/ miércoles 1 de abril de 2020

Sinergia por Durango en contra del coronavirus

Sin importar la fachada presidencial de supuesta tranquilidad durante el primer mes de la pandemia, los mexicanos habrán de demostrar de que están hechos en temporada de crisis, para enfrentar los embates del coronavirus, que según los especialistas, aparecerá en toda su dimensión, en las próximas 2 a 3 semanas.

Por lo que es necesaria la disciplina para acatar los llamados de la Organización Mundial de la Salud al sano distanciamiento social y las estrictas medidas de higiene, si no se desea que suceda lo que a España, Italia y Estados Unidos.

Los población debe hacer a un lado, en este caso, la polarización social, y sobre todo, las filias y fobias a colores políticos, religiosos y de cualquier índole, para conformar un frente común en contra del Covid–19, y desde la trinchera en que se desenvuelve cada quien, estrechar las acciones de prevención que contengan la propagación del contagio, que se convierte en “mortal por necesidad”, según las experiencias de otras naciones, en situaciones que no se atienden las recomendaciones.

Los gobiernos locales, y en lo que atañe a Durango, el estatal y los municipales, tendrán que actuar de manera contundente para llenar los vacíos que generó la contradictoria comunicación del gobierno federal, y que al menos hasta ahora, provocó desconcierto con los mensajes ambiguos y especulativos, que se han percibido como “sospechosos” de que algo esconden en torno a la forma como se ha desarrollado la pandemia en territorio nacional.

Ya no caben posturas tibias, individualistas y confusas, como la del gobierno municipal de la capital duranguense, hay que trabajar con intensidad y en equipo bajo la coordinación del Estado, y eventualmente de la Federación, para generar esa sinergia por Durango, y contener la enfermedad, a través del confinamiento y aplicación de las medidas de sanitización, tanto en lo personal como de bienes y servicios que se brindan a la sociedad.

Pero en medio de este escenario, surge el factor de la actitud que asuma cada uno de los duranguenses para cumplir con las medidas dictadas por los especialistas, ya que es primordial que exista la disposición para cumplirlas, por el bien propio, de la familia y de la población en general. No hay medias tintas, con todo hay que actuar por el futuro de las nuevas generaciones.

Las posturas apáticas y negligentes no tienen cabida, hay que demostrar la solidaridad de los duranguenses, y sumarse al esfuerzo colectivo, sin más acción que acatar los exhortos, para demostrar que en Durango se antepone el bien común, a los intereses particulares y de grupo. Y ello incluye a todos los servidores públicos.

Ojalá, es la esperanza de los mexicanos de a de veras, que el cambio de postura del Presidente de la República en los dos últimos días, de ahora sí llamar a quedarse en sus casas, no sea una simple estrategia, (pero que como una paradoja, él no lo llevará a la práctica y continuará en su visitas a los estados), y con ello obligue a las hordas de fanáticos que lo siguen como a un Dios, a ponderar realmente el escenario, y cumplir con las líneas dictadas por las autoridades de Salud.

Hay que seguir el ejemplo de países que gracias a su disciplina y actuación contundente de distanciamiento social, lograron contener efectos devastadores del Covid-19.

No hay necesidad de rebasar la fase dos para incursionar en la tres, que entonces sí se tendrían que aplicar acciones drásticas, y no serían recomendaciones, sino obligaciones, inclusive, apoyadas en medidas coercitivas, tendientes a mitigar consecuencias nefastas como las que sufren los italianos, españoles y parece que van en la misma línea, los estadunidenses.

Si se pudo contener la influenza, hace una década, también será posible hacerlo con el coronavirus, pero es necesario que la población asuma su responsabilidad y sin especulaciones, reduzcan al mínimo las salidas de los hogares, y haya estricto apego a las medidas de prevención, como las más esenciales, lavarse las manos con agua y jabón, mantener la sana distancia de contacto entre personas, y evitar las aglomeraciones, aunadas al cierre de espacios donde hay concentración humana, como cines, bares, restaurantes, teatros, estadios deportivos, fiestas, conmemoraciones cívicas, etc.

En Durango hay un gobernador que ha dado muestras de conciencia y sensibilidad de lo que sucede, y además de realizar las gestiones para allegarle recursos extraordinarios que permitan a Durango hacerle frente con mayor eficacia a la pandemia del coronavirus, y ha coordinado los esfuerzos de los presidentes municipales para estar en consonancia con las medidas que se tienen que aplicar.

No por nada es el Estado de los que registran menor número de contagiados. Hay que reforzar acciones y mantenerse en la línea.

