/ domingo 20 de enero de 2019

Panistas vs. morenistas el escenario electoral para Presidente municipal

En un amplio ejercicio de cabildeo personal, los aspirantes a la candidatura de Morena a la Presidencia Municipal de Durango capital, se muestran ante grupos y sectores internos y externos de su Partido, en búsqueda de posicionarse en las encuestas que se llevan a cabo, como procedimiento para tomar la decisión final rumbo a la elección constitucional del primer domingo de junio de 2019.

De manera abierta, Sandra Amaya, Otniel García, Ignacio Aguado, Héctor Vela, y aunque con menos intensidad Iván Ramírez, se han dado a la tarea de mostrar sus intenciones de contender en lo interno por abanderar el proyecto electoral de Morena, acorde a lo estipulado por la convocatoria que señala la realización de encuestas para conocer quién es quién en el posicionamiento social, y con base en los resultados tomar la determinación.

No se trata de posturas que buscan llamar la atención para obtener dividendos políticos, sino de pretensiones auténticas y legítimas de morenistas por llegar a ocupar la silla principal del Palacio de Escárzaga, y previamente por convertirse en el candidato o la candidata del partido que en un escenario político inédito, pareciera que lleva todas las de ganar, pero que hay factores que aún les pueden modificar el panorama favorable:

La primera variable que pudiese cambiar el entorno político-electoral del Movimiento de Regeneración Nacional en Durango, sería la definición de ir solos o en coalición con los partidos que llegaron a la Presidencia de la República, como son el PT y MC. Aunque ahora la expectativa es que también el PVEM puede sumárseles.

De suceder lo anterior, el PT (llámese Alejandro González), podría impulsar una candidatura ciudadana proveniente de la Iniciativa Privada, o de un militante petista, al ser este Partido el que supuestamente cuenta con amplias expectativas de preferencia electoral, de acuerdo a los antecedentes de la elección inmediata.

Pero se trata de simples especulaciones que se pudieran topar con el amplio bono político que los mexicanos han otorgado al presidente López Obrador (primer morenista del país), quien a un mes y 22 días de ejercicio gubernamental, ha obtenido la más alta popularidad de un mandatario de los últimos sexenios, y por ende una confianza política alta, circunstancia a capitalizar electoralmente.

En Durango gobierna el PAN, lo cual sería el segundo obstáculo a vencer por Morena, ya que en el blanquiazul hay una corriente mayoritaria que empuja el rescate del voto duro panista que se concentra en la ciudad capital, y que ha sido decisivo en los triunfos de este Partido.

No es ocioso mencionar el factor José Ramón Enríquez, el actual Presidente municipal que llegó al amparo de las siglas del PAN, PRD y MC, y que según dicen propios y extraños, pelea por ser el candidato de Acción Nacional, para lo cual trae aliados locales y nacionales de ese Partido.

Pero también cercanos al oftalmólogo, afirman que incursiona lo mismo con la posibilidad de que Morena se sume a su proyecto, y busque la reelección en una alianza de partidos que sería una sorpresa en Durango. El liderazgo nacional de los municipios, es un instrumento que utiliza para abrirse camino con la jerarquía morenista.

Lo cierto es que el alcalde en funciones lleva a cabo sus cabildeos sin preocuparle el fallo que pudiera dar el Tribunal Electoral sobre los expedientes que le abrieron por violaciones a la normatividad en elecciones constitucionales pasadas, y que también pueden ser obstáculos a vencer por el primer edil.

Por ahora, en igualdad de condiciones los pretendientes de la estafeta de Morena, ponen a consideración de los duranguenses sus fortalezas y oportunidades: Sandra Amaya, es diputada local de mayoría, luego de triunfar con el voto de los ciudadanos del tercer distrito. Ya demostró en la Junta de Coordinación Política del Congreso, que sabe tejer fino en la política.

Otniel García, es diputado local con un amplio capital político electoral y experiencia en las lides legislativas y de la administración gubernamental. Sabe los recovecos de la negociación política.

Ignacio Aguado, es un perfil fresco que durante el último año incursionó en las grandes ligas de la política nacional al lado de la diputada federal Tatiana Clouthier, por lo que se dice trae apoyos nacionales de Morena. Ya fue candidato independiente.

Héctor Vela, con una trayectoria de las más completas en la política, tiene relaciones lo mismo con el Clero católico, que la Iniciativa Privada y el sector de los profesionistas y de la academia. Es bien visto por la dirigencia estatal de Morena.

E Iván Ramírez, un académico que sabe de política, y ha sido de los más leales a Morena en Durango. Ya conoce lo que es ser candidato en condiciones adversas.

La Comisión Nacional de Elecciones de Morena, conducirá el proceso interno. Por ahora no hay nada para nadie, y cualquiera de los mencionados puede abanderar con éxito el proyecto de López Obrador en Durango, aún si van en alianza con otros partidos, y enfrentar el fuerte y pragmático voto duro de Acción Nacional.

