/ domingo 16 de diciembre de 2018

Perjudica a Durango bronca de alcalde contra gobernador

Ahora Enríquez perdió la compostura, y en lugar de tratar de negociar utiliza las amenazas sin medir las consecuencias y menos sin importarle el Estado de Derecho.

Como un registro histórico en las confrontaciones de los políticos, quedará grabado en la mente de los duranguenses, la “rudeza desmedida” utilizada por el alcalde José Ramón Enríquez, en el pleito casado que trae con el gobernador José Rosas Aispuro Torres, escenario inédito al que ya se le atribuye ser parte del “cambio” ofertado por los gobiernos de alternancia.

No hay antecedente similar de que un presidente municipal en funciones, prácticamente se le fuera a la yugular al Gobernador en turno, tal como lo hiciera Enríquez al culpar directamente al Mandatario de haber ordenado al Congreso del Estado, inhabilitarlo para desempeñar un cargo público, y además señalar que cerró la llave de los recursos públicos al gobierno municipal.

Fuera de toda ortodoxia política, el Edil hasta se aventuró a lanzar una especie de amenaza al titular del Ejecutivo estatal, para “sacarle sus trapitos al sol” y hacer públicos presuntos actos de corrupción de la actual administración del estado. En los corrillos políticos se dijo que son “patadas de ahogado” de José Ramón Enríquez.

En su intento por hacerse víctima, el jefe de la Comuna trata de esconder la verdadera razón por la que el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación emitió la sentencia, y para lo cual ordenó al Congreso del Estado ejecutarla, todo por haber violado la Constitución en temporada de elecciones y publicitado en medios electrónicos su imagen personal.

Según los politólogos, Enríquez creyó que estaba por sobre las instituciones, y en su ya forma autoritaria y prepotente que incluso sus más cercanos afirman que lo ha caracterizado, hizo caso omiso a lo que establece la normatividad electoral. Nunca esperó que la sanción a la que se hiciera acreedor fuera a llegar tan lejos, y menos que los diputados hicieran efectiva la inhabilitación para desempeñar un cargo público por tres años y medio.

Sin guardar las formas que las “costumbres y tradiciones” de la política se aplicaron en tales circunstancias, a propios y extraños, el oftalmólogo siempre comentó la disputa política que traía con Aispuro Torres, olvidándose de que juntos hicieron campaña amparados en las siglas del PAN, y sin respeto a la jerarquía del Gobernador.

Aispuro aguantó en silencio las embestidas políticas que le envió el Presidente municipal. No hizo pública ninguna aversión o diferencia con el Alcalde, e inclusive siguió invitándolo a los actos realizados en la capital del estado.

Al señalamiento que le hiciera Enríquez al culparlo de ordenar a los diputados que lo inhabilitaran, el ejecutivo estatal declaró a pregunta de los reporteros, que las instituciones están por encima de los protagonismos personales.

Sin ninguna alusión personal, Aispuro también de manera contundente afirmó que se equivocan quienes creen estar por encima de la ley. E informó que en el municipio de Durango su gobierno autorizó mil 200 millones de pesos para obras de infraestructura.

Hasta los bisoños de la política interpretaron lo dicho por el Gobernador como una respuesta a Enríquez. No obstante, el Mandatario mantuvo el respeto a las formas, y reiteró la prioridad de gobernar para todos en bien de Durango.

En el pasado si han existido confrontaciones políticas de presidentes municipales con el Gobernador en turno, pero siempre se guardaron las formas, y hubo respeto a la jerarquía del jefe político en la entidad.

Ahora Enríquez perdió la compostura, y en lugar de tratar de negociar utiliza las amenazas sin medir las consecuencias y menos sin importarle el Estado de Derecho. Con ello se pretende confundir a la sociedad para que se haga de lado de la supuesta víctima.

Quienes conocen al galeno dicen que aún a estas alturas, expresa seguridad de que sus “padrinos” en México le arreglarán el cuadro, a fin de que continúe al frente del Ayuntamiento, e incluso, que busque la reelección y posteriormente la gubernatura.

El “Show mediático” que escenificó Enríquez, se adelantó a la ejecución del procedimiento legislativo para inhabilitarlo. Resulta que el pleno de los legisladores dio el visto bueno para que la Comisión de Responsabilidades llevara a cabo los pasos que establece la ley, entre los que están notificar al doctor Enríquez, y darle la oportunidad de presentar los alegatos que a su Derecho convengan. Y después que los 25 integrantes del Congreso voten el dictamen que se elabore.

El doctor Enríquez se adelantó con la promoción del amparo que apenas fue recibido por un Juzgado federal. Falta que se cumplan las diferentes etapas que fija la normatividad legislativa, y sobre todo el respeto a los derechos del presunto inculpado.

El escenario está puesto para que los legisladores rematen políticamente al Presidente municipal, o den marcha atrás en caso de que haya acuerdos políticos en lo “oscurito”. Los duranguenses están atentos a lo que suceda.

