/ jueves 3 de septiembre de 2020

Durango, hacia récord Guinness en movilidad

Sólo es cuestión de tiempo, de un momento a otro, no se sorprenda usted si el secretario de Salud, Sergio González Romero, haga el anuncio de que hemos llegado a los 10 mil contagios y 2 mil fallecimientos.

Durango es famoso porque aquí nació el general Francisco Villa, por ser en un tiempo la Tierra del Cine, el Chiapas del norte y ahora por la pandemia nuestra fama ha crecido. Somos el primer lugar nacional en movilidad social, pero la fama tiene un precio. ¿Cuál es éste? Al día de ayer, fueron 6 mil 325 casos confirmados y 498 defunciones y para hoy creció a 500.

Pero aparte de estos datos, existen otros que nos da a conocer González Romero, los hospitales 450, IMSS y el Militar del 5 del Mayo se encuentran al 100% de su capacidad. Estas cifras que nos da son sumamente alarmantes y graves. La lógica nos dice que al no tener camas y respiradores para atender a personas con problemas graves por el contagio de Covid-19, de manera automática podría aumentar el número de fallecidos en el estado.

Pero toda causa tiene su efecto. ¿Por qué aumentan los contagios?, ¿por qué cada vez es mayor el número de fallecidos? En primer lugar, somos nosotros por nuestra responsabilidad, porque nos exponemos al contagio, y lo más grave, podemos contagiar a los demás, y esto tiene su efecto multiplicador.

Se nos ha dicho hasta el cansancio lo que tenemos que hacer para cuidarnos y cuidar a los demás. No hacemos caso. Y como dijo Don Teofilito, ¿si nos reímos de la muerte, por qué no de la pandemia y de todo lo que digan las autoridades? Cuánta razón tenía Carlos Monsiváis: Somos una sociedad valemadrista.

A cambio de eso, cuando ya tengamos el agua hasta el cuello vamos a culpar al gobernador, al secretario de Salud, al presidente municipal y por supuesto a López Obrador, López-Gatell y a Zoé Robledo. Si nosotros como sociedad no hacemos lo que nos corresponde, no tendríamos derecho de culparlos si fuera el caso, o al menos seríamos corresponsables de los contagios y todas sus consecuencias.

Otro de los temas que estamos viviendo es el de los colores del semáforo. De acuerdo al gobierno federal, nuestro semáforo en este momento sería de color naranja, pero usted y yo sabemos que el color es rojo, en eso sí está equivocado López Gatell. Quien tiene las facultades para decirnos el color del semáforo es el secretario de Salud y el Gobierno del Estado.

Uno de los grupos de presión para que mañana se declare el semáforo en verde es el de los empresarios locales. Aunque usted no lo crea, hay también intereses extraempresariales de por medio. Nadie puede imaginar cómo en los espacios cerrados conocidos como antros se puede tener la sana distancia para evitar contagios.

Sería como si usted caminara bajo la lluvia y no se mojara. Nada más para que no se les olvide, si no tenemos salud no tendremos una economía sana, y al rato andaremos con una mano atrás y otra adelante.

A cambio de eso, cuando ya tengamos el agua hasta el cuello vamos a culpar al gobernador, al secretario de Salud, al presidente municipal y por supuesto a López Obrador, López-Gatell y a Zoé Robledo. Si nosotros como sociedad no hacemos lo que nos corresponde, no tendríamos derecho de culparlos si fuera el caso, o al menos seríamos corresponsables de los contagios y todas sus consecuencias.

Sólo es cuestión de tiempo, de un momento a otro, no se sorprenda usted si el secretario de Salud, Sergio González Romero, haga el anuncio de que hemos llegado a los 10 mil contagios y 2 mil fallecimientos.

Durango es famoso porque aquí nació el general Francisco Villa, por ser en un tiempo la Tierra del Cine, el Chiapas del norte y ahora por la pandemia nuestra fama ha crecido. Somos el primer lugar nacional en movilidad social, pero la fama tiene un precio. ¿Cuál es éste? Al día de ayer, fueron 6 mil 325 casos confirmados y 498 defunciones y para hoy creció a 500.

Pero aparte de estos datos, existen otros que nos da a conocer González Romero, los hospitales 450, IMSS y el Militar del 5 del Mayo se encuentran al 100% de su capacidad. Estas cifras que nos da son sumamente alarmantes y graves. La lógica nos dice que al no tener camas y respiradores para atender a personas con problemas graves por el contagio de Covid-19, de manera automática podría aumentar el número de fallecidos en el estado.

Pero toda causa tiene su efecto. ¿Por qué aumentan los contagios?, ¿por qué cada vez es mayor el número de fallecidos? En primer lugar, somos nosotros por nuestra responsabilidad, porque nos exponemos al contagio, y lo más grave, podemos contagiar a los demás, y esto tiene su efecto multiplicador.

Se nos ha dicho hasta el cansancio lo que tenemos que hacer para cuidarnos y cuidar a los demás. No hacemos caso. Y como dijo Don Teofilito, ¿si nos reímos de la muerte, por qué no de la pandemia y de todo lo que digan las autoridades? Cuánta razón tenía Carlos Monsiváis: Somos una sociedad valemadrista.

A cambio de eso, cuando ya tengamos el agua hasta el cuello vamos a culpar al gobernador, al secretario de Salud, al presidente municipal y por supuesto a López Obrador, López-Gatell y a Zoé Robledo. Si nosotros como sociedad no hacemos lo que nos corresponde, no tendríamos derecho de culparlos si fuera el caso, o al menos seríamos corresponsables de los contagios y todas sus consecuencias.

Otro de los temas que estamos viviendo es el de los colores del semáforo. De acuerdo al gobierno federal, nuestro semáforo en este momento sería de color naranja, pero usted y yo sabemos que el color es rojo, en eso sí está equivocado López Gatell. Quien tiene las facultades para decirnos el color del semáforo es el secretario de Salud y el Gobierno del Estado.

Uno de los grupos de presión para que mañana se declare el semáforo en verde es el de los empresarios locales. Aunque usted no lo crea, hay también intereses extraempresariales de por medio. Nadie puede imaginar cómo en los espacios cerrados conocidos como antros se puede tener la sana distancia para evitar contagios.

Sería como si usted caminara bajo la lluvia y no se mojara. Nada más para que no se les olvide, si no tenemos salud no tendremos una economía sana, y al rato andaremos con una mano atrás y otra adelante.

A cambio de eso, cuando ya tengamos el agua hasta el cuello vamos a culpar al gobernador, al secretario de Salud, al presidente municipal y por supuesto a López Obrador, López-Gatell y a Zoé Robledo. Si nosotros como sociedad no hacemos lo que nos corresponde, no tendríamos derecho de culparlos si fuera el caso, o al menos seríamos corresponsables de los contagios y todas sus consecuencias.