En un amplio ejercicio de cabildeo personal, los aspirantes a la candidatura de Morena a la Presidencia Municipal de Durango capital, se muestran ante grupos y sectores internos y externos de su Partido, en búsqueda de posicionarse en las encuestas que se llevan a cabo, como procedimiento para tomar la decisión final rumbo a la elección constitucional del primer domingo de junio de 2019.

De manera abierta, Sandra Amaya, Otniel García, Ignacio Aguado, Héctor Vela, y aunque con menos intensidad Iván Ramírez, se han dado a la tarea de mostrar sus intenciones de contender en lo interno por abanderar el proyecto electoral de Morena, acorde a lo estipulado por la convocatoria que señala la realización de encuestas para conocer quién es quién en el posicionamiento social, y con base en los resultados tomar la determinación.

No se trata de posturas que buscan llamar la atención para obtener dividendos políticos, sino de pretensiones auténticas y legítimas de morenistas por llegar a ocupar la silla principal del Palacio de Escárzaga, y previamente por convertirse en el candidato o la candidata del partido que en un escenario político inédito, pareciera que lleva todas las de ganar, pero que hay factores que aún les pueden modificar el panorama favorable:

La primera variable que pudiese cambiar el entorno político-electoral del Movimiento de Regeneración Nacional en Durango, sería la definición de ir solos o en coalición con los partidos que llegaron a la Presidencia de la República, como son el PT y MC. Aunque ahora la expectativa es que también el PVEM puede sumárseles.

De suceder lo anterior, el PT (llámese Alejandro González), podría impulsar una candidatura ciudadana proveniente de la Iniciativa Privada, o de un militante petista, al ser este Partido el que supuestamente cuenta con amplias expectativas de preferencia electoral, de acuerdo a los antecedentes de la elección inmediata.

Pero se trata de simples especulaciones que se pudieran topar con el amplio bono político que los mexicanos han otorgado al presidente López Obrador (primer morenista del país), quien a un mes y 22 días de ejercicio gubernamental, ha obtenido la más alta popularidad de un mandatario de los últimos sexenios, y por ende una confianza política alta, circunstancia a capitalizar electoralmente.

En Durango gobierna el PAN, lo cual sería el segundo obstáculo a vencer por Morena, ya que en el blanquiazul hay una corriente mayoritaria que empuja el rescate del voto duro panista que se concentra en la ciudad capital, y que ha sido decisivo en los triunfos de este Partido.

No es ocioso mencionar el factor José Ramón Enríquez, el actual Presidente municipal que llegó al amparo de las siglas del PAN, PRD y MC, y que según dicen propios y extraños, pelea por ser el candidato de Acción Nacional, para lo cual trae aliados locales y nacionales de ese Partido.

Pero también cercanos al oftalmólogo, afirman que incursiona lo mismo con la posibilidad de que Morena se sume a su proyecto, y busque la reelección en una alianza de partidos que sería una sorpresa en Durango. El liderazgo nacional de los municipios, es un instrumento que utiliza para abrirse camino con la jerarquía morenista.

Lo cierto es que el alcalde en funciones lleva a cabo sus cabildeos sin preocuparle el fallo que pudiera dar el Tribunal Electoral sobre los expedientes que le abrieron por violaciones a la normatividad en elecciones constitucionales pasadas, y que también pueden ser obstáculos a vencer por el primer edil.

Por ahora, en igualdad de condiciones los pretendientes de la estafeta de Morena, ponen a consideración de los duranguenses sus fortalezas y oportunidades: Sandra Amaya, es diputada local de mayoría, luego de triunfar con el voto de los ciudadanos del tercer distrito. Ya demostró en la Junta de Coordinación Política del Congreso, que sabe tejer fino en la política.

Otniel García, es diputado local con un amplio capital político electoral y experiencia en las lides legislativas y de la administración gubernamental. Sabe los recovecos de la negociación política.

Ignacio Aguado, es un perfil fresco que durante el último año incursionó en las grandes ligas de la política nacional al lado de la diputada federal Tatiana Clouthier, por lo que se dice trae apoyos nacionales de Morena. Ya fue candidato independiente.

Héctor Vela, con una trayectoria de las más completas en la política, tiene relaciones lo mismo con el Clero católico, que la Iniciativa Privada y el sector de los profesionistas y de la academia. Es bien visto por la dirigencia estatal de Morena.

E Iván Ramírez, un académico que sabe de política, y ha sido de los más leales a Morena en Durango. Ya conoce lo que es ser candidato en condiciones adversas.

La Comisión Nacional de Elecciones de Morena, conducirá el proceso interno. Por ahora no hay nada para nadie, y cualquiera de los mencionados puede abanderar con éxito el proyecto de López Obrador en Durango, aún si van en alianza con otros partidos, y enfrentar el fuerte y pragmático voto duro de Acción Nacional.