"No se nace mujer: se llega a serlo”: Simone de Beauvoir. “El segundo sexo”, libro de Simone de Beauvoir, obra literaria que no debe faltar en ninguna biblioteca feminista.

El día de antier, 14 de abril, se cumplieron 34 años de la muerte de Simone de Beauvoir, filosofa feminista francesa que a través de su obra literaria El segundo sexo reflexionó y nos llevó a reflexionar sobre el significado de ser mujer desde 1949.

Simone de Beauvoir nació en París, Francia, el 9 de enero de 1908, hace 112 años, esta mujer fue escritora, profesora y filósofa feminista; luchó por la igualdad de derechos de las mujeres y los hombres y también por la despenalización de las relaciones sexuales y el aborto. Esta obra no debe faltar en ninguna biblioteca feminista (lo puedes localizar en electrónico)

Escribió novelas, ensayos y biografías sobre temas políticos, sociales y filosóficos; su obra El segundo sexo se considera fundamental en la historia del feminismo y se considera dentro de la corriente filosófica del existencialismo

Desde adolescente se rebeló contra la fe familiar, se declaró atea, ya que consideraba que la religión era una manera de someter al ser humano.

Toda su infancia será marcada por el hecho de haber nacido mujer: Su padre deseaba un hijo y muchas veces le dijo: «Tienes un cerebro de hombre».

Los padres de Simone consideraban que, dada la condición económica en la que se hallaba la familia, la única esperanza de mejora social para sus dos hijas era que estudiaran. Las relaciones de sus padres ante la falta de recursos económicos, después de haber vivido en la opulencia, influyó en las ideas políticas feministas que más tarde plasmaría en su obra.

A los 15 años decidió ser escritora; estudio una licenciatura en letras, con especialización en filosofía, la concluyó en 1929, en la Universidad de París y posteriormente fue maestra en Marsella.

Poco antes de la Segunda Guerra Mundial, Simone y su pareja de entonces Jean Paul Sartre (filósofo francés existencialista, activista y marxista humanista) trabajaron en París; de 1936 a 1938, de Beauvoir enseñó en el liceo Molière.

La primera novela de Simone fue Primaldad de lo espiritual, fue escrita entre 1935 y 1937, pero se publicó hasta en 1979 con el título Cuando predomina lo espiritual. La Invitada se publicó en 1943; en ésta, la escritora describía, mediante personajes ficticios, la relación entre Sartre, Olga Kosakiewics (actriz francesa) y ella misma; a la vez reflexiona sobre la lucha entre las consciencias y las posibilidades de la reciprocidad. Fue un éxito editorial inmediato que la llevó a ser suspendida en junio de 1943 de la Educación Nacional, tras la presentación de una denuncia por incitación a la perversión de personas menores. Se la reintegró como profesora tras la Liberación de París en 1944.

De Beauvoir participó en la fundación de la revista Les Temps Modernes, que pretendía difundir la corriente existencialista a través de la literatura contemporánea. A la vez publicó varios ensayos y novelas donde hablaba de su compromiso con el comunismo, el ateísmo y el existencialismo.

Simone viajó y se dedicó a escribir, conoció a otros comunistas como Fidel Castro, Ernesto “Che” Guevara, Mao Zedong o Richard Wright.

Se consagró como escritora en 1949 con la publicación de El segundo sexo, del que se vendieron más de 22 mil ejemplares en la primera semana, causó escándalo y fue objeto de debates literarios y filosóficos. La Santa Sede se mostró contraria al ensayo.

Por lo anterior De Beauvoir se convirtió en precursora del movimiento feminista al describir a una sociedad en la que se relega a la mujer a una situación de inferioridad.

Su análisis de la condición femenina, se apoya en los mitos, las civilizaciones, las religiones, la anatomía y las tradiciones. Este análisis desató un escándalo, en particular el capítulo dedicado a la maternidad y al aborto, entonces equiparado al homicidio.

Describió el matrimonio como una institución burguesa repugnante, similar a la prostitución en la que la mujer depende económicamente de su marido y no tiene posibilidad de independizarse.

A partir de 1958, emprendió la escritura de su autobiografía, en la que describe el mundo burgués en el que creció, sus prejuicios, sus tradiciones degradantes y los esfuerzos que llevó a cabo para deshacerse de ellos pese a su condición de mujer. También relata su relación con Sartre, que calificó de éxito total.

Además de sus aportaciones en el feminismo, cabe destacar sus reflexiones sobre la creación literaria, sobre el desarrollo de la izquierda antes y después de la Segunda Guerra Mundial, sobre el dolor y la percepción del yo, sobre los linderos del sicoanálisis y sobre las premisas profundas del existencialismo.

Dentro de sus frases célebres, la más recordada es “No se nace mujer; se llega a serlo” que significa que la mujer debe configurar su propio concepto e identidad del término “mujer” dejando atrás la visión de ésta como identificada por su relación con otros.

De 1955 a 1986 residió en el número 11 bis de la calle Victor-Schœlcher de París, donde murió acompañada de su hija adoptiva; su cuerpo fue enterrado en el cementerio de Montparnasse de la capital francesa.