/ domingo 14 de julio de 2019

Un acierto el nombramiento de la maestra Paty Guerrero

El día 10 de julio del presente año, se llevó a cabo la nominación de alrededor de 18 funcionarios al interior de la SEED, donde la mayoría obedece a la categoría de coordinadores, donde la responsabilidad es rebasada por los altos salarios.

Pero ese asunto que es bastante apetecido por sus tiradores, lo trataremos en una colaboración posterior, ya que el tema que hoy me ocupa no puede esperar, dada la importancia que le imprime la maestra Blanca Patricia Guerrero Portillo, quien bajo la facultada legal que le asiste al señor secretario, ha tenido a bien nombrarla Directora de Educación Básica “B”, seguramente por el perfil que se requiere en dicha dirección y que sin exagerar en mi modesta opinión, sin duda, ha sido un acierto.

Dicho nombramiento urgía, porque la dependencia estaba abandonada por el titular que se ostentaba como tal, ya que otras “responsabilidades” seguramente lo absorbían y le retribuían mejor. De ahí que los departamentos correspondientes a dicha área, anduvieran de cabeza, sin que nadie los llamara al orden, porque este funcionario de marras, sólo se dedicaba a hacer honor a su investidura de palo.

Conociendo la honestidad y trayectoria de la maestra Blanca Patricia, no me queda duda que las cosas darán un giro importante. Sobre todo por la legitimidad neutral de su nominación, que estoy seguro no obedece al patrocinio de ningún grupo político, porque ese es el problema de los funcionarios aquí en Durango, los que de antemano no le deben lealtad a las instituciones, sino a los intereses que los proponen.

Y lo más grave, que aceptan la responsabilidad conscientes de que no van a obedecer a quien les toma la protesta, sino a quien desde el exterior los impone, con el consabido compromiso de que en primer lugar hay que condescender con toda la red de intereses que forman la peña del mal, que es lo que sostiene y da la razón de proponer a los cancerberos especialistas en vigilar las cajas de pandora.

Desde luego que el titular de la SEED, al menos en este nombramiento, tuvo que escoger entre el perfil agraciado y el propuesto por los intereses ordinarios, donde el objetivo de éstos es regresar a como dé lugar al espacio que los vio nacer. De ahí que reclamen el derecho de antigüedad, donde han incrementado el apetito por el poder y la falta de respeto a las facultades del poder público. Donde hacen gala de que siempre han sido artífices de la ambición, el oportunismo y han contribuido orgullosamente a debilitar y a desacreditar la autoridad.

Dicho escenario andado y conocido por el secretario, pudo haberlo hecho prescindir de los perfiles sugeridos para dicho cargo, lo que me orilla a pensar, que tal vez hayan sido bajos, de acuerdo al criterio de la autoridad o que en una determinación a su facultad, pudo haber pensado que es sano, que haya una buena relación con la contraparte y que conlleve a buenos acuerdos, sin que exista una posición de entrega y sometimiento.

La mal llamada reforma educativa, en una pose de simulación, establecía el rescate de la autoridad que se encontraba avasallada por el sindicato. Sin embargo, por debajo de la mesa, éste seguía haciendo de las suyas, cuando de favorecer a sus incondicionales se trataba y sacudirse la responsabilidad con quienes no lo eran. De ahí que los canalizaran a los mandos de la autoridad, quien con la mano en la cintura los descalificaba bajo el sustento de la mal llamada prelación.

Que las cosas se encuentren en proceso de cambio, eso no significa que se remonten al estilo del pasado y empeorarlo si la parte oficial sucumbe, a que las inercias retornen a los mandos educativos, para de facto controlar todo movimiento operativo y a ultranza decidir quiénes deben ocupar el lugar de los asensos y las plazas vacantes.

Ese ha sido siempre el afán de los grupos externos, quienes acorazados con la venia del mismo gobierno, han neutralizado constantemente la acción de las autoridades, las que bajo el brete de la gobernabilidad les han concedido caja llena y con copete, en lo que concierne a sus exigencias y caprichos, que siempre han rebasado el límite de sus atribuciones, que son las de defender a sus agremiados, sin que eso les dé la patente para atropellar y asaltar la estructura educativa que los convierte en juez y parte.



