Maquiavelo en sus Décadas de Tito Livio, dice que para el príncipe le es fácil hacerles creer una cosa, pero es difícil hacerles persistir en esa creencia. En otras circunstancias, la corte le hizo la tarea al presidente, con una pregunta a consultar que es un galimatías.
Planeaban los trabajos de la consulta y sobrevino el accidente de la línea 12 que orilló a López Obrador a proteger por ahora, a Claudia Sheinbaum para sucederlo, abriendo el abanico de precandidatos.
Se pensó en la consulta al amparo del artículo 35 constitucional en tiempos en que la aceptación ciudadana al presidente era cerca del 65%. El slogan contra la corrupción pedía el castigo a Peña Nieto y ex presidentes panistas, básicamente.
La lucha contra la corrupción se ha hecho en contratos de gobierno, en compras, el combate a la corrupción se reduce, y no a fondo a la administración pública. El presidente juró al rendir protesta guardar y hacer guardar la Constitución y las leyes que de ella emanen. Desdice sus obligaciones al pedir una consulta, allí está el código penal para que se investigue con todo rigor a Peña Nieto.
Declara que en él no hay ánimo de venganza, es irrelevante la opinión personal, aplicar la ley es deber en grado superlativo del jefe del Estado. De aquella fecha a esta parte, la atención de la consulta aminora, y queda la conjetura entre la izquierda de MORENA y cultural que el rodeo es para proteger a Peña Nieto, a quien junto con Salinas Pliego, entre otros, se les guardan consideraciones extraordinarias.
Regresando a Maquiavelo, afirmó que el príncipe no debe olvidar que los colaboradores cercanos siempre piensan que deben ser los primeros. Es verdad lo que se comenta en el sentido de que el primer pensamiento del príncipe al tomar el poder es sobre su sucesor. Y sí, podría ser el agente en la proyección a futuro de sus fines políticos, históricos, económicos, de trascendía y seguridad. La mención del presidente de seis posibles colaboradores no convenció, luego se dijo que podrían ser todos los que quisieran, y que el destaparía por consulta la candidato del pueblo.
Una corrección para un espacio grande para conducir la sucesión, que se parece poco a la figura del tapado priista, que era una cortina para proteger al elegido en un aparato político y administrativo centralizado, los posibles observaban las reglas del presidencialismo, aunque promovían su trabajo, en la 4T eso no se permite.
Los posibles dentro y de cerca de la 4T no guardan semejanzas, M. Ebrad es discreto en su trabajo y hasta para las vacunas, se reserva como tras bambalinas. Tiene a su favor que se atrevió impulsar la legalidad de aborto y matrimonios del mismo sexo contra la clerigalla comandada por Norberto Rivera fuerte por aquellos días. Los miembros del LBGTQ, y reservados, se cree que son 13-15% de la ciudadanía.
R. Monreal, tiene igual de entorchados políticos, se diferencía que es la única voz que atreve a fundamentar las actos del presidente, e incluso va mas allá en elementos de juicio. Ha hecho propuesta en contra y a favor de los banqueros, ha especulado sobre la ley del Banco de México, etc. Conoce al jefe y se anticipa, valido.
Claudia Sheinbaum es de izquierda original o social demócrata, siempre en las filas del presidente, lo sigue en todo. Bueno no todo, fue la primera en contradecir al doctor López-Gatell admirado por López Obrador. En fin la sucesión para el príncipe es un asunto complejo y difícil, más en un estado, antidemocrático, simulador, donde el presidencialismo sigue alimentado por el autoritarismo católico, la manipulación televisiva y una empresa privada en su mayoría conservadora. En Durango la sucesión será revuelta.