/ domingo 1 de septiembre de 2019

Nueva etapa en Durango con la transición política

Con el inicio de los 39 nuevos ayuntamientos, se espera que se ponga en marcha una etapa de reconciliación y prosperidad en el estado, y que los equilibrios políticos que ahora se han acomodado, se traduzcan en un trabajo de equipo para catapultar de una vez por todas, el anhelado desarrollo de Durango.

A la par con la transición del poder municipal en todo el territorio estatal, se dan los informes gubernamentales federal, con el primero de Andrés Manuel López Obrador, y el tercero del gobernador José Rosas Aispuro Torres.

Así como también el cambio de estafeta en la Presidencia de la Junta de Coordinación Política del Congreso local, al dejar el morenista Pablo César Aguilar, la responsabilidad al priista Esteban Villegas Villarreal, quien fungirá como tal un año.

La coincidencia, al menos en el discurso, en la parte teórica, es que existe la voluntad y disposición para unir esfuerzos de los tres órdenes de gobierno, y sumar a los poderes Legislativo y Judicial, de tal manera que el trabajo empuje hacia un solo lado, independientemente de colores y preferencias ideológicas y religiosas.

En su toma de protesta, el presidente municipal del municipio de Durango, Jorge Salum del Palacio, fue tajante al apuntar que los partidos y gobernantes sufren un severo desgaste de credibilidad con los ciudadanos, por lo que, en su caso, habrá de perfilar las acciones de su administración, para tratar de recuperar la confianza de la sociedad.

El panista tiene el escenario dispuesto para cosechar lo que sembró durante la campaña de proselitismo, ya que su antecesor dejó muy chica la vara, producto de las incongruencias políticas con que gobernó, y los bandazos que dio con el incumplimiento de la mayoría de las promesas que hizo.

José Ramón Enríquez podrá ir al Senado con la pretensión de recuperar y recomponer lo perdido en Durango, lo cual de antemano se antoja difícil de lograr, dado el desprestigio que lo rodeó al final de su gestión en la Presidencia Municipal.

E incluso, hay la intención, según lo manifestado por el alcalde Salum, de revisar a fondo el estado financiero que guarda la administración municipal, ante la sospecha, que dicen está sustentada en cifras preliminares, de que hubo manejos irregulares que pueden traducirse en delitos.

Y ojalá que el nuevo jefe de la Comuna, valore en la práctica la función informativa de los medios de comunicación en la marcha gubernamental, a diferencia de su antecesor, que solamente cuando se vio en problemas recurrió a ellos, y dejó los compromisos económicos con la mayoría de este tipo de empresas, para que respondiera el actual.

Enríquez minimizó a los entes informativos, al sentirse un iluminado de la comunicación, pero sobre todo, que por sí solo, podría socializar lo que realizaba, sin tener que recurrir a la prensa, la radio, la televisión y las redes sociales. Al final entendió que fue un error no sumarlos a su proyecto.

Por lo pronto Salum cerró filas con el gobernador Aispuro, al señalar que no propiciará la división, ni menos será obstáculo para que la buena gobernanza llegue a Durango, y trabajará de manera coordinada, lo mismo con el estado que con la Federación.

El primer edil del Ayuntamiento capitalino, inició acercamientos con el nuevo súper delegado federal, con el fin de coordinar los esfuerzos tendientes a que bajen recursos extraordinarios que se necesitan para las obras de infraestructura urgentes. De ser necesario, acudirá a la capital del país con el mismísimo primer inquilino de Palacio Nacional.

Salum no quiere “dormirse en sus laureles”, y trabajar desde el primer día en el funcionamiento eficiente y eficaz de su gobierno, según lo expresó a sus cercanos. Por lo pronto, dará el tiempo suficiente a sus colaboradores, para que demuestren que tuvo el tino de escogerlos para sacar adelante los programas municipales.

Sin embargo, en su primer día de trabajo, en la sesión de Cabildo, se sacó del orden del día, la aprobación del cuerpo colegiado de Antonio Bracho, como director de Seguridad Pública. De inmediato empezaron las especulaciones de lo sucedido. Ojalá y sólo fuera detalles administrativos y no de fondo político, como se rumoró.

Jorge Salum tendrá que demostrar en la práctica gubernamental, si está preparado para retos mayores en el servicio público, y erradicar los vicios que han permeado entre los funcionarios públicos, y llevar a buen puerto el barco que empezó a navegar.

En los nombramientos de sus colaboradores, reflejará qué tanto depende de su partido, así como de los compromisos que hiciera en campaña. Necesita ser duro, pero también manejar esa mano izquierda que todo puede arreglar con el diálogo.

