/ domingo 3 de enero de 2021

Al final, el que manda en AN se salió con la suya

Un priista de primer nivel, concluidas las negociaciones de la alianza PAN, PRI y PRD en Durango, comentó:

“Una negociación muy complicada, muchos días de encuentros y desencuentros, como consecuencia del proceso de la transformación del sistema de partidos en el país, un intento pragmático para contener al populismo”.

Este mismo priista, que sabe lo que dice, aseguró que habrá problemas al interior de los partidos, pero sobre todo en el PRI, porque no podrá postular candidatos en nueve distritos. Esto resulta un contraste, por lo que hasta hace unos días declaraba a los cuatro vientos el todavía presidente del PRI estatal, Enrique Benítez: “El PRI no necesita al PAN, el PAN necesita al PRI”. Agregó: “La alternancia ha sido un fracaso, tenemos encuestas que así lo demuestran”. Y como de los arrepentidos es el reino de los cielos, Benítez Ojeda no es la excepción.

Pero hoy todo eso quedó atrás como la canción: “Perdón si en algo te ofendí, perdón si en algo te falté”. ¿Si en el amor se perdona todo, por qué no perdonar en la política? Pero si hubo encuentros y desencuentros, a los partidos de la alianza los unió un bien superior: va por Durango. Ahora sí, los partidos de esta alianza van por Durango y van por México, buscan ir juntos con los ciudadanos. ¡Ya era tiempo que se acordaran de la sociedad! Les bastaron sólo dos años para darse cuenta que existe la sociedad civil, la que da y quita el poder en las urnas, la que aguanta “vara” pero les cobra a los políticos y a los partidos facturas el día de la elección. Veremos el próximo 6 de junio si el pragmatismo de la alianza PAN, PRI y PRD lo entendió la sociedad y, más aún, si será la solución para detener al populismo que los une.

En esta negociación aliancista, “haiga sido como haiga sido” el fiel de la balanza siempre estuvo en el Bicentenario. Como quedaron los distritos estatales y federales, también tiene su lectura política, pongamos como ejemplo los cinco distritos del municipio de la capital. El I y el V son para el PAN, y el III le tocó al PRD, pero en los hechos, el PAN llevará mano. Y ya que hablamos de mujeres y de traiciones, en esta negociación al PRD lo invadió el espíritu navideño, fue muy generoso, porque le cedió un distrito al PAN en Gómez Palacio y sólo se quedará con en distrito XIV, que tiene cabecera en Cuencamé. El VI, con cabecera en el Salto para el PRI, para el PAN el VII con cabecera en Santiago Papasquiaro, lo mismo el VIII con cabecera en Santa María del Oro, así como también en los distritos laguneros, el balance le favorece al PAN.

Usted ya sabe que el distrito XV con cabecera en Nombre de Dios es para el PRI, porque tal parece que ya está escriturado, y no sería malo que un día de estos el IEPC cambiara la cabecera al Mezquital. En los distritos federales sucedió lo mismo: el 01 y el 04 son para el PAN, el 02 para el PRI y el 03 para el PRD. Este último partido como es tan generoso, no se sorprenda si en un hecho pragmático se lo cede al PAN o a un militante del PRI. Si usted hace cuentas, el partido en el poder dirigió a la orquesta “va por Durango”.

Bueno, la alianza PAN, PRI y PRD ya se repartieron los distritos locales y los federales. ¿Ahora qué sigue? La otra guerra. Esta se dará por las candidaturas al interior de los partidos. Al parecer, serán 7 mujeres y 8 hombres, por aquello de la paridad de género. En el papel, en los distritos federales podrían ser dos hombres y dos mujeres, pero todo dependerá del contexto nacional de la alianza. En este sentido, si las cosas fueran lógicas en la paridad de género, si en el distrito 01 fuera hombre, en el 02 mujer, en el 03 hombre y en el 04 mujer. Pero como en la clase política mexicana no existe la lógica ni el sentido común, no sabemos cuál será el desenlace en estos 4 distritos. En el PRI, la lucha por las candidaturas no va a ser un día de campo. La CNC y la CTM siguen “vivitos y coleando”, por aquello de que el sector popular se quiera quedar con todo el pastel. Ya vio usted que en este sector sólo se necesita ponerse un sombrero para sentirse de la CNC.