Cosa que no es sana y que la opinión pública siempre ha condenado, porque esa situación ha servido más bien para ahondar una situación corrupta, que ya lleva bastante tiempo entre la parte oficial, las cúpulas del SNTE, CNTE, COCOPO y liderazgos de colonias populares, donde todo apunta a seguir manteniendo sus cotos de poder a costillas de la Secretaría de Educación.

Por eso, confiar en que con el cambio de directivos en el entorno que concierne al subsistema estatal, entraremos a la fase histórica de la nueva reforma educativa, la que dista mucho de apegarse a la verdad. Faltarían muchas cosas por hacer, pero sobre todo por empezar a reconocer y respetar las líneas de mando y de defensa, las cuales deben de caminar siempre de forma paralela, pero sin cruzarse el espacio de sus límites ni una ni otra, porque entonces es cuando se pervierten las responsabilidades, impactando no en sus intereses, sino en los derechos de quienes operan el proceso educativo.

Esto pasa entre otras cosas, porque con la propuesta del actual secretario en la persona de Paty Guerrero, creo que se orienta a mantener el principio de autoridad, el cual no será suficiente si el resto de los departamentos quedan a cubierto de perfiles no acordes al interés de la secretaría.

Desde luego que con la maestra Blanca Patricia Guerrero Portillo, al frente de la Dirección de Educación Básica “B”, se tiene un impacto mediático, tan a tono con la práctica de lograr imagen y apariencia, de que no existe ninguna componenda que hipoteque a los grupos sindicales y sociales, el estadío del subsistema estatal, que por su naturaleza localista siempre ha sido vulnerable a la voracidad y rapacidad de los peores intereses.

Liderar dicho escenario, por supuesto que no equivale a una zona de confort y vaya que en eso la convirtió su antecesor. Pero de su parte el reto está aceptado y en cuya batalla hará lucir sus virtudes personales, en especial su talento, su audacia y valor que requiere toda mujer que incursiona en la vida pública. Llega al poder con la garantía de la limpieza de sus manos, pese a que en otras responsabilidades pudo habérselas ensuciado.



El día 10 de julio del presente año, se llevó a cabo la nominación de alrededor de 18 funcionarios al interior de la SEED, donde la mayoría obedece a la categoría de coordinadores, donde la responsabilidad es rebasada por los altos salarios.

Pero ese asunto que es bastante apetecido por sus tiradores, lo trataremos en una colaboración posterior, ya que el tema que hoy me ocupa no puede esperar, dada la importancia que le imprime la maestra Blanca Patricia Guerrero Portillo, quien bajo la facultada legal que le asiste al señor secretario, ha tenido a bien nombrarla Directora de Educación Básica “B”, seguramente por el perfil que se requiere en dicha dirección y que sin exagerar en mi modesta opinión, sin duda, ha sido un acierto.

Dicho nombramiento urgía, porque la dependencia estaba abandonada por el titular que se ostentaba como tal, ya que otras “responsabilidades” seguramente lo absorbían y le retribuían mejor. De ahí que los departamentos correspondientes a dicha área, anduvieran de cabeza, sin que nadie los llamara al orden, porque este funcionario de marras, sólo se dedicaba a hacer honor a su investidura de palo.

Conociendo la honestidad y trayectoria de la maestra Blanca Patricia, no me queda duda que las cosas darán un giro importante. Sobre todo por la legitimidad neutral de su nominación, que estoy seguro no obedece al patrocinio de ningún grupo político, porque ese es el problema de los funcionarios aquí en Durango, los que de antemano no le deben lealtad a las instituciones, sino a los intereses que los proponen.

Y lo más grave, que aceptan la responsabilidad conscientes de que no van a obedecer a quien les toma la protesta, sino a quien desde el exterior los impone, con el consabido compromiso de que en primer lugar hay que condescender con toda la red de intereses que forman la peña del mal, que es lo que sostiene y da la razón de proponer a los cancerberos especialistas en vigilar las cajas de pandora.