Con el inicio de los 39 nuevos ayuntamientos, se espera que se ponga en marcha una etapa de reconciliación y prosperidad en el estado, y que los equilibrios políticos que ahora se han acomodado, se traduzcan en un trabajo de equipo para catapultar de una vez por todas, el anhelado desarrollo de Durango.

A la par con la transición del poder municipal en todo el territorio estatal, se dan los informes gubernamentales federal, con el primero de Andrés Manuel López Obrador, y el tercero del gobernador José Rosas Aispuro Torres.

Así como también el cambio de estafeta en la Presidencia de la Junta de Coordinación Política del Congreso local, al dejar el morenista Pablo César Aguilar, la responsabilidad al priista Esteban Villegas Villarreal, quien fungirá como tal un año.

La coincidencia, al menos en el discurso, en la parte teórica, es que existe la voluntad y disposición para unir esfuerzos de los tres órdenes de gobierno, y sumar a los poderes Legislativo y Judicial, de tal manera que el trabajo empuje hacia un solo lado, independientemente de colores y preferencias ideológicas y religiosas.

En su toma de protesta, el presidente municipal del municipio de Durango, Jorge Salum del Palacio, fue tajante al apuntar que los partidos y gobernantes sufren un severo desgaste de credibilidad con los ciudadanos, por lo que, en su caso, habrá de perfilar las acciones de su administración, para tratar de recuperar la confianza de la sociedad.

El panista tiene el escenario dispuesto para cosechar lo que sembró durante la campaña de proselitismo, ya que su antecesor dejó muy chica la vara, producto de las incongruencias políticas con que gobernó, y los bandazos que dio con el incumplimiento de la mayoría de las promesas que hizo.

José Ramón Enríquez podrá ir al Senado con la pretensión de recuperar y recomponer lo perdido en Durango, lo cual de antemano se antoja difícil de lograr, dado el desprestigio que lo rodeó al final de su gestión en la Presidencia Municipal.

E incluso, hay la intención, según lo manifestado por el alcalde Salum, de revisar a fondo el estado financiero que guarda la administración municipal, ante la sospecha, que dicen está sustentada en cifras preliminares, de que hubo manejos irregulares que pueden traducirse en delitos.

Y ojalá que el nuevo jefe de la Comuna, valore en la práctica la función informativa de los medios de comunicación en la marcha gubernamental, a diferencia de su antecesor, que solamente cuando se vio en problemas recurrió a ellos, y dejó los compromisos económicos con la mayoría de este tipo de empresas, para que respondiera el actual.

Enríquez minimizó a los entes informativos, al sentirse un iluminado de la comunicación, pero sobre todo, que por sí solo, podría socializar lo que realizaba, sin tener que recurrir a la prensa, la radio, la televisión y las redes sociales. Al final entendió que fue un error no sumarlos a su proyecto.

Por lo pronto Salum cerró filas con el gobernador Aispuro, al señalar que no propiciará la división, ni menos será obstáculo para que la buena gobernanza llegue a Durango, y trabajará de manera coordinada, lo mismo con el estado que con la Federación.

El primer edil del Ayuntamiento capitalino, inició acercamientos con el nuevo súper delegado federal, con el fin de coordinar los esfuerzos tendientes a que bajen recursos extraordinarios que se necesitan para las obras de infraestructura urgentes. De ser necesario, acudirá a la capital del país con el mismísimo primer inquilino de Palacio Nacional.

Salum no quiere “dormirse en sus laureles”, y trabajar desde el primer día en el funcionamiento eficiente y eficaz de su gobierno, según lo expresó a sus cercanos. Por lo pronto, dará el tiempo suficiente a sus colaboradores, para que demuestren que tuvo el tino de escogerlos para sacar adelante los programas municipales.

Sin embargo, en su primer día de trabajo, en la sesión de Cabildo, se sacó del orden del día, la aprobación del cuerpo colegiado de Antonio Bracho, como director de Seguridad Pública. De inmediato empezaron las especulaciones de lo sucedido. Ojalá y sólo fuera detalles administrativos y no de fondo político, como se rumoró.

Jorge Salum tendrá que demostrar en la práctica gubernamental, si está preparado para retos mayores en el servicio público, y erradicar los vicios que han permeado entre los funcionarios públicos, y llevar a buen puerto el barco que empezó a navegar.

En los nombramientos de sus colaboradores, reflejará qué tanto depende de su partido, así como de los compromisos que hiciera en campaña. Necesita ser duro, pero también manejar esa mano izquierda que todo puede arreglar con el diálogo.