Ahora Enríquez perdió la compostura, y en lugar de tratar de negociar utiliza las amenazas sin medir las consecuencias y menos sin importarle el Estado de Derecho.

Como un registro histórico en las confrontaciones de los políticos, quedará grabado en la mente de los duranguenses, la “rudeza desmedida” utilizada por el alcalde José Ramón Enríquez, en el pleito casado que trae con el gobernador José Rosas Aispuro Torres, escenario inédito al que ya se le atribuye ser parte del “cambio” ofertado por los gobiernos de alternancia.

No hay antecedente similar de que un presidente municipal en funciones, prácticamente se le fuera a la yugular al Gobernador en turno, tal como lo hiciera Enríquez al culpar directamente al Mandatario de haber ordenado al Congreso del Estado, inhabilitarlo para desempeñar un cargo público, y además señalar que cerró la llave de los recursos públicos al gobierno municipal.

Fuera de toda ortodoxia política, el Edil hasta se aventuró a lanzar una especie de amenaza al titular del Ejecutivo estatal, para “sacarle sus trapitos al sol” y hacer públicos presuntos actos de corrupción de la actual administración del estado. En los corrillos políticos se dijo que son “patadas de ahogado” de José Ramón Enríquez.

En su intento por hacerse víctima, el jefe de la Comuna trata de esconder la verdadera razón por la que el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación emitió la sentencia, y para lo cual ordenó al Congreso del Estado ejecutarla, todo por haber violado la Constitución en temporada de elecciones y publicitado en medios electrónicos su imagen personal.

Según los politólogos, Enríquez creyó que estaba por sobre las instituciones, y en su ya forma autoritaria y prepotente que incluso sus más cercanos afirman que lo ha caracterizado, hizo caso omiso a lo que establece la normatividad electoral. Nunca esperó que la sanción a la que se hiciera acreedor fuera a llegar tan lejos, y menos que los diputados hicieran efectiva la inhabilitación para desempeñar un cargo público por tres años y medio.

Sin guardar las formas que las “costumbres y tradiciones” de la política se aplicaron en tales circunstancias, a propios y extraños, el oftalmólogo siempre comentó la disputa política que traía con Aispuro Torres, olvidándose de que juntos hicieron campaña amparados en las siglas del PAN, y sin respeto a la jerarquía del Gobernador.

Aispuro aguantó en silencio las embestidas políticas que le envió el Presidente municipal. No hizo pública ninguna aversión o diferencia con el Alcalde, e inclusive siguió invitándolo a los actos realizados en la capital del estado.

Al señalamiento que le hiciera Enríquez al culparlo de ordenar a los diputados que lo inhabilitaran, el ejecutivo estatal declaró a pregunta de los reporteros, que las instituciones están por encima de los protagonismos personales.

Sin ninguna alusión personal, Aispuro también de manera contundente afirmó que se equivocan quienes creen estar por encima de la ley. E informó que en el municipio de Durango su gobierno autorizó mil 200 millones de pesos para obras de infraestructura.

Hasta los bisoños de la política interpretaron lo dicho por el Gobernador como una respuesta a Enríquez. No obstante, el Mandatario mantuvo el respeto a las formas, y reiteró la prioridad de gobernar para todos en bien de Durango.

En el pasado si han existido confrontaciones políticas de presidentes municipales con el Gobernador en turno, pero siempre se guardaron las formas, y hubo respeto a la jerarquía del jefe político en la entidad.

Ahora Enríquez perdió la compostura, y en lugar de tratar de negociar utiliza las amenazas sin medir las consecuencias y menos sin importarle el Estado de Derecho. Con ello se pretende confundir a la sociedad para que se haga de lado de la supuesta víctima.

Quienes conocen al galeno dicen que aún a estas alturas, expresa seguridad de que sus “padrinos” en México le arreglarán el cuadro, a fin de que continúe al frente del Ayuntamiento, e incluso, que busque la reelección y posteriormente la gubernatura.

El “Show mediático” que escenificó Enríquez, se adelantó a la ejecución del procedimiento legislativo para inhabilitarlo. Resulta que el pleno de los legisladores dio el visto bueno para que la Comisión de Responsabilidades llevara a cabo los pasos que establece la ley, entre los que están notificar al doctor Enríquez, y darle la oportunidad de presentar los alegatos que a su Derecho convengan. Y después que los 25 integrantes del Congreso voten el dictamen que se elabore.

El doctor Enríquez se adelantó con la promoción del amparo que apenas fue recibido por un Juzgado federal. Falta que se cumplan las diferentes etapas que fija la normatividad legislativa, y sobre todo el respeto a los derechos del presunto inculpado.

El escenario está puesto para que los legisladores rematen políticamente al Presidente municipal, o den marcha atrás en caso de que haya acuerdos políticos en lo “oscurito”. Los duranguenses están atentos a lo que suceda.