Desde luego que el titular de la SEED, al menos en este nombramiento, tuvo que escoger entre el perfil agraciado y el propuesto por los intereses ordinarios, donde el objetivo de éstos es regresar a como dé lugar al espacio que los vio nacer. De ahí que reclamen el derecho de antigüedad, donde han incrementado el apetito por el poder y la falta de respeto a las facultades del poder público. Donde hacen gala de que siempre han sido artífices de la ambición, el oportunismo y han contribuido orgullosamente a debilitar y a desacreditar la autoridad.

Dicho escenario andado y conocido por el secretario, pudo haberlo hecho prescindir de los perfiles sugeridos para dicho cargo, lo que me orilla a pensar, que tal vez hayan sido bajos, de acuerdo al criterio de la autoridad o que en una determinación a su facultad, pudo haber pensado que es sano, que haya una buena relación con la contraparte y que conlleve a buenos acuerdos, sin que exista una posición de entrega y sometimiento.

La mal llamada reforma educativa, en una pose de simulación, establecía el rescate de la autoridad que se encontraba avasallada por el sindicato. Sin embargo, por debajo de la mesa, éste seguía haciendo de las suyas, cuando de favorecer a sus incondicionales se trataba y sacudirse la responsabilidad con quienes no lo eran. De ahí que los canalizaran a los mandos de la autoridad, quien con la mano en la cintura los descalificaba bajo el sustento de la mal llamada prelación.

Que las cosas se encuentren en proceso de cambio, eso no significa que se remonten al estilo del pasado y empeorarlo si la parte oficial sucumbe, a que las inercias retornen a los mandos educativos, para de facto controlar todo movimiento operativo y a ultranza decidir quiénes deben ocupar el lugar de los asensos y las plazas vacantes.

Ese ha sido siempre el afán de los grupos externos, quienes acorazados con la venia del mismo gobierno, han neutralizado constantemente la acción de las autoridades, las que bajo el brete de la gobernabilidad les han concedido caja llena y con copete, en lo que concierne a sus exigencias y caprichos, que siempre han rebasado el límite de sus atribuciones, que son las de defender a sus agremiados, sin que eso les dé la patente para atropellar y asaltar la estructura educativa que los convierte en juez y parte.



Cosa que no es sana y que la opinión pública siempre ha condenado, porque esa situación ha servido más bien para ahondar una situación corrupta, que ya lleva bastante tiempo entre la parte oficial, las cúpulas del SNTE, CNTE, COCOPO y liderazgos de colonias populares, donde todo apunta a seguir manteniendo sus cotos de poder a costillas de la Secretaría de Educación.

Por eso, confiar en que con el cambio de directivos en el entorno que concierne al subsistema estatal, entraremos a la fase histórica de la nueva reforma educativa, la que dista mucho de apegarse a la verdad. Faltarían muchas cosas por hacer, pero sobre todo por empezar a reconocer y respetar las líneas de mando y de defensa, las cuales deben de caminar siempre de forma paralela, pero sin cruzarse el espacio de sus límites ni una ni otra, porque entonces es cuando se pervierten las responsabilidades, impactando no en sus intereses, sino en los derechos de quienes operan el proceso educativo.

Esto pasa entre otras cosas, porque con la propuesta del actual secretario en la persona de Paty Guerrero, creo que se orienta a mantener el principio de autoridad, el cual no será suficiente si el resto de los departamentos quedan a cubierto de perfiles no acordes al interés de la secretaría.

Desde luego que con la maestra Blanca Patricia Guerrero Portillo, al frente de la Dirección de Educación Básica “B”, se tiene un impacto mediático, tan a tono con la práctica de lograr imagen y apariencia, de que no existe ninguna componenda que hipoteque a los grupos sindicales y sociales, el estadío del subsistema estatal, que por su naturaleza localista siempre ha sido vulnerable a la voracidad y rapacidad de los peores intereses.

Liderar dicho escenario, por supuesto que no equivale a una zona de confort y vaya que en eso la convirtió su antecesor. Pero de su parte el reto está aceptado y en cuya batalla hará lucir sus virtudes personales, en especial su talento, su audacia y valor que requiere toda mujer que incursiona en la vida pública. Llega al poder con la garantía de la limpieza de sus manos, pese a que en otras responsabilidades pudo habérselas ensuciado.