fortalecimiento de las escuelas normales, la actualización de los maestros y que la evaluación sea formativa no punitiva.

No cabe duda que padecen amnesia y falta de vergüenza, porque quién no recuerda a Juan Díaz y su testaferros Alfonso Cepeda, que en el discurso se rasgaban las vestiduras, sosteniendo que se respetarían los derechos de los maestros, pero guardaban silencio, cuando los toletes y las balas letales, hacían blanco en aquellos maestros que se resistían a obedecer y a someterse a la evaluación punitiva.

La desfachatez que ahora manifiestan, apoyando la derogación de la reforma educativa, es la misma que utilizaron cuando la impusieron y apoyaron incondicionalmente, a cambio de que no se investigara nada sobre los delitos de corrupción, en que a todas luces había incurrido el traidor Juan Díaz.

Lo impusieron como dirigente a la medida, para que no se opusiera a algo tan gravísimo, como era el que los profesores que ya tenían derechos adquiridos, sin ningún problema los perdieran. Situación que el gobierno apreció como un gran regalo de la parte sindical. De allí la diferencia entre una lideresa que en prisión le tocó pagar los platos rotos que dañó la reforma educativa y a cuyos destrozos se sumó todo el Comité Ejecutivo Nacional, pretextando una defensa de la educación pública.

Por eso, ante tanta mezquindad, debemos sumarnos a esa gran corriente de MxM que viene pugnando por una designación democrática del Comité Ejecutivo Nacional, donde la elección sea organizada por un comité plural o en su defecto el INE, para evitar las trapacerías y marrullerías de Alfonso Cepeda, quien a todas luces pretende darle continuidad a su mandato espurio, surgido de la manipulación charril y del pago estratosférico a los medios, para que dieran difusión a su sueño guajiro de que él debe permanecer hasta el 2024.