Un priista de primer nivel, concluidas las negociaciones de la alianza PAN, PRI y PRD en Durango, comentó:

“Una negociación muy complicada, muchos días de encuentros y desencuentros, como consecuencia del proceso de la transformación del sistema de partidos en el país, un intento pragmático para contener al populismo”.

Este mismo priista, que sabe lo que dice, aseguró que habrá problemas al interior de los partidos, pero sobre todo en el PRI, porque no podrá postular candidatos en nueve distritos. Esto resulta un contraste, por lo que hasta hace unos días declaraba a los cuatro vientos el todavía presidente del PRI estatal, Enrique Benítez: “El PRI no necesita al PAN, el PAN necesita al PRI”. Agregó: “La alternancia ha sido un fracaso, tenemos encuestas que así lo demuestran”. Y como de los arrepentidos es el reino de los cielos, Benítez Ojeda no es la excepción.

Pero hoy todo eso quedó atrás como la canción: “Perdón si en algo te ofendí, perdón si en algo te falté”. ¿Si en el amor se perdona todo, por qué no perdonar en la política? Pero si hubo encuentros y desencuentros, a los partidos de la alianza los unió un bien superior: va por Durango. Ahora sí, los partidos de esta alianza van por Durango y van por México, buscan ir juntos con los ciudadanos. ¡Ya era tiempo que se acordaran de la sociedad! Les bastaron sólo dos años para darse cuenta que existe la sociedad civil, la que da y quita el poder en las urnas, la que aguanta “vara” pero les cobra a los políticos y a los partidos facturas el día de la elección. Veremos el próximo 6 de junio si el pragmatismo de la alianza PAN, PRI y PRD lo entendió la sociedad y, más aún, si será la solución para detener al populismo que los une.

En esta negociación aliancista, “haiga sido como haiga sido” el fiel de la balanza siempre estuvo en el Bicentenario. Como quedaron los distritos estatales y federales, también tiene su lectura política, pongamos como ejemplo los cinco distritos del municipio de la capital. El I y el V son para el PAN, y el III le tocó al PRD, pero en los hechos, el PAN llevará mano. Y ya que hablamos de mujeres y de traiciones, en esta negociación al PRD lo invadió el espíritu navideño, fue muy generoso, porque le cedió un distrito al PAN en Gómez Palacio y sólo se quedará con en distrito XIV, que tiene cabecera en Cuencamé. El VI, con cabecera en el Salto para el PRI, para el PAN el VII con cabecera en Santiago Papasquiaro, lo mismo el VIII con cabecera en Santa María del Oro, así como también en los distritos laguneros, el balance le favorece al PAN.

Usted ya sabe que el distrito XV con cabecera en Nombre de Dios es para el PRI, porque tal parece que ya está escriturado, y no sería malo que un día de estos el IEPC cambiara la cabecera al Mezquital. En los distritos federales sucedió lo mismo: el 01 y el 04 son para el PAN, el 02 para el PRI y el 03 para el PRD. Este último partido como es tan generoso, no se sorprenda si en un hecho pragmático se lo cede al PAN o a un militante del PRI. Si usted hace cuentas, el partido en el poder dirigió a la orquesta “va por Durango”.

Bueno, la alianza PAN, PRI y PRD ya se repartieron los distritos locales y los federales. ¿Ahora qué sigue? La otra guerra. Esta se dará por las candidaturas al interior de los partidos. Al parecer, serán 7 mujeres y 8 hombres, por aquello de la paridad de género. En el papel, en los distritos federales podrían ser dos hombres y dos mujeres, pero todo dependerá del contexto nacional de la alianza. En este sentido, si las cosas fueran lógicas en la paridad de género, si en el distrito 01 fuera hombre, en el 02 mujer, en el 03 hombre y en el 04 mujer. Pero como en la clase política mexicana no existe la lógica ni el sentido común, no sabemos cuál será el desenlace en estos 4 distritos. En el PRI, la lucha por las candidaturas no va a ser un día de campo. La CNC y la CTM siguen “vivitos y coleando”, por aquello de que el sector popular se quiera quedar con todo el pastel. Ya vio usted que en este sector sólo se necesita ponerse un sombrero para sentirse de la CNC.