Sin importar la fachada presidencial de supuesta tranquilidad durante el primer mes de la pandemia, los mexicanos habrán de demostrar de que están hechos en temporada de crisis, para enfrentar los embates del coronavirus, que según los especialistas, aparecerá en toda su dimensión, en las próximas 2 a 3 semanas.

Por lo que es necesaria la disciplina para acatar los llamados de la Organización Mundial de la Salud al sano distanciamiento social y las estrictas medidas de higiene, si no se desea que suceda lo que a España, Italia y Estados Unidos.

Los población debe hacer a un lado, en este caso, la polarización social, y sobre todo, las filias y fobias a colores políticos, religiosos y de cualquier índole, para conformar un frente común en contra del Covid–19, y desde la trinchera en que se desenvuelve cada quien, estrechar las acciones de prevención que contengan la propagación del contagio, que se convierte en “mortal por necesidad”, según las experiencias de otras naciones, en situaciones que no se atienden las recomendaciones.

Los gobiernos locales, y en lo que atañe a Durango, el estatal y los municipales, tendrán que actuar de manera contundente para llenar los vacíos que generó la contradictoria comunicación del gobierno federal, y que al menos hasta ahora, provocó desconcierto con los mensajes ambiguos y especulativos, que se han percibido como “sospechosos” de que algo esconden en torno a la forma como se ha desarrollado la pandemia en territorio nacional.

Ya no caben posturas tibias, individualistas y confusas, como la del gobierno municipal de la capital duranguense, hay que trabajar con intensidad y en equipo bajo la coordinación del Estado, y eventualmente de la Federación, para generar esa sinergia por Durango, y contener la enfermedad, a través del confinamiento y aplicación de las medidas de sanitización, tanto en lo personal como de bienes y servicios que se brindan a la sociedad.

Pero en medio de este escenario, surge el factor de la actitud que asuma cada uno de los duranguenses para cumplir con las medidas dictadas por los especialistas, ya que es primordial que exista la disposición para cumplirlas, por el bien propio, de la familia y de la población en general. No hay medias tintas, con todo hay que actuar por el futuro de las nuevas generaciones.

Las posturas apáticas y negligentes no tienen cabida, hay que demostrar la solidaridad de los duranguenses, y sumarse al esfuerzo colectivo, sin más acción que acatar los exhortos, para demostrar que en Durango se antepone el bien común, a los intereses particulares y de grupo. Y ello incluye a todos los servidores públicos.

Ojalá, es la esperanza de los mexicanos de a de veras, que el cambio de postura del Presidente de la República en los dos últimos días, de ahora sí llamar a quedarse en sus casas, no sea una simple estrategia, (pero que como una paradoja, él no lo llevará a la práctica y continuará en su visitas a los estados), y con ello obligue a las hordas de fanáticos que lo siguen como a un Dios, a ponderar realmente el escenario, y cumplir con las líneas dictadas por las autoridades de Salud.

Hay que seguir el ejemplo de países que gracias a su disciplina y actuación contundente de distanciamiento social, lograron contener efectos devastadores del Covid-19.

No hay necesidad de rebasar la fase dos para incursionar en la tres, que entonces sí se tendrían que aplicar acciones drásticas, y no serían recomendaciones, sino obligaciones, inclusive, apoyadas en medidas coercitivas, tendientes a mitigar consecuencias nefastas como las que sufren los italianos, españoles y parece que van en la misma línea, los estadunidenses.

Si se pudo contener la influenza, hace una década, también será posible hacerlo con el coronavirus, pero es necesario que la población asuma su responsabilidad y sin especulaciones, reduzcan al mínimo las salidas de los hogares, y haya estricto apego a las medidas de prevención, como las más esenciales, lavarse las manos con agua y jabón, mantener la sana distancia de contacto entre personas, y evitar las aglomeraciones, aunadas al cierre de espacios donde hay concentración humana, como cines, bares, restaurantes, teatros, estadios deportivos, fiestas, conmemoraciones cívicas, etc.

En Durango hay un gobernador que ha dado muestras de conciencia y sensibilidad de lo que sucede, y además de realizar las gestiones para allegarle recursos extraordinarios que permitan a Durango hacerle frente con mayor eficacia a la pandemia del coronavirus, y ha coordinado los esfuerzos de los presidentes municipales para estar en consonancia con las medidas que se tienen que aplicar.

No por nada es el Estado de los que registran menor número de contagiados. Hay que reforzar acciones y mantenerse